CNNE 279202 - norcoreanas

(CNN) – La puerta se abre y siete mujeres caminan en silencio por el vestíbulo del Hotel Koryo de Pyongyang. Sus caras no tienen expresión. Poco o nada de maquillaje, chaquetas negras, y pins patriotas en sus solapas.

Las mujeres, todas en sus 20 años, representan a algunos de los ciudadanos de mayor confianza en la capital de Corea del Norte. Vienen de buenas familias y fueron elegidas para un codiciado trabajo en el extranjero ganando dinero para su gobierno.

Hasta principios de este mes eran camareras en un restaurante gestionado por el Estado en la ciudad de Ningbo, provincia de Zhejiang, en el sur de China. Ahora, el restaurante está cerrado. Y la vida de estas mujeres se han vuelto extraordinariamente complicada.

“Nosotros nunca dejaríamos a nuestros padres, ni al país, ni al líder Kim Jong Un. Ninguna de nosotras podría hacer eso”, dijo Han Yun Hui, llorando junto a sus colegas.

¿Deserción o secuestro?

La semana pasada, Corea del Sur anunció que 12 mujeres norcoreanas y un hombre desertaron después de “sentir presión de las autoridades de Corea del Norte” para enviar divisas a su tierra natal, según un portavoz del gobierno surcoreano.

“Los trabajadores dijeron que habían conocido la realidad en Corea del Sur a través de la televisión, las telenovelas, películas e internet”, dijo el portavoz del Ministerio de Unificación de Corea del Sur Jeong Joon-ji en ese momento.

Un portavoz de la Cruz Roja de Corea del Norte denunció rápidamente las aparentes deserciones como un “secuestro en grupo a plena luz del día”, según KCNA, órgano oficial del gobierno de Kim Jong Un.

“El director del restaurante mintió”

Los siete camareras, que se presentaron exclusivamente a un equipo de CNN en Pyongyang el lunes, eran trabajadoras del restaurante Ningbo, y ya regresaron a Corea del Norte. Esta es la primera vez que hablan públicamente. Afirman que el gerente del restaurante engañó a los otros 12 camareros al mentir sobre su destino final.

“A mediados de marzo nuestro gerente del restaurante nos reunió y nos dijo que el restaurante se trasladaba a un lugar en el sudeste de Asia”, dijo Choe Yong Hye.

Choe dijo que cuando el gerente le reveló, solo a ella, que en realidad desertarían a Corea del Sur, solo tuvo tiempo para “advertir” a un puñado de camareras.

“El coche ya estaba esperando por nosotras en ese momento”, dijo Choe, mientras rompía en llanto.

Las camareras en Pyongyang afirman que su gerente, y un hombre de negocios de Corea del Sur, coordinaron el viaje bajo la dirección de las autoridades gubernamentales en Seúl.

“Pienso en nuestros colegas siendo engañados y arrastrados a Corea del Sur y enfrentando dificultades extremas allí”, dijo sollozando Han Yun Hui.

En respuesta, el Ministerio de Unificación de Corea del Sur emitió una declaración a CNN: “13 desertores decidieron voluntariamente salir y siguieron adelante con el escape sin ninguna ayuda desde el exterior Después de su solicitud voluntaria para desertar, nuestro gobierno los aceptó desde un punto de humanitario”.

Fuente de divisa extranjera

Se cree que el gobierno de Corea del Norte financia sus actividades científicas y militares mediante el envío de decenas de miles de ciudadanos para trabajar en el extranjero, con lo que se recibe un estimado de 1.200 millones de dólares a 2.300 millones al año, según un informe de la ONU del pasado otoño.

Restaurantes estatales son una forma en la que el régimen consigue moneda extranjera. Pero también se cree que los restaurantes, junto con otras empresas de Corea del Norte, están enfrentando las consecuencias del aumento de las sanciones.

Cuando se le preguntó si tenía algún mensaje para sus colegas que están ahora en Corea del Sur, Choe Yong Hye se giró a la cámara e hizo un emotivo llamado.

“El camarada Kim Jong Un anhela que todos ustedes retornen. Estamos esperando su regreso, incapaces de dormir o comer”.