Acquasanta Terme, Italy (CNN) - Habían estado planeando la boda perfecta por más de un año.
El vestido, el traje, el lugar, todo estaba listo. Y luego, cuatro días antes del gran día, parte de la iglesia se derrumbó por el terremoto de magnitud 6,2 que castigó el centro de Italia y que semidestruyó varios pueblos.
Aún así, Ramón y Martina Adazzi se casaron este domingo en la ciudad de Acquasanta Terme, muy cerca del epicentro del devastador sismo que ha dejado cerca de 300 muertos.
La pareja se sintió devastada cuando su sacerdote les dijo que el altar de la iglesia estaba cubierto de escombros.
Grandes grietas habían tronado las paredes y los frescos del siglo XVI se habían desgarrado. El caso era que el edificio está inutilizable.
“Al principio me quedé muy conmocionada. Hemos estado organizando esto durante más de un año”, le dijo Martina a CNN.
Pero la pareja se comprometió a continuar con la ceremonia.
“Cuando don Giovanni nos dijo que la iglesia no era segura, le dije a mi esposa: ‘Quiero celebrar mi boda allí porque ahora necesitan un momento para pensar en otras cosas’”, le contó Ramón a CNN.
“Me encanta el pueblo. Me encanta su gente. ¿Por qué habría de aceptar hacer mi boda en otro lugar?” se preguntó.
Así que, a pesar de las réplicas, sólo cambiaron el servicio religioso a una plaza del pueblo de las verdes montañas Marche, con edificios fracturados a punto de caer como telón de fondo.
La boda - a la que asistieron decenas de personas, entre ellos algunos de lugares tan lejanos como Brasil y Canadá - fue un breve momento de alegría en el centro de Italia y un testimonio de que la vida, de hecho, sigue adelante.
“Por supuesto que estaba preocupada y nerviosa. Y yo no quiero crear más problemas para el pueblo”, añade Martina. “Pero todo el mundo ha sido tan maravilloso y acogedor”, se congratuló la novia.
Esperanza para el centro de Italia.