(CNN) – Es un panorama abrumador sobre la magnitud de la crisis de por la caza furtiva en África.
Durante la semana pasada, varias decenas de hombres han rodeado un sitio en el Parque Nacional de Nairobi, descargando colmillos de elefantes desde contenedores de transporte —muchos de ellos tan grandes que se necesita dos hombres para cargar un solo colmillo— y creando con ellos torres de marfil de hasta 3 metros de alto y 6 metros de ancho.
Fforma algo así como un cementerio para algunas de las especies en peligro de extinción más emblemáticas del mundo.
El sábado, el cementerio se convertirá en un crematorio.
El presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta, encenderá un fósforo o cerillo sobre 95 toneladas métricas de marfil de elefante, 1,22 toneladas de cuerno de rinoceronte, pieles de animales exóticos y otros productos como el sándalo y la corteza medicinal.
Esta destrucción de mercancías ilícitas de fauna opaca cualquier medida similar que se haya hecho antes.
Solo los colmillos —de unos 8.000 elefantes— tendrían un valor de más de 105 millones de dólares en el mercado negro, según el experto en comercio de vida silvestre Esmond Bradley Martin.
Los cuernos de rinocerontes, de 343 animales, tendrían un valor de más de 67 millones de dólares. En conjunto, son más de 172 millones de mercancías ilícitas que se conviertirán en humo.
Eso es 1,5 veces más de lo que Kenya gasta al año en su agencia de recursos ambientales y naturales.
Pero los kenianos dicen que la reserva no es valiosa: es inútil.
“Desde la perspectiva de Kenya, no pensamos que sea dinero que se convierte en humo”, dijo el director general del Servivio de Vida Silvestre de Kenya, Kitili Mbathi. “El único valor del marfil es en los colmillos de un elefante vivo”.
Niveles récord de caza furtiva
Eso no es sólo retórica conservacionista.
El turismo, sobre todo el relacionado con la vida silvestre, representa aproximadamente el 12% del PIB de Kenya. A largo de su vida, un elefante vivo genera 76 veces más en ingresos de turismo que lo hace por su marfil, de acuerdo con David Sheldrick de Wildlife Trust, un grupo de rehabilitación y rescate de elefantes.
Alrededor de 1.338 rinocerontes fueron cazados en África el año pasado, un número récord y el sexto año consecutivo en el que el número de incidentes de caza furtiva aumenta.
Los elefantes están en amenaza grave. Cada 15 minutos, un elefante muere por sus colmillos.