Nota de editor: Bruce Bennett es analista de defensa de Rand Corp, una organización sin fines de lucro y no partidista. Las opiniones expresadas son exclusivamente suyas.
(CNN) - La semana pasada, el líder norcoreano, Kim Jong Un, afirmó que su país se había convertido en un “poderoso Estado con armas nucleares listo para detonar una bomba de hidrógeno”, una bomba a la que se le llama bomba H.
De ser cierto, el avance marcaría un paso importante en el arsenal norcoreano, y sería otro motivo de preocupación por un régimen impredecible y quizás inestable.
Pero esta es una gran incógnita.
Los países que trabajan en armas nucleares usualmente primero desarrollan armas que usan fisión para romper grandes átomos como el uranio o el plutonio en pequeños átomos, y crear así una cantidad de energía considerable. Un paso posterior es desarrollar armas de fusión, en las que pequeños átomos como el hidrógeno se combinan para generar inmensas cantidades de energía.
Por lo tanto, las armas nucleares que usan fundamentalmente la fusión se llaman bombas de hidrógeno.
El tamaño de la explosión, conocido como su potencia, se mide habitualmente en relación con cuánto TNT se requeriría para crear una explosión comparable.
Las armas nucleares basadas en la fisión comúnmente tienen una potencia de alrededor de 10 kilotones más o menos, mientras que las armas nucleares que emplean la fusión pueden tener una potencia que se mide en megatones. (Un kilotón equivale a 1.000 toneladas, un megatón equivale a 1.000 kilotones).
¿Acaso Corea del Norte podría haber desarrollado su propia bomba H?
Dominar las tecnologías y la ingeniería de las armas nucleares no es fácil. A los países les lleva muchos años desarrollar armas de fisión de manera independiente, y aún más años (alrededor de siete para Estados Unidos) entre la primera prueba de un arma de fisión y la primera prueba de un arma de fusión.
Corea del Norte parece que ha pasado por un tiempo difícil para lograr dominar incluso lo esencial de una arma de fisión, desde una primera prueba de aparentemente menos de un kilotón y alcanzar tan solo unos 10 kilotones en su tercera prueba nuclear, siete años más tarde.
Eso sugiere que a menos que Corea del Norte haya contado con la ayuda de expertos externos, es improbable que en realidad haya logrado fabricar una bomba de hidrógeno/fusión desde su última prueba nuclear, justo hace menos de tres años.
Con esto en mente, es bastante posible que la afirmación de Kim pueda ser falsa, lo cual no sería una sorpresa para aquellos familiarizados con el ruido de armas del régimen. Pero existe otra posibilidad.
En el camino del desarrollo de las armas de fusión, algunos países desarrollan las llamadas armas “estimuladas”, las cuales usan una pequeña cantidad de fusión para estimular el proceso de fisión, lo que causa que átomos más grandes entren en fisión y que así, se libere más energía inicialmente, quizás un arma de unos 50 kilotones. Como en un arma así se involucra algo de fusión, Kim puede estar afirmando que ha logrado una bomba de hidrógeno cuando, en realidad, solo tiene un arma estimulada.
¿Qué diferencia haría un arma nuclear estimulada?
Si Corea del Norte tiene realmente un arma nuclear estimulada de quizás 50 kilotones, esta podría provocar daños significativos en una ciudad tan densamente poblada como Seúl, en Corea del Sur: alrededor de 250.000 personas podrían morir en un ataque así, o aproximadamente el 2,5% de la población. Esto marcaría un verdadero avance en el nivel de daño que Corea del Norte es capaz de hacer.
Y si Corea del Norte produce un día una verdadera bomba de hidrógeno, digamos que con una potencia de un megatón, entonces sería aún más mortífero.
Aun así, tan interesante como la pregunta de si Corea del Norte ha alcanzado una verdadera bomba de hidrógeno (improbable por ahora) o una bomba estimulada, es, en primer lugar, por qué Kim querría hacer tal afirmación pública. Obviamente, no lo sabemos a ciencia cierta. Es difícil obtener información precisa del que probablemente es el estado más aislado del mundo. Pero podemos hacer algunas conjeturas fundamentadas.
Kim ha continuado con sus purgas dentro del liderazgo más alto de Corea del Norte, una actividad potencialmente desestabilizadora. Justo este verano, supuestamente mandó matar a uno de sus viceprimeros ministros, uno de las docenas de oficiales que se sospecha que ha ejecutado desde que llegó al poder en diciembre de 2011. Mientras tanto, la vida en Corea del Norte es aún miserable para la mayor parte de la población.
Esto plantea un reto para Kim en un país donde la cultura de liderazgo demanda un líder poderoso, uno capaz de alcanzar grandes logros. Así que no es sorprendente que necesite demostrar su poder de manera periódica.
Su afirmación de que ha alcanzado un avance fundamental en el armamento nuclear podría ser justo tal demostración, enfocada significativamente en su audiencia interna. Él quiere establecer a Corea del Norte como una potencia nuclear, tal como está escrito ahora en la constitución norcoreana, y así equipararse a Estados Unidos y a las otras potencias nucleares.
Pero este último anuncio probablemente no es solo para consumo interno. Kim quiere también demostrarle su poder al mundo exterior, y no solo por prestigio personal.
Después de todo Corea del Norte consistentemente desobedece las normas internacionales, desde sus abusos de derechos humanos hasta su tráfico regular de armas. Tales medidas invitan a la condena y presión internacional, lo que amenaza más la permanencia del régimen en el poder.
Con el fin de disuadir la acción militar (algo que es improbable actualmente, pero quizás no tanto en la mente del líder norcoreano) y otras medidas coactivas como las sanciones económicas, se puede esperar por tanto que Kim exagere el daño que su régimen puede infligir.
Queda por ver si este último anuncio es preciso o quizás una exageración. Pero la razón para hacerlo parece muy clara.