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(CNNMoney) – Vivo en la ciudad más contaminada del mundo. También tengo asma.

Me trasladé a Nueva Delhi en octubre, para asumir un nuevo puesto con CNN. Había escuchado las advertencias de mis colegas y amigos: el aire en Delhi es malo, dijeron. Muy malo. En general los ignoraba.

Después de todo, soy un veterano de las ciudades contaminadas. Me crie en el sur de California cuando la región tenía el peor aire de Estados Unidos. De niño recuerdo cuando la niebla oscurecía las montañas cercanas de San Bernardino. Después de un tiempo, soplaban los vientos de Santa Ana y se llevaban el aire sucio del valle.

No era gran cosa.

Esa era mi actitud, aunque yo había sido diagnosticado con asma infantil. Cuando era niño, no le daba mucha importancia a mi asma. Usaba un inhalador de manera irregular, pero eso era todo. Hacía deporte. Corría con el equipo de atletismo. Recuerdo que solo un par de veces me faltó el aire.

Debería haber prestado más atención.

El aire en Delhi es tan malo que he cambiado mi comportamiento. He dejado de correr al aire libre. Reviso la aplicación de monitoreo del aire casi tan a menudo como reviso mi correo. Compré dos filtros de aire para mi casa y los utilizo 24 horas al día, los siete días de la semana.

Frecuentemente este invierno, cuando la he revisado, la aplicación del clima de Apple simplemente ha dicho “niebla”.

Cuando despierto, me asomo por la ventana de mi habitación para ver si logro distinguir algún edificio cercano. Si no veo el contorno del edificio en medio del esmog, guardo una máscara en contra de la contaminación en mi mochila.

He pasado el último mes informando sobre una historia respecto a la contaminación del aire en Delhi.

Y quizá lo más aterrador que he aprendido es lo poco que los científicos en realidad saben sobre los peligros de la contaminación del aire. Los efectos de la exposición a largo plazo a gases y partículas desagradables permanecen envueltos en misterio.

Durante mi investigación, efectivamente encontré un estudio que siguió a un grupo grande de estudiantes de cuarto grado en el sur de California a partir de 1993. Los investigadores encontraron que los niños que vivían en áreas contaminadas tenían una función pulmonar bastante reducida. En 1993, yo tenía 7 años de edad y vivía solo a un par de kilómetros de una de las comunidades que fueron parte del estudio. Esto es lo que el estudio encontró acerca de los riesgos a largo plazo: “El mayor efecto de los déficits relacionados con la contaminación podría ocurrir más adelante en la vida, debido a que una menor función pulmonar es un fuerte factor de riesgo para las complicaciones y la muerte durante la edad adulta”.

Hhmm.

La calidad del aire de California ha mejorado progresivamente desde 1993, gracias a los estándares de emisión de los vehículos que están entre los más exigentes del mundo. En noviembre, viajé a casa por el día de Acción de Gracias, y quedé asombrado por lo limpio que se sentía el aire. El cielo estaba tan azul. Antes de salir al aeropuerto, mi madre me puso el inhalador en la mano. Llévatelo, me dijo.

Si quisiera salir de Delhi mañana, podría hacerlo. Pero para la inmensa mayoría de los 20 millones de residentes de la mega ciudad, escapar no es una opción. Están aquí para trabajar, para proveer para sus familias, para construir vidas en esta gran ciudad.

Mis preocupaciones por el asma palidecen en comparación con lo que los residentes permanentes de Delhi enfrentan. De hecho, ellos se sienten un poco autoindulgentes. Pero yo me estremezco cuando veo a los niños jugar en la calle al aire libre. Necesitan urgentemente una atmósfera más limpia, y espero que la obtengan.

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