(CNNMoney) – Líderes empresariales británicos advirtieron durante meses que si los votantes británicos decidían exiliarse de la Unión Europea, habría consecuencias rápidas y negativas.
Este viernes, sus temores se hicieron realidad. La libra fue apaleada, las acciones bancarias se hundieron y los inversores se apoderaron de las empresas que hacen la mayor parte de sus negocios en Reino Unido. Ahora hay un verdadero debate sobre si Londres seguirá siendo una capital financiera mundial.
El propietario de British Airways, IAG, emitió casi inmediatamente una advertencia de ganancias. La compañía dijo que prevé un mínimo impacto a largo plazo, pero emitió una advertencia de ganancias debido a un difícil entorno comercial y a la volatilidad actual del mercado.
La aerolínea de bajo costo EasyJet cerró a la baja. Su acción cayó más de 14% este viernes. La CEO, Carolyn McCall dijo que la empresa hace todo lo posible para garantizar que “el Reino Unido siga siendo parte del mercado único de aviación de la Unión Europea” por lo que los aviones aún pueden volar libremente por Europa”, indicó.
Los bancos sufren grandes golpes
Las consecuencias de la votación fueron resentidas ampliamente: Los grandes bancos, muchos de los cuales ejecutan sus operaciones europeas desde Canary Wharf en Londres, se encuentran entre los más afectados. Las acciones de Barclays bajaron 20%; las de Lloyds Bank, 21%; y las de RBS, 18%. Es posible que miles de empleos sean recortados en el sector, debido a que muchos bancos han amenazado con trasladar sus operaciones fuera de Londres.
Los bancos estadounidenses también fueron afectados, al resentir los impactos de la “relación especial” de Estados Unidos con el comercio en Londres. Morgan Stanley cayó 8%, Citigroup perdió 7% y Goldman Sachs bajó 5%. Invesco, una empresa de inversión con sede en Estados Unidos, pero con una presencia sustancial en Reino Unido tuvo el peor desempeño en todo el S&P 500, al caer más de 10%.
Ahora hay un verdadero debate sobre si Londres seguirá siendo un capital financiero mundial. En un mensaje enviado a sus empleados, el presidente ejecutivo Jamie Dimon, dijo que los 16,000 empleados de JP Morgan en Reino Unido seguirán sirviendo a sus clientes como de costumbre. Advirtió, sin embargo, que el banco podría “necesitar realizar cambios en nuestra estructura europea de entidad jurídica y en la ubicación de algunas funciones”.
Más allá de los bancos: fabricantes de automóviles, aerolíneas
Sin embargo, no fueron sólo los grandes bancos. El FTSE 250, que se compone de empresas británicas en su mayoría de tamaño mediano, se desplomó 12% al inicio de las operaciones. Terminó la jornada con una caída de casi 7%.
Moody’s advirtió que las automotrices, los fabricantes y productores de alimentos británicos podrían sufrir de barreras comerciales más altas y de volúmenes reducidos. La agencia de calificación crediticia dijo que el aumento del riesgo regulatorio golpearía a las firmas de telecomunicaciones, a las aerolíneas y a las farmacéuticas.
Algunos de esos temores se hicieron sentir en Estados Unidos también. BorgWarner, un fabricante de autopartes, se derrumbó casi 9%. CF Industries, una compañía de Illinois que hace fertilizantes, cayó 7%.
Los constructores de viviendas también fueron señalados como posibles grandes perdedores. Los analistas están preocupados de que una fuerte caída en la confianza del consumidor perjudique las ventas de viviendas. Los compradores extranjeros también podrían pensar en Londres como una opción mucho menos atractiva para la inversión inmobiliaria.
Hay tremendos niveles de inseguridad afectando a las empresas británicas. Londres ahora debe establecer nuevas relaciones comerciales con sus principales socios extranjeros, y determinar la situación migratoria de los migrantes en la UE que trabajan actualmente en el Reino Unido.