(CNN Español) – El gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC finalizaron las conversaciones en La Habana, Cuba, y se espera que este miércoles se anuncie que las partes han llegado a un acuerdo final.
El anunció marcará un punto definitivo en los casi cuatro años de negociaciones. No se trata de la firma del acuerdo, sino del final de la negociaciones, un paso histórico para el país.
A partir de este miércoles ya no habrá lugar a revisar nada de los 6 puntos de la agenda de las conversaciones que fueron discutidos y aprobados durante estos años. Así se empieza a trazar el final de una negociación que empezó en 2012 con la guerrilla más antigua del continente —y que por años ha sido uno de los principales actores del narcotráfico en el mundo— para terminar así un conflicto de más de medio siglo.
[Infografía] Los acuerdos negociados con las FARC
El conflicto armado le ha costado a Colombia más de 250.000 muertos en los últimos 50 años, más de 7 millones de personas han sido desplazadas y 45.000 han desaparecido, según cifras del Centro de Memoria Histórica de Colombia.
El expresidente Álvaro Uribe, figura clave en la campaña por el ‘no’ en el plebiscito, compartió una foto de la reunión de los equipos negociadores y dijo que era un acuerdo con el “terrorismo”:
En redes sociales los usuarios convocaron a una manifestación este miércoles a favor de la paz:
Las etiquetas #AdiósalaGuerra y #PazenColombia fueron tendencia en Colombia en la mañana de este miércoles:
Estados Unidos aplaude la noticia
Elizabeth Trudeau, portavoz del Departamento de Estado, dijo en una declaración: “Aplaudimos a las partes por su compromiso inquebrantable para lograr un acuerdo de paz en Colombia. Como el presidente Barack Obama ha dicho ‘después de medio siglo de un conflicto doloroso, ha llegado el tiempo para la paz’”.
“Esperamos continuar nuestra colaboración con Colombia. A través de la estrategia del presidente Obama “Paz Colombia”, Estados Unidos seguirá apoyando al gobierno colombiano y su pueblo en su camino a la paz”.
¿Cuáles son los próximos pasos?
Este miércoles los equipos negociadores darán los últimos toques al documento final del acuerdo que tiene cerca de 250 páginas en total.
En ese documento se incluyen todos los avances en materia de desarrollo rural integral, de participación política de los guerrilleros, sobre la erradicación de cultivos ilícitos, el polémico punto de justicia transicional, sobre el tema del fin del conflicto y la dejación de las armas y el cese al fuego bilateral y definitivo, la entrega de armas por parte de las FARC –que será verificado por la ONU– y lo que tiene que ver con la convocatoria a un plebiscito.
Se espera que el presidente de Colombia Juan Manuel Santos haga una alocución este miércoles en la noche donde anunciará el cierre de la negociaciones y se dirigirá al Congreso para que autorice el plebiscito con el que los colombianos podrán decir si están de acuerdo con lo establecido en La Habana.
En julio, la Corte Constitucional de Colombia aprobó el plebiscito como forma para refrendar acuerdos de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC.
El plebiscito fue el mecanismo planteado por el Gobierno como mecanismo para que los colombianos se pronuncien (aprobando o rechazando) sobre el acuerdo final entre las delegaciones en La Habana.
El partido opositor colombiano Centro Democrático —liderado por el senador y expresidente Álvaro Uribe— realiza campaña por el “no”. Una de las críticas del uribismo al plebiscito es que el Gobiernobajó al 13 % ciento la mayoría necesaria en las urnas para aprobar la pregunta de si los colombianos están o no de acuerdo con lo que eventualmente se acuerde en La Habana. La consulta sería aprobada con unos 4,4 millones de votos.
Según explicó el presidente Juan Manuel Santos en diciembre de 2015, este método permitirá preguntarle a los colombianos si están de acuerdo con el “paquete integral y no entrar en los detalles de cada punto porque los acuerdos de paz, aquí o en cualquier parte del mundo a través de la historia, son vistos así como unos acuerdos de un paquete integral, que tienen que ser analizados en su integridad, no en sus componentes individuales”.
Aún se desconoce la fecha para el plebiscito.
En la negociación ya se hicieron públicos acuerdos parciales sobre participación política, narcotráfico, desarrollo rural, verdad y reparación para víctimas y ahora de cese de hostilidades. El gran tema de la agenda que quedaba pendiente por llegar a un acuerdo final era el de la implementación.
La dejación de armas
Esto no es de inmediato: después de la firma del acuerdo final, transcurrirían 150 días para que las FARC entreguen todas las armas y 180 días para que se concrete el cese del fuego bilateral.
Las partes acordaron tres fases para la dejación de armas, en porcentajes del total del armamento, que incluye el transporte del armamento a las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ver más abajo), la destrucción del armamento inestable y la recolección y almacenamiento en contenedores del armamento individual de manera secuencial. Tras 90 días de la firma se procesará el 30% de las armas. Tras 120 días de la firma, otro 30%. Tras 150 de la firma, el 40% restante.
A más tardar el día 180 tras el acuerdo final terminará el proceso de extracción de las armas por parte de la ONU, que certificará el cumplimiento del procedimiento.
Ese día, terminará también el funcionamiento de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización.
Rodolfo Benítez, garante de Cuba en la mesa de conversaciones, dijo a principio de este mes que el grupo de dejación de armas está compuesto por el Gobierno, las FARC y grupo de observadores internacionales que tendrán presencia constante en las 23 zonas veredales y 8 puntos de normalización.
“Las partes se comprometen a que el proceso de dejación no comprometa el normal desarrollo de la vida de personas en las zonas”, dijo Benítez desde La Habana.
Esas zonas de concentración fueron diseñadas para “hacer el tránsito de los guerrilleros a la legalidad” y en esos puntos las FARC adelantarán el proceso de dejación de las armas y se prepararán para el proceso de reintegración a la vida civil.
En las zonas habrá presencia de autoridades civiles no armadas.