(CNN) – Los científicos han descubierto una nueva especie de tiranosaurio que ayuda a explicar cómo el T. rex se convirtió en una bestia gigante de tal magnitud.
Un equipo de expertos de la Universidad de Edimburgo, junto con colegas de Rusia y Estados Unidos, descubrieron restos fósiles en Uzbekistán e identificaron una nueva especie llamada “Timurlengia euotica”.
El Timurlengia era aproximadamente del tamaño de un caballo. Fue “un ágil cazador con dientes finos y afilados, adecuados para cortar la carne”, dice Hans Sues, presidente del Departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian.
Tenía patas largas, era un corredor rápido, y probablemente se alimentaba de herbívoros, pero su velocidad no era lo único en lo que los investigadores estaban interesados… cuando se reconstruyó el cráneo de la criatura, descubrieron que su cerebro y oídos se veían muy conocidos.
“Los ancestros del T. rex se habrían parecido muchísimo a los Timurlengia”, dice Steve Brusatte, el líder del equipo de la Universidad de Edimburgo.
La cabeza primero
Hasta ahora, se sabía poco acerca de cómo los tiranosaurios se convirtieron en los depredadores gigantes que dominaron el paisaje desde hace aproximadamente 70 a 80 millones de años.
Los primeros tiranosaurios vivieron durante el período Jurásico y eran solo ligeramente más grandes que un humano, pero 100 millones de años más tarde habían evolucionado y se habían convertido en criaturas que podían pesar hasta 7 toneladas… el T. rex de la leyenda.
A los 90 millones de años de edad, las especies recién descubiertas llenan los vacíos.
Los científicos usaron imágenes de tomografías computarizadas del cerebro del nuevo dinosaurio para obtener entendimiento de sus sentidos. A pesar de que el cráneo de la criatura era mucho más pequeño que el del T. rex, su cerebro y sus sentidos ya estaban muy desarrollados.
Según los expertos, esto demuestra que antes de que los tiranosaurios se volvieran tan enormes, ya tenían su legendaria astucia y una capacidad auditiva muy aguda.
Esto les habría puesto en una excelente posición para rugir hasta la cima de la cadena alimenticia.
“Solo después de que estos ancestrales tiranosaurios evolucionaron sus cerebros inteligentes y agudos sentidos, crecieron hasta llegar a ser de los colosales tamaños del T. rex”, dice Bruzaste.
“Los tiranosaurios tuvieron que ser listos antes de volverse más grandes”.