(CNN) – El ascenso de Donald Trump fue tan rápido que incluso el propio multimillonario se sorprendió. Y el aparato del Partido Republicano ahora se enfrenta a decisiones inmediatas, ninguna particularmente atractiva para ellos.
¿Se unirán detrás del abanderado de su partido? ¿O lucharán, en una búsqueda quijotesca para socavar Trump?
En los últimos cinco días ha quedado claro que la unidad del partido va a ser difícil de conseguir, si es que ocurre. Expresidentes, líderes del partido y republicanos prominentes están eligiendo su opción, desde la aceptación poco entusiasta (Bob Dole) a las promesas de no votar por ningún partido en noviembre (exgobernador de Florida, Jeb Bush y el senador Lindsey Graham) a reflexiones acerca de una tercera oferta (Bill Kristol).
Trump completó su primera semana como virtual candidato señalando que su paciencia tiene un límite. El magnate se reunirá este jueves con Paul Ryan después de que el presidente de la Cámara de Representantes dijo a CNN que no estaba listo para apoyarlo.
Trump y su estilo provocador
Pero Trump ha dejado muy en claro que no tiene la intención de abandonar el estilo provocativo de la campaña que ha alarmado al aparato político republicano y calado profundamente en los votantes durante las primarias. Después de días de ser blanco de las críticas finales de pares como Ryan, Mitt Romney y Graham, Trump y sus seguidores respondieron duramente.
Sarah Palin, vicaria clave de Trump y nominada a la vicepresidencia en 2008, dio el inusual paso de respaldar al poco conocido empresario republicano desafiando a Ryan por su escaño representando a Wisconsin.
“Paul Ryan pronto será ‘cantoreado’”, dijo Palin el domingo en una entrevista de televisión, en referencia a Eric Cantor, ex líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes quien fue vencido durante las primarias en 2014.
“Su carrera política está acabada a menos de que ocurra un milagro, porque ha faltado al respeto a la elección de la gente, y como líder del Partido Republicano, (de) la convención, debería mantenerse neutral”, afirmó Palin. “Y salir ahora a decir a quién no respaldará no es una decisión muy inteligente”.
De su lado, Trump no parece preocupado sobre los rumores de una desintegración del partido debido a su nominación. En entrevista con la ABC, Trump cuestionó la necesidad de unidad en el partido, argumentando que su campaña es distinta a cualquier otra y no se basará en los mismos cálculos políticos.
“¿Tiene que haber unidad?”, se cuestionó Trump. “Soy muy distinto a cualquier otro, quizá a cualquiera que haya contendido por un puesto público. No lo creo”.
Y siguió: “Creo que sería mejor si estamos unidos. Creo… que sería benéfico. Pero no pienso que deba ser una unión en el sentido tradicional”.
Algunos de los opositores a Trump dentro del partido han dicho que el empresario de hecho engañó a los electores para conseguir su apoyo y que él modificará sus posturas cuando tenga que tratar de convencer a un electorado más amplio de cara a la elección presidencial.
Ese temor es lo que parcialmente está alimentando la especulación respecto a un posible tercer contendiente como Mitt Romney, quien mantuvo reuniones secretas la semana pasada para analizar cómo incluir a un candidato in dependiente en la carrera.
Romney ha sido discreto sobre esta idea. Pero claramente dio a conocer sus preocupaciones sobre Trump durante un discurso en la Universidad Trine de Angola, en Indiana, donde advirtió sobre los “demagogos”.
“Los especuladores nos tientan y buscan engancharnos con adicciones compulsivas”, dijo Romney. “La industria del entretenimiento nos distrae de las cosas que nos dejan logros perdurables y felicidad”.
En tanto, Trump se está enfocando ahora en la elección general con el objetivo de minar la ventaja de Hillary Clinton con las mujeres. Enfrentado a la posibilidad de competir con la primera mujer nominada por uno de los dos principales partidos, Trump apuesta a modificar la imagen que se tiene de Clinton reviviendo la saga del juicio político contra Bill Clinton en los 90, con el argumento de que ella había desdeñado a las mujeres que tuvieron relaciones extramaritales con su esposo.
“Hillary fue permisiva y trató a estas mujeres de forma horrible”, dijo Trump el sábado en Spokane, Washington. “Y algunas de esas mujeres terminaron destruidas, no por Bill Clinton, sino por cómo fueron tratadas por Hillary Clinton cuando todo se vino abajo”.
Con esos comentarios Trump está tomando riesgos, e incluso la propia Palin parece poner en duda su efectividad. Cuestionada sobre las críticas de Trump a Clinton, Palin dijo, “mucha gente parece obsesionada con la vida personal de los personajes públicos, y todos van a terminar enredados en, ya sabes, decisiones equivocadas pasadas o lo que sea”.
“Pero creo que la mayoría de los estadounidenses están preocupados por cosas sobre quién será el que designe a los futuros magistrados de la Suprema Corte, lo que afectará a toda una generación por venir. Creo que eso es lo que realmente le preocupa a la gente, mucho más que las obvia imprudencia de Bill Clinton o que Donald Trump se haya divorciado un par de veces”.