(CNN) – Este verano, Brasil recibirá a personas de todo el mundo durante los Juegos Olímpicos.
A poco más de tres meses del acontecimiento deportivo, el país se enfrenta a una serie de desafíos sin precedentes: el estallido del virus del Zika, una agobiante recesión que dejó a cientos de miles sin empleo y situó la inflación por las nubes, y una crisis política que ha implicado a algunos de los legisladores más poderosos del país.
Ahora, la presidenta Dilma Rousseff enfrenta un proceso de juicio político que podría culminar con su destitución.
Todo esto lleva a la pregunta de: ¿qué va a pasar con los Juegos Olímpicos?
Según los organizadores del Comité Olímpico Internacional, los Juegos no deben verse afectados por la crisis actual.
El COI dijo que está siguiendo de cerca la situación política –y la posibilidad de destitución de Rousseff-, pero hizo hincapié en que los efectos de tal controversia probablemente serían mínimos. “Este tipo de cuestiones políticas tienen una influencia mucho menor que en otras etapas de la organización de los Juegos Olímpicos”, dijo el COI.
Citando una reciente visita de los coordinadores del COI a Río de Janeiro, un portavoz del organismo dijo que ellos vieron “un gran progreso”.
De acuerdo con el Comité Organizador Local, los estadios están casi completos. Sin embargo, la venta de entradas está más baja de lo esperado. Según los organizadores, solo el 55% de las entradas se han vendido.
“Los brasileños son compradores tardíos”, dijo el portavoz del Comité Organizador Local, Mario Andrada. “No podemos culpar al público. La gente tiene cosas más importantes de qué preocuparse en este momento”.
Rousseff se enfrenta a un juicio político
Entre esas preocupaciones está quién será el presidente el próximo mes de agosto, cuando la antorcha olímpica llegue a Río.
El fin de semana, la Cámara baja de Brasil aprobó iniciar el proceso para un juicio político contra la presidenta. Rousseff está acusada de ocultar un déficit presupuestario para ganar la reelección en 2014.
El proceso pasa ahora al Senado. Si se aprueba la admisibilidad en la Cámara alta, Rousseff no podrá ejercer su cargo durante 180 días para defenderse contra las acusaciones.
Sería reemplazada por el vicepresidente Michel Temer, cuyo partido, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, o PMDB, ha sido implicado en una trama de corrupción.
El papel principal del presidente en los Juegos Olímpicos sería presidir la ceremonia de apertura. Gran parte de la organización local se ha llevado no por Rousseff, sino por el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes.
Los Juegos pueden seguir adelante sin ningún problema, como ocurrió con la Copa del Mundo en 2014, precedida por fuertes protestas antigubernamentales que se desvanecieron una vez que inició el campeonato.
Las autoridades de turismo son optimistas
A pesar de los problemas políticos del país, los organizadores y funcionarios de turismo en Río todavía creen que los Juegos serán un éxito.
Los funcionarios están apostando a la bajada del real, la moneda brasileña, para atraer a los visitantes extranjeros.
De acuerdo con la rama en Río de Janeiro de la Asociación de la Industria Hotelera de Brasil, los hoteles de la ciudad están casi completamente llenos para los Juegos. A pesar de la reciente mala publicidad, no hubo ninguna cancelación.
El secretario de Turismo de Río de Janeiro, Antonio Pedro Viegas, dijo que la ciudad espera más de un millón de turistas durante los Juegos.
“La gente ya sabe nuestros problemas, pero van a sorprenderse por la belleza de Río y la calidez de su gente”.
Sin embargo, para algunos cariocas, como se conoce a los residentes de Río de Janeiro, el entusiasmo por los Juegos se ha visto ensombrecido por la negatividad.
Aunque pocos creen que los Juegos Olímpicos se cancelen o pospongan, muchos los ven como una excusa para enmascarar la “vergüenza” que están viviendo actualmente.
“Es como una telenovela de miedo”, dijo Marco Magalhaes, un artista de maquillaje de Río que vive en Los Angeles a tiempo parcial.
Para Andrada y el Comité Organizador Local de Río 2016, la esperanza es que los Juegos marquen un punto de inflexión para el país.
“Los Juegos tienen un papel que desempeñar en el medio de todo esto. Pueden ser la respuesta para Brasil”, dijo Andrada. “Los Juegos pueden ser la buena noticia”.
Los Juegos Olímpicos de Río 2016 se llevarán a cabo entre el 5 y el 21 de agosto.
Patrick Gillespie contribuyó con este reporte