(CNN) – Incluso para los estándares de Corea del Norte, esta experiencia fue surrealista.
Durante días, un equipo de CNN en Pyongyang impulsó el acceso la Congreso del Partido de los Trabajadores, un importante evento político que no sucedía desde hace 36 años.
Más de 100 periodistas de todo el mundo llegaron para hacer lo mismo. Ha sido una semana de decepción. Lo más cerca que nos encontramos fue rodando el edificio desde el otro lado de la calle.
Eso cambió el lunes, cuando los funcionarios del gobierno llevaron a un pequeño grupo de 30 periodistas, entre los que me encontraba yo y la fotoperiodista Charlie Miller.
No sabemos por qué nos eligieron. Ellos no nos dijeron a dónde íbamos, pero nos dijeron que lleváramos nuestros trajes y corbatas, y nuestros pasaportes.
Extrema seguridad
Abordamos autobuses que finalmente nos llevaron al enorme centro de convenciones donde 3.400 delegados se habían reunido para el Congreso del Partido de los Trabajadores.
Estaban esperando no solo por nosotros, por supuesto, sino por el líder Kim Jong Un.
La seguridad, como se puede imaginar, fue más allá de lo estricto. Las autoridades nos registraron y tomaron nuestros teléfonos celulares. No pudimos llevar nuestros micrófonos inalámbricos ni nuestras baterías de repuesto.
Todo el proceso de seguridad llevó 90 minutos. Por último, y por primera vez para periodistas occidentales, se nos permitió acceder a interior del Congreso del Partido de los Trabajadores.
Un encuentro histórico
Un pasillo con columnas de mármol ornamentadas y una extravagante escalera mecánica conducen al auditorio. Fuimos advertidos de no golpear con nuestro trípode en la impecable escalera mecánica.
Al entrar en el salón de actos, rápidamente nos dimos cuenta de que no éramos los únicos filmando. La televisión estatal de Corea del Norte también nos estaba filmando, presumiblemente para mostrar la importancia del Congreso en el resto del mundo.
A medida que entramos en el interior del auditorio, 5.000 cabezas se volvieron. Algunos miraban perplejos.
El silencio fue roto solo por la familiar melodía que suena cada vez que el “líder supremo” del país está a punto de aparecer.
De repente, todo el mundo aplaudió y gritó al unísono. Lo hicieron durante varios minutos.
Entonces Kim –con un traje, corbata gris y gafas- hizo su entrada.
Nuestros cuidadores nos dieron 10 minutos para grabar lo que quisiéramos, a excepción de primeros planos de los cuadernos de los delegados.
Luego nos alejaron.
Kim fue elegido nuevo presidente del Partido de los Trabajadores.
Los desafíos de cubrir Corea del Norte
Este es mi décimo viaje de trabajo a Corea del Norte, y no tengo miedo de informar sobre los hechos que son críticos con la nación o su líder, incluso cuando estoy en el interior del país.
Sin embargo, funcionarios de Corea del Norte me han reprendido fuertemente por mis reportes.
Aunque nunca he borrado video ni permití que el régimen viera las historias con antelación, todavía hay restricciones.
El gobierno dirige a menudo cuándo y dónde se puede utilizar la cámara, lo que dificulta la capacidad de moverse libremente por el país.