El presidente de Irán, Hassan Rouhani (a la izquierda) condecora al canciller de su país, Mohammad Javad Zarif, con la Medalla de Honor por su trabajo en la implementación del Acuerdo Nuclear entre Irán y las potencias del mundo, el 8 de febrero de 2016, en Teherán.

Nota del editor: Damián Pachter es un periodista argentino-israelí, miembro investigador en el Instituto Truman de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Su tema de estudio es la relación entre Argentina-Irán, y colabora en diferentes medios locales e internacionales como reportero desde Medio Oriente. Pachter fue el periodista que dio a conocer al mundo la misteriosa muerte del fiscal argentino Alberto Nisman y salió de Argentina por cuestiones de seguridad inherentes a su labor periodística. Las opiniones en este artículo pertenecen exclusivamente al autor.  Twitter: @damianpachter

(CNN) - Por primera vez desde el levantamiento de las sanciones internacionales contra Irán, su canciller, Javad Zarif, comenzó este domingo una gira oficial de siete días en la región. Visitará a seis países aliados y se espera la firma de múltiples acuerdos económicos. 

Tras años de dificultades financieras y desencuentros políticos, el estado persa vuelve a involucrarse en el hemisferio sur.

Acompañado por una delegación de unos 60 hombres de negocios, Zarif buscará reforzar las relaciones bilaterales con Cuba, Nicaragua, Ecuador, Chile, Bolivia y Venezuela.

“El domingo iniciaré una gira por 6 países de América Latina junto a un grupo de empresarios para fortalecer lazos políticos y económicos”, anunció el diplomático vía Twitter en idioma español.

¿Cuáles serían los motivos detrás del inusual viaje por Sudamérica?

El doctor Raz Zimmt es un experto en Irán por la Universidad de Tel-Aviv y miembro del Foro para el Pensamiento Regional en Israel.

Durante una entrevista con CNN en Español, destacó el proceso político en Irán desde la llegada de Hasán Rouhaní a la presidencia, en 2013. Según Zimmt, este fenómeno alteró las prioridades frente a los estados de América Latina.

“A diferencia de años anteriores, el aspecto ideológico en el presente es mucho menos dominante, incluso internamente en Irán. Esa etapa quedó en el pasado y la principal cooperación hoy es económica”, aseguró el docente.

Asimismo, enfatizó la distancia como un factor “crítico e imposible de negar”, y advirtió que “América Latina no puede reemplazar las relaciones comerciales de Irán con Europa, India y Rusia”.

Pero Zimmt reflexionó acerca de una importante excepción: “resulta interesante ver que Zarif no visitará la Argentina”.

Excluidos

Emanuele Ottolenghi es investigador en la Fundación por la Defensa de las Democracias (FDD), un Think Tank estadounidense con sede en Washington.

Especializado en la influencia iraní en el cono sur, Ottolenghi explicó que la nación persa estaría perdiendo terreno en América Latina, luego de los nuevos liderazgos que gobiernan la región.

“Argentina después de la elección de Mauricio Macri como presidente está políticamente perdida para Irán. Y Brasil, luego del impeachment de Dilma Rousseff, también”, aseveró Ottolengui en una charla con CNN en Español.

Según el investigador, “la visita es una medida para pedirle a Teherán la renovación de su compromiso con los aliados en la región, financieramente y políticamente”.

“El hecho que Zarif no se quede en Brasil, es un claro signo de la fragilidad de la posición iraní en la zona”, agregó.

Pero podría haber otras razones que hayan influenciado en la decisión de esquivar dos estados claves en América del Sur.

Un pasado latente

En 1992, una explosión voló la embajada de Israel en pleno centro de Buenos Aires, y dos años más tarde, otro atentado destrozó a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Ambos ataques dejaron un saldo de 107 muertos y más de 500 heridos.

La justicia local señaló a Irán como el autor intelectual. Por tal motivo desde 2007, INTERPOL emitió unas órdenes de captura internacional contra un grupo de altos funcionarios iraníes.

Sin embargo, en 2013, el gobierno de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, llevó adelante un polémico acuerdo con el gobierno iraní, encabezado por Mahmud Ahmadineyad.

“Después de casi 19 años del peor atentado terrorista sufrido por la Argentina, los principales sospechosos podrán ser indagados”, celebró el entonces canciller argentino, Héctor Timerman, al convalidar el pacto junto su colega Javad Zarif.

El acuerdo jamás se puso en práctica, y quienes lo firmaron fueron denunciados por el fiscal Alberto Nisman en enero de 2015.

En su acusación, el responsable de investigar el atentado a la AMIA, sostuvo que Fernández de Kirchner lideraba un presunto plan de encubrimiento con el fin de brindarle impunidad a los supuestos involucrados en el ataque de 1994. 

“La presidente y su canciller tomaron la delictiva decisión de fabricar la inocencia de Irán para saciar intereses comerciales, políticos y geopolíticos de la República Argentina”, describió Nisman.

El gobierno argentino rechazó la denuncia y respondió a través de un comunicado de prensa.

“Que el fiscal Nisman baje el dedo acusador y presente las pruebas y los testigos. Sí, que dé a conocer los nombres de los testigos que le aportaron las pruebas, que permita a todos los argentinos y en especial a los familiares de las víctimas evaluar su trabajo”, afirmó Timerman en un mensaje leído desde la Casa Rosada.

Pero cuatro días más tarde y horas antes de presentarse en el Congreso nacional, el letrado fue hallado con un tiro en la cabeza en su departamento del barrio de Puerto Madero.

Nuevo comienzo

Con la firma, en 2015, del acuerdo nuclear entre las potencias e Irán, el Estado persa puso en marcha un proceso de reincorporación en la economía global.

Desde el Vaticano hasta China, y de África al Cono Sur, la comunidad internacional volvió a dialogar con el régimen de Teherán; al igual que varias firmas multinacionales buscando invertir en el país.

A pesar del optimismo, los expertos advierten que la situación interna del país de los ayatolas continúa siendo frágil.

“Es una etapa muy sensible y enfrentan muchas dificultades con su principal mercado que es el europeo. Algunas sanciones todavía están vigentes y encuentran muchos obstáculos en la cooperación con Europa”, alertó Zimmt.

Respecto a América Latina, el panorama tampoco parece prometedor, sobre todo teniendo en cuenta el escaso intercambio comercial.

“Después una década de victorias en Latinoamérica, el bloque de países gobernados por líderes populistas, como el de Nicolás Maduro, en Venezuela; Evo Morales, en Bolivia, y Daniel Ortega, en Nicaragua, están en retirada”, explicó por su parte  Ottolenghi.

“Por parte de Irán es una oportunidad para renovar y fortalecer vínculos ideológicos, y hacer rendir sus frutos económicos”, concluyó.

La visita del emisario iraní iniciara en la isla de Cuba y finalizará en la República Bolivariana de Venezuela, su principal aliado en continente americano.