(CNN Español) – “Cuando yo tenía su edad, yo era igual que ella,” dice Piedad Castellanos, mientras señala a su hija, Sarah, de 21 años. “Yo quería que todo el mundo fuera feliz, todos con el mismo dinero. Pero ahora, me encanta el capitalismo. Me encanta el dinero, y me encanta la libertad que Estados Unidos nos dio a nosotros los latinos”.
“No estoy de acuerdo”, respondió Sara Castellanos. “Usted habla de la libertad de los pueblos latinoamericanos, pero yo he luchado suficiente como para no sentirme libre.”
El año pasado, la más joven de los Castellanos, que ahora vive en Miami con su familia, se vio obligada a abandonar la American University en Washington porque no tenía dinero suficiente para seguir pagando su educación.
“No fue porque no tenía las calificaciones o los talentos o las habilidades”, afirmó Sara Castellanos, que apoya al Partido Demócrata. “Creo que cada estudiante debe poder recibir una educación y los demócratas promueven ideas y políticas que permiten el acceso de todos a una educación gratuita”.
Para la estudiante, que se graduará en política internacional en la Universidad Internacional de la Florida, la educación es el tema más importante, un tema que le enfrenta a su madre, una republicada conservadora en materia social y fiscal.
“Pueden decir que todo va a ser gratis para todos, pero eso es populismo”, le asegura Castellanos a su hija. “Nunca va a suceder”.
Este es sólo un ejemplo del tipo de conversaciones que parecen ocurrir dentro de muchos hogares en Estados Unidos. Con estos choques de opiniones entre las generaciones mayores y más jóvenes, el resultado de las elecciones presidenciales de 2016 se vuelve más incierto, sobre todo cuando se trata del voto latino en el estado clave de la Florida.
Según con un estudio del Centro de Estudios Latinoamericanos, Caribeños y Latinos, del Centro de Postgrado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), los latinos representan el 24% de la población del estado y el 19% de su electorado, lo que los convierte en un importante bloque de votantes para cualquiera que aspire a convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos.
En el pasado, el Partido Republicano se llevaría el voto latino de Florida, ya que la mayoría de los latinos eran cubanos o de ascendencia cubana y eran más afines a la dura postura del partido en el mantenimiento del embargo de EE.UU. contra Cuba. Sin embargo, esta tendencia cambió drásticamente durante las elecciones de 2008.
Patrick Hidalgo, el exdirector de voto hispano de la campaña de Barack Obama, explicó que “2008 fue la primera vez que el Partido Demócrata ganó la mayoría del voto latino en Florida con un 57%”. Hidalgo añade que en 2012, Obama ganó la reelección con 60% del voto latino.
Esto se debe también a que la propia población hispana está cambiando. Ahora es más amplia y diversa. “Florida es cada vez más hispana y menos cubana, y esto es importante”, sostiene Hidalgo. “El voto latino no-cubano en Florida es un punto atractivo. No hay ninguna razón por la que no debieran votar demócrata cuando se analizan las cuestiones básicas que son más importantes para ellos. La inmigración, por ejemplo, es ahora mucho más importante que lo que solía ser “.
De acuerdo con el estudio de CUNY, en 1990, los cubanos constituían el 44% de la población del estado, en comparación con sólo el 28% en 2014. Los puertorriqueños, mexicanos, colombianos y dominicanos son ahora casi la mitad de los residentes latinos del estado.
Pero las actitudes dentro de la gran comunidad cubana de la Florida también están cambiando, en gran medida impulsadas por una generación más joven de cubano-americanos con menos lazos emocionales y menos recuerdos de la revolución de Fidel Castro de la década de 1950 que obligó a muchos cubanos a abandonar la isla y afincarse en Miami.
“No decido mi voto por un asunto en particular”, cuenta, Michelle Rodríguez, de 23 años y de ascendencia cubana. “Mi postura sobre Cuba es que yo no estoy a favor de levantar el embargo por el momento. Dicho esto, hay otras cuestiones a tener en cuenta “.
Aunque su familia es firmemente republicana, Rodríguez reveló recientemente a su padre, el abogado de Miami Javier Rodríguez, que este año va a votar por Hillary Clinton.
“Eso viene como un poco de sorpresa”, dice Rodríguez. “Todo lo que Michelle y yo hemos discutido sobre política apunta a votar por el partido republicano. Creo que ciertas cosas con respecto a la economía, con respecto a la defensa nacional, asuntos sociales. Siempre voy a inclinarme hacia los republicanos, independientemente del candidato, porque esa persona es más probable que esté de acuerdo conmigo en esas cuestiones”.
Para su hija, sin embargo, los candidatos que pueden poner fin al partisanismo de Washington y abrir una nueva etapa de cooperación, tanto a nivel nacional como a nivel internacional, son una prioridad. Y aunque planea romper con la tradición de su familia, su padre entiende que cada vez más cubanos jóvenes se sienten poco conectados con el tema de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
“Mis padres vinieron de Cuba en sus veintes. Para ellos, como vivieron toda la tragedia cubana, fue un tema muy importante y quizás el más importante “, afirma Rodríguez. “Para la generación de mis hijos es menos importante, e incluso para la mía fue menos importante para serte sincero. Nacimos aquí, crecimos aquí, vivimos aquí y la postura de un político con respecto a Cuba es en gran medida irrelevante “.
Es un cambio drástico que Hidalgo dice no haber visto en más de 50 años.
“Hay tres grupos principales diferentes que hoy conforman el grupo demográfico de cubanos”, señaló Hidalgo. “El primero es el de los cubanos que llegaron de la isla a Estados Unidos en los años 60 y 70 como exiliados. Este grupo tiende a votar por los republicanos. El segundo grupo es el de los cubanos que han llegado a Estados Unidos en los últimos 30 años y porque todavía tienen familia allí, están más interesados en el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas. La tercera son los hijos de exiliados que nacieron en Estados Unidos, y sus hijos, que es la generación más joven de los votantes cubanos. Estos dos últimos grupos son más numerosos que el primero, y tienden a votar más por los demócratas”.
A medida que el electorado latino en Florida sigue cambiando, estas discrepancias entre las generaciones más jóvenes y más mayores no se puede subestimar. Son conversaciones impulsan un cambio político importante en el estado y podrían hacer que los resultados de las próximas elecciones sean más difíciles de predecir.
(Con información de Mónica Serrano)