(CNN) – Renovar un pasaporte y pasar por puestos inmigratorios no es la tarea más fácil para Shona Owen debido al inusual lugar donde ella nació.
Fue a 36.000 pies de altura.
Para el constante desconcierto de los oficiales de inmigración, en su pasaporte se lee: “El titular nació en un aeroplano”:
Shona Owen es parte de una pequeña cantidad de gente que llegó a este mundo mediante una de las formas más dramáticas.
En 1990, la madre embarazada de Shona, Debbie Owen, acompañada de una hija de cuatro años, viajaba desde Ghana, donde trabajaba, hacia Londres en un vuelo de British Airways.
De manera inesperada, entró en labor de parto durante el vuelo.
Ella fue movida hacia primera clase, la cual fue evacuada de pasajeros, y se realizó un llamado a cualquiera que tuviera experiencia médica.
La mujer estaba de suerte.
El doctor Wym Bakker, que había estado ayudando a mujeres en Ghama a dar a luz detrás de los arbustos, también estaba en el vuelo.
Temiendo ser dejada sola con un nuevo bebé y sin Claire si el avión era forzado a aterrizar en África, Debbie intentó desesperadamente aguantar hasta que el avión alcanzara Europa.
Al estar por aterrizar en el aeropuerto de Gatwick en Londres, con las persianas abajo, música suave, su propio doctor y tripulación de cabina a la espera, Shona Kristy Yves nació, aumentando la lista de pasajeros por una persona.
“Siempre me han dicho que nací para viajar y ahora estoy trabajando en la industria de los viajes”, dice Shona que ahora trabaja como una ejecutiva de marketing en línea para un operador de paquetes turísticos de lujo.
La mayoría de aerolíneas no tienen registros de nacimientos así que las estadísticas son escasas, pero el caso de Shona es extraño porque las aerolíneas tienen reglas sobre las mujeres embarazadas y sus bebés.
Aunque varían, la mayoría de aerolíneas permiten a madres embarazadas viajar hasta las 36 semanas de embarazo, pero desde la semana 28 deben tener una carta firmada de un doctor o una partera confirmando la fecha de parto.
De todas maneras, sí ocurre.
Nacionalidad en el aire
En mayo de 2015, Ada Guan y Wes Branch volaban de Calgary a Tokyo cuando Ada dio a luz sobre el océano Pacífico.
Fue una gran sorpresa para la pareja, que no tenía ni idea que ella estuviera embarazada.
Guan había ido al médico antes de ir de vacaciones en Japón y, después de subir de peso, incluso se había hecho una prueba de embarazo, que resultó negativa.
Había varios médicos a bordo y le ofrecieron ayuda a ella y la pequeña Chloe nació antes de que el avión aterrizara.
Uno de los problemas que surge en casos nacidos en el aire es la nacionalidad.
En octubre de 2015, una madre volaba de taipei a Los Ángeles cuando entró en trabajo de parto seis horas después del inicio del vuelo, y dio a luz a una niña saludable con la ayuda de un doctor que también viajaba en el vuelo.
Luego, fue criticada por la especulación en Taiwán de que la mujer quería dar a luz en Estados Unidos para que su bebé tuviera la ciudadanía de ese país.
Las leyes de ciudadanía difieren dependiendo del país. Por ejemplo, en reino Unido la ciudadanía no es conferida automáticamente para los nacidos en Gran Bretaña.
En Estados Unidos, incluso los niños nacidos en aguas o el espacio aéreo del país son ciudadanos estadounidenses por nacimiento de acuerdo al principio jus soli (derecho al suelo): el derecho de cualquiera que nazca en un territorio a la nacionalidad o ciudadanía.
¿Vuelos gratis para toda la vida?
El rumor popular dice que las personas nacidas en los aviones tienen vuelos gratuitos por toda su vida.
¿Es eso cierto?
Lamentablemente, es un mito.
Muy pocas aerolíneas han concedido al recién nacido viajes gratis por el esto de la vida.
Las únicas que lo han hecho son Thai Airways, Asia Pacific Airlines, AirAsia y Polar Airlines. Virgin Atlantic le dio a un bebé vuelos gratuitos hasta que cumpliera 21 años.
Shona, entretanto, recibió dos vuelos gratis en primera clase a Australia en su cumpleaños 18, lo que le permitió visitar a su abuela.
Después apareció en una campaña publicitaria para la aerolínea.
¿Quedó decepcionada de no recibir vuelos gratuitos para toda la vida?
“Habría estado bien, pero desde la perspectiva de una aerolínea, es un poco peligroso dar a luz en un avión y no es esta gran celebración”.
Pero si las aerolíneas empiezan a sentirse generosas, ella está convencida de que serían las madres quienes deberían beneficiarse, no los bebés.
“Mi madre es la que pasó por todo eso así que quizá ella debería tener viajes gratis, no yo”.
Halima Ali es periodista freelance y editora en Londres, Su cuenta en Twitter es @Halima_Ali