(CNN) – ¿Quién es el verdadero Donald Trump? A veces, eso depende de en qué momento lo veas.
Mientras la campaña entra en la recta final, la tarea de intentar concretar lo que dice Trump y sus cada vez más turbias propuestas políticas está tomando mayor urgencia y una creciente dificultad.
Él ha probado ser un candidato más ingenioso de lo que muchos observadores creyeron, especialmente luego de que sus números en las encuestas bajaron durante la mitad del verano, al mostrar la habilidad de alterar la sustancia y tono de su retórica para llegar a audiencias más moderadas. Las encuestas ahora muestran una elección más cerrada a nivel nacional, a pesar de que Trump está detrás en algunos estados clave.
Aunque todos los políticos han estado diciendo a la audiencia lo que ha querido escuchar por siglos, la disposición de Trump de hacerle manicura a su mensaje socava su promesa de terminar con el discurso “políticamente correcto” y hablar lo que sale de su mente, lo que se le ocurra.
Así es como lucen los dos Trump:
El muro fronterizo
Luego de reunirse con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto la semana pasada, Trump ofreció un posicionamiento muy educado, en el cual dijo que los mexicanos son gente “espectacular” mientras describía la invitación como “un gran, gran honor”.
Sobre el asunto del muro fronterizo que ha prometido construir, Trump dijo:
“Reconocemos y respetamos el derecho de cada país a construir una barrera física o muro en cualquiera de sus fronteras para detener el movimiento ilegal de personas, drogas y armas. La cooperación para lograr el objetivo compartido -y será compartido- de seguridad para todos nuestros ciudadanos es suprema tanto para Estados Unidos como para México”.
Pero el mismo día más tarde, lejos de la prensa internacional y de regreso al caldero con sus estridentes partidarios en Phoenix, Trump tuvo un tono más estridente.
“Construiremos un gran muro a lo largo de frontera sur. Y México va a pagar por el muro. Un 100 por ciento. Ellos todavía no lo saben, pero van a pagar por eso. El primer día empezaremos trabajar en un impenetrable, físico, alto, poderoso y hermoso muro en la frontera sur”.
Deportaciones
Sobre cómo discute Trump su plan para expulsar a un estimado de 11 millones de inmigrantes indocumentados, y sobre si pretende lanzar una “fuerza de deportación”, también depende de la audiencia.
En su discurso en Phoenix, el candidato republicano dejó en claro que ningún inmigrante indocumentado estaba a salvo.
“Todo aquel que ha entrado a Estados Unidos de forma ilegal está sujeto a deportación. Eso es lo que significa el tener leyes y tener un país. De otra forma no tenemos país”.
Pero en entrevistas de televisión días antes y después, Trump mostró un tono más “suave”.
Durante una entrevista en Fox News el 24 de agosto, él ofreció un mensaje más moderado.
“Todos están de acuerdo en que saquemos a los malos. Pero a veces nos reunimos con miles y miles de personas sobre este tema y he tenido a gente muy fuerte que ha venido conmigo, realmente grande, grandiosa que ha venido conmigo y me dicen: ‘Señor Trump, lo amo pero tomar a una persona que ha estado aquí por 15 o 20 años y lanzarla junto con sus familias, es muy duro, señor Trump’. Me pasa todo el tiempo. Es algo muy, muy duro”.
Votantes negros
Trump ha luchado con romper con la preferencia de un solo dígito entre los votantes negros estadounidenses, según encuestas. Pero su renovado impulso por llegar a ese sector del electorado puede sonar muy distinto dependiendo de la audiencia.
Este es Trump hablando, en teoría, a los votantes negros el mes pasado en un lugar lleno en su mayoría de simpatizantes blancos, en Dimondale, Michigan.
“¿Qué tienen que perder al intentar algo nuevo como Trump? Lo digo de nuevo, ¿qué tienen que perder? Están viviendo en la pobreza, sus escuelas no son buenas, no tienen trabajo, el 58% de sus jóvenes están desempleados. ¿Qué diablos necesitan perder?”.
Unas semanas después, en una iglesia de mayoría negra en Detroit, rodeado de gente de color, Trump sonó muy diferente.
“Hablamos más allá de nosotros y no entre nosotros. Y esos que buscan un cargo público no hacen lo suficiente para entrar la comunidad y aprender lo que está pasando. Estoy aquí hoy para aprender, para que podamos remediar juntos cualquier forma de injusticia, y para así poder remediar la economía, para que la comunidad afroamericana se pueda beneficiar económicamente mediante trabajos e ingreso y de muchas formas distintas”.
Los medios
No es un secreto que Trump tiene una relación de amor y odio con la prensa. Pero aunque su lenguaje puede ser salvaje, a veces suele calibrarse inteligentemente, como lo vimos durante el pasado fin de semana:
El sábado, un ataque a CNN:
“@CNN es tan desagradable por su imparcialidad, pero están teniendo dificultades para promover a la deshonesta Hillary a la luz de sus nuevos escándalos con correos electrónicos”.
Un día después, fue el turno para The New York Times:
“Wow, el decadente @nytimes no ha reportado de manera correcta de lo divulgado por el FBI sobre la deshonesta. Ellos están al final del grupo, ya no son más una fuente creíble”.
Pero el lunes pasado, él ofreció un balance de los periodistas seleccionados para moderar los debates presidenciales.
“Me gustan. Respeto a los moderadores. Los respeto. Es interesante”.
Brian Stelter de CNN también reportó el miércoles que Trump está terminando con su polémica “lista negra” de medios.
Dejando a Trump ser Trump
A veces el decir cosas con poco o nada de preocupación sobre cómo llegarán esas palabras a la población en general puede ser contraproducente políticamente, según pudo apreciar el propio Trump una semana después de fichar al ejecutivo de Breitbart Steve Bannon y a promover a su encuestadora Kellyanne Conway a jefa de campaña.
Así es como explicó sobre sus nuevos intentos de autodisciplinarse el pasado 23 de agosto al The New York Times:
“He estado centrado en el mensaje más ahora porque, a final de cuentas, estoy descubriendo que lo hago mejor con los votantes, lo hago mejor en las encuestas, cuando estoy centrado en el mensaje”.
Pero solo unos días antes, hablando ante una audiencia de partidarios, lo contrario a reporteros durante una llamada telefónica, él pareció denunciar ese tipo de pensamiento táctico:
“Pero una cosa que puedo prometer es esto: siempre les voy a decir la verdad. Hablo la verdad a todos ustedes y a cada uno en este país que no tiene una voz”.