Los logos de la compañía del plomero no fueron despegados de la camioneta al momento de venderla. Él demandó a los vendedores por desprestigiar su negocio.

(CNN) – Todo lo que Mark Oberholtzer quería era cambiar su auto. Lo que recibió en su lugar fue un mundo de problemas proveniente del otro lado del mundo.

El propietario de una empresa de plomería de Texas City, Texas, demandó a un concesionario de Ford por más de 1 millón de dólares por pérdidas financieras y daños a la reputación de su compañía después de que una camioneta de la que una vez fue propietario terminara con los militantes islámicos que luchan en la guerra civil de Siria.

Una foto de la camioneta, la cual aún contaba con las calcomanías de Mark-1 Plumbing, se volvió viral, lo que dio lugar a miles de llamadas telefónicas con el propósito de acosarlo.

“Para el final del día, la oficina de Mark-1, el teléfono comercial de Mark-1, y el teléfono personal de Mark habían recibido más de 1.000 llamadas telefónicas de todas partes de la nación”, escribió el abogado de Oberholzer en la demanda, presentada el 9 de diciembre en el condado de Harris, Texas. “Estas llamadas telefónicas en gran parte fueron llamadas de acoso y contenían incontables amenazas de violencia, daños a la propiedad, lesiones e incluso la muerte”.

Oberholtzer dijo que esto no habría pasado si el concesionario simplemente hubiera quitado las calcomanías antes de que la camioneta fuera vendida de nuevo.

Ubicar a las camionetas terroristas

El problema de los vehículos occidentales que llegan a Oriente Medio y a manos de militantes ha atraído la atención del mundo.

Por ejemplo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos le ha preguntado a Toyota cómo cuantos de sus vehículos han acabado en manos de militantes.

Las camionetas Toyota parecen ser el vehículo preferido de los militantes en Oriente Medio, dijo Jonthan Schanzer de la Fundación para la Defensa de las Democracias.

“Toyota es la camioneta que usan los yihadistas cuando quieren ir a la guerra”, dijo a CNN en octubre.

Sin embargo, los yihadistas no están vinculados exclusivamente a la marca japonesa. Otras marcas también aparecen en el campo de batalla, entre ellas Ford, la cual hizo la camioneta F-250 de Oberholtzer.

Adquisición de una nueva F-250

Cómo acabó la camioneta en manos de los militantes es en cierta forma un misterio.

En octubre de 2013, Oberholtzer llevó la camioneta a AutoNation Ford Gulf Freeway en Houston para hacer un negocio, según la demanda.

Adquirió una Ford F-250 de 2012 y se despidió de su vieja camioneta.

Él empezó a despegar las calcomanías de la empresa de las puertas de la camioneta, pero un vendedor lo detuvo, según la demanda. El hombre le dijo a Oberholtzer que despegar la calcomanía podría dañar la pintura de la camioneta, según la demanda.

Oberholtzer indicó que el vendedor le dijo que AutoNation eliminaría las calcomanías antes de que la camioneta fuera vendida nuevamente.

CNN solicitó comentarios del concesionario y de su sede corporativa. Ninguna había respondido hasta el lunes por la tarde.

La camioneta fue subastada en noviembre de 2013. Al siguiente mes, fue enviada desde Houston hasta Mersin, Turquía, según la demanda.

Más o menos un año después, la camioneta apareció en un tuit publicado por Caleb Weiss, un colaborador del Long War Journal. En la publicación aparecían militantes que disparaban un arma pesada desde la caja de una camioneta que tenía el nombre de la compañía Mark-1 en la puerta de adelante.

Amenazas y pérdidas

La foto se hizo viral, fue transmitida por canales de noticias y dio paso a miles de llamadas telefónicas a los teléfonos de la empresa y al teléfono personal de Oberholtzer, según la demanda.

La mayoría eran llamadas de acoso, amenazaban con actos de violencia e incluían “gritos con insultos a quien contestara el teléfono”, “cantos en arábico durante toda la llamada” y “amenazas de lesiones y muerte” hechas en contra de la familia y empleados de Oberholtzer.

Oberholtzer tuvo que cerrar temporalmente su negocio y salir de la ciudad, de acuerdo con la demanda, lo que le implicó pérdidas financieras. También recibió visitas del Departamento de Seguridad Nacional y del FBI.

Y todavía tiene que enfrentar las llamadas telefónicas, las cuales siguen entrando un año después de que la foto apareciese por primera vez.

Ahora porta un arma para su protección, de acuerdo con la demanda.