CNNE 241093 - esclerosis

La esclerosis múltiple (EM) es una de las enfermedades más comunes del sistema nervioso central en personas jóvenes. Sin embargo, esta enfermedad puede variar mucho de una persona a otra, de ahí el nombre de las mil caras.

Afecta al encéfalo y a la médula espinal y puede cursar en brotes que remiten, más o menos completamente, o de forma progresiva. No es una enfermedad contagiosa ni mortal, pero la prevalencia a día de hoy en países como España se estima entre 70-80 por cada 10.000 personas.

Las personas que sufren EM experimentan sensaciones totalmente nuevas por lo que surgen algunas dudas. La doctora Purificación de Castro, neuróloga de la Clínica Universidad de Navarra, ofrece respuestas:

¿Cuáles son los principales síntomas?

Entre los síntomas más habituales se encuentra la disminución de la agudeza visual, alteraciones del equilibrio, pérdida de fuerza y de sensibilidad. Además, pueden existir otros como la fatiga, el deterioro intelectual, temblor, trastornos del sueño, crisis epilépticas o dificultad para hablar y caminar.

¿Qué puedo comer?

La alimentación debe ser equilibrada con predominio de vegetales y pescado, en definitiva, la clásica dieta mediterránea. Así, al consumir una dieta sana y variada podremos contribuir a disminuir la fatiga.

¿Puedo hacer deporte?

“El reposo absoluto debe evitarse, aún en personas muy afectadas, en las que debe realizarse al menos una fisioterapia pasiva”, comenta la doctora. El ejercicio físico es siempre beneficioso para el organismo. Sin embargo, las personas con EM deben evitar realizar grandes esfuerzos o la práctica de ejercicios con una exposición excesiva al calor. Sin embargo, la práctica de ejercicio moderado aeróbico, como por ejemplo caminar o nadar, es muy recomendable.

Pero, ¿y si quiero tener hijos?

La capacidad reproductiva no se ve afectada por la EM y durante el embarazo disminuye la actividad de la enfermedad, que vuelve a aumentar en el puerperio. Sin embargo, es conveniente hablar con el médico para asegurar que no existe ningún riesgo con el tratamiento médico que se esté siguiendo.

¿Por qué estoy tan cansado todo el día?

La fatiga o el agotamiento acompañarán frecuentemente a la persona enferma de EM. Por ello, debe evitarse en la medida de lo posible la sobrecarga en el  trabajo o el estrés. Las personas que la sufren tienen que aprender a “gestionarla”, ya que es muy fluctuante: en unos momentos pueden estar muy bien y en otros completamente agotadas.

Es necesario hacer descansos, evitar horarios muy apretados, intentar tener una rutina de sueño e incluso descansar en la siesta. “Algunos pacientes se encuentran muy limitados, sobre todo, en sus relaciones sociales ya que no quieren comprometerse a quedar anticipadamente para salir o asistir a cualquier actividad y no poder cumplir cuando llega el momento”, explica la doctora.

Aunque esta enfermedad no tiene todavía cura, existen diferentes tratamientos que pueden modificar su curso, controlando los brotes y disminuyendo las secuelas. Para eso, es muy importante mantener una estrecha relación con el neurólogo para poder prever las situaciones futuras e intentar que afecte lo menos posible a la vida y a las actividades del paciente. “Hace años era más complicado establecer un diagnóstico temprano de la enfermedad, pero ahora, gracias a la resonancia magnética que permite visualizar las lesiones, el neurólogo puede ayudar al paciente para que comience un tratamiento cuanto antes”, explica la Dra. De Castro.

Aún no se ha descubierto la causa o establecido un marcador específico de la enfermedad, aunque se sabe que depende de un proceso inmunomediado relacionado con factores genéticos y ambientales. “Mi consejo es que la persona que sufre EM no se limite más de lo que le limita la enfermedad y tampoco permita que lo haga su entorno”, concluye la doctora.