(CNN Español) - Este domingo se cumplió una semana del tiroteo más sangriento de la historia de Estados Unidos y el bar Pulse de Orlando, donde murieron 49 inocentes y 53 más resultaron heridos, sigue siendo una escena de crimen tomada por la policía.
Los investigadores siguen recolectado evidencias y evaluando los videos de las cámaras de vigilancia que, en la madrugada del 12 de junio, registraron el momento en que el responsible de la matanza -Omar Mateen- abrió fuego indiscriminadamente contra los asistentes a la discoteca, frecuentada por la comunidad LGBT.
Los funerales de la mayoría de las víctimas se realizaron este fin de semana.
“Le agradecemos a todo el pueblo porque han sido muy lindos con la familia, porque han sido muy atentos y le damos gracias a Dios porque le ha dado fortaleza a la mamá (de uno de los fallecidos)”, dijo Wendy Ramos, familiar de una víctima.
Este domingo, un ambiente de desolación y tristeza se apoderó de una lluviosa ciudad de Orlando a medida que decenas de personas concurrían al espontáneo altar que recuerda a los muertos en la masacre, ubicado frente al hospital regional.
Con eso, se rinde tributo a la memoria de las 49 vidas que se llevo el peor tiroteo en la historia de Estados Unidos.
Hasta el lugar llegó Elizabeth Gourdine, profesora de una escuela de belleza que perdió a cinco de sus estudiantes.
“Eran todos profesionales, tenían sus trabajitos. Jame era el más feliz, siempre estaba cantando. Eli Roy, Estelita era tremenda; Luis Román, también, sobrino de una de las maestras de donde yo trabajo”, recordaba la profesora.
Las banderas evidencian que ésta ha sido la peor tragedia sufrida por la comunidad hispana en Estados Unidos.
Gladys Rodríguez perdió a una amiga en el tiroteo.
”Yo, aquí tocándoles “Fabricando Fantasías”, de Tito Nieves, a estas personas, buenas, trabajadoras. La comunidad latina ha sido destrozada. Que Dios los tenga a todos en la gloria”, implora Rodríguez.