Puerto Rico tal vez no logre pagar la deuda de 1.000 millones de dólares en los primeros días de enero de 2016; de no hacerlo, caerá en el segundo impago desde agosto.

(CNNMoney) – El debacle de la deuda de Puerto Rico podría empeorar pronto.

El gobierno de la isla debe pagar más o menos 1.000 millones de dólares a sus acreedores el 4 de enero para evitar caer en un incumplimiento por segunda vez desde agosto Incluso si paga a tiempo, Puerto Rico aún se verá afectado por una tonelada de deuda: aproximadamente 73.000 millones en total según Moody’s.

La probabilidad de que Puerto Rico realice el pago de enero no es buena.

“Será muy, muy difícil encontrar una manera de hacer ese pago”, le dijo Alejandro García Padilla, el gobernador de Puerto Rico, a CNN recientemente. “No tenemos efectivo”.

Lo cierto es que Padilla hizo afirmaciones similares en junio del año pasado antes de que Puerto Rico hiciera un pago de 1.000 millones de dólares el 1 de julio, y así evitó caer en el incumplimiento.

Pero en agosto, la isla dejó de pagar una pequeña parte de su deuda. Y las condiciones solo han empeorado desde entonces.

El incumplimiento de agosto fue el primero en la historia. La deuda en su mayoría era propiedad de puertorriqueños comunes y corrientes y tiene muy poca protección legal, lo que significa que el gobierno enfrentaba un leve riesgo de ser demandado por el incumplimiento.

El 1 de enero, Puerto Rico necesita hacer pagos mucho más grandes sobre una deuda que tiene una protección legal mucho mayor. De los 1.000 millones de dólares, Puerto Rico debe pagar 332 millones de dólares en bonos de obligación general, los que tienen el mayor respaldo legal. (Estrictamente hablando, debido a que el 1 de enero es un festivo seguido de un fin de semana, Puerto Rico tendrá hasta el 4 de enero para pagar).

Los expertos dicen que Puerto Rico probablemente incumplirá un pago de su deuda de obligación general en algún momento.

“Es difícil decir si eso sucederá el 1 de enero o el 1 de julio de 2016, pero definitivamente lo vemos en el horizonte”, dice Ted Hampton, un analista de Moody’s que cubre los bonos de Puerto Rico.

Los problemas con la deuda de Puerto Rico provienen de algunos cambios amplios. Su economía se ha visto envuelta en una recesión desde 2006. El desempleo en Puerto Rico es del 12,5%, o dos veces el promedio nacional. La reducción en las opciones laborales en la isla ha hecho que decenas de miles de puertorriqueños se trasladen a los Estados Unidos continentales en busca de empleo. La población que disminuye perjudica a la base fiscal de la isla, la cual es utilizada para pagar sus deudas.

Y mientras la economía se venía abajo, los gastos del gobierno iban para arriba. Puerto Rico aumentó los gastos para las escuelas y mantuvo su política energética sumamente costosa de importar petróleo crudo. La isla también le debe a los empleados del gobierno pagos de pensiones muy generosos.

A diferencia de los estados de EE.UU., Puerto Rico no tiene acceso a la bancarrota del Capítulo 9, lo cual le permitiría negociar con sus acreedores en tribunales. La bancarrota del Capítulo 9 es lo que Michigan le otorgó a Detroit durante su bancarrota.

Padilla quiere el Capítulo 9, pero eso no será de mucha ayuda. La mayor parte de la deuda de la isla no califica para el Capítulo 9, lo que significa que debe negociar con los acreedores individuales, en lugar de con todos juntos.

‘¿Nos van a pagar en enero? ‘

A Mel Feder le preocupa que no le paguen en enero. Él tiene en propiedad bonos de Puerto Rico, y usa los ingresos que obtiene a partir de ellos para pagar por la matrícula de la universidad de su hijo más pequeño.

Feder, de 66 años, compró bonos de obligación general de Puerto Rico en 2006 y luego añadió más a su portafolio en 2012. En ambas ocasiones compró los bonos a 100 centavos de dólar. Ahora, esos bonos se cotizan a alrededor del 70% del valor.

Feder dijo que los bonos de Puerto Rico conforman el 20% de su portafolio.

“No asumo riesgos… al menos no creí que estaba asumiendo un riesgo”, dice Feder, un originario de Woodmere, N.Y., quien se jubiló en 2008. “Lo peor es la incertidumbre. ¿Nos van a pagar en enero?”