Jimmy Kimmel fue el presentador de la gala 68 de los premios Emmy a lo mejor de la televisión de Estados Unidos en el Microsoft Theater en Los Ángeles, California, este 18 de septiembre de 2016.

(CNN) – En la diversa gala de celebración de los Emmy se repartieron premios entre una gran cantidad de cadenas y, gracias a la proximidad de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, también hubo una sarta de comentarios contra el candidato republicano Donald Trump.

El anfitrión de la noche, Jimmy Kimmel, hizo comentarios generalmente relajados en la transmisión, desde improvisar los discursos de aceptación de los premios (bromeó diciendo que el último abogado de O.J. Simpson Johnny Cochran estaba “sonriéndonos”) hasta hacer una inteligente secuencia de apertura que incorporó una inesperada aparición de Jeb Bush.

Durante la entrega de los premios, el anfitrión también bromeó diciendo que las series que no tuvieran un dragón o un Bronco Blanco en su reparto podrían irse temprano a casa, un comentario que resultó gracioso dada la prevalencia de las series ‘Game of Thrones’ y ‘The People v.s. O.J. Simpson’.

Esos programas ya eran los favoritos pues habían ganado ya múltiples Emmys durante la ceremonia que ocurrió más temprano, robándole prácticamente el suspenso a la noche. Game of Thrones alcanzó un récord de 12 trofeos durante segundo año consecutivo.

HBO se recuperó al final alcanzando los honores más grandes —con mejor drama y mejor comedia— por GOT y ‘Veep’, respectivamente. ‘The People v.s. O.J. Simpson’ arrasó con su trío de actores que representaron los abogados en el sensacional caso: Courtney B. Vance, Sarah Paulson y Sterling K. Brown.

Lee aquí la lista de los ganadores de los premios Emmy 2016.

Sin embargo, la Academia de la Televisión reconoció a una docena de cadenas y servicios de streaming, ilustrando la cantidad de televisión de calidad que ha aparecido últimamente de una gran variedad de fuentes. Eso incluye los mayores honores para canales que rara vez o nunca habían celebrado en la noche de los Emmy, como por ejemplo la cadena USA Network, que ganó el premio a Mejor actor protagonista en drama con Remi Malek por su papel en la serie “Mr. Robot” y Tatiana Maslany de “Orphan Black” producido por la cadena BBC America.

Política

En términos políticos, el monólogo de Kimmel incluyó una divertida broma en la que sugirió que el productor de “The Apprentice”, Mark Burnett (que nació en Reino Unido), debería ser deportado si Donald Trump ganaba la elección. Varios ganadores y presentadores dejaron claro que sus simpatías no están con el candidato republicano.

Eso fue lo que ocurrió con el actor Aziz Ansari —premiado por escribir el show de Netflix “Master of None”— quien bromeó con expulsar a todos los musulmanes e hispanos de Estados Unidos. La eterna ganadora Julia Louis-Dreyfus hizo un chiste sobre la serie de HBO ‘Veep’ en el que dijo que esta “rompió el muro entre la comedia y la política”, antes de hacerle un reconocimiento entre lágrimas a su padre, quien recientemente falleció.

Por otra parte, Courtney B. Vance, quien ganó premio a mejor actor protagonista en una serie por “The People v.s. O.J. Simpson”, cerró su discurso diciendo “Obama está fuera. Hillary dentro”, mientras que Kate McKinnon agradeció a Clinton.

Aunque la tendencia no es particularmente nueva, los vigilantes conservadores —siempre atentos a los signos liberales en Hollywood— se agarrarán, seguramente, del tono anti Trump más adelante.

La naturaleza de los ganadores de los Emmy le inyectó un elemento adicional de la política. Jeffrey Tambor, protagonista de la serie “Transparent” —ganador del premio a Mejor actor protagonista en comedia— y el creador de la misma, y Jill Soloway, dieron discursos en nombre de la comunidad transgénero, pidiéndole a Hollywood que le de más oportunidades al talento ‘trans’. Los productores incorporaron tributos a Garry Shandling y Garry Marshall, dos titanes de la televisión de comedia que murieron.

La rutina de Kimmel sobre la decisión de Maggie Smith de no presentarse dio sus frutos cuando ganó por “Downton Abbey”, así como la burla que le hizo Matt Damon al presentador que perdió ante John Oliver en la categoría de Mejor programa de variedades.

Inevitablemente también hubo una serie de momentos inadecuados, como por ejemplo la pobremente concebida broma sobre la supuesta aparición de Bill Cosby en la ceremonia.

Y mientras el hecho de tener a los niños de la serie de Netflix “Stranger Things” ayudando a pasar los sándwiches durante la ceremonia fue algo divertido, hubo una caída en la calidad en lo que se ha vuelto casi algo obligatorio en estos eventos que es “jugar con la audiencia”.

Los productores de los Emmy también cayeron en una trampa predecible porque a las cadenas que trasmiten los Emmy (este año ABC), no les gusta dejar que los premios duren lo mismo que regularmente duran los Oscar, con largos discursos de agradecimiento al principio, lo que los fuerza a ajustar el espectáculo a cómo transcurre la noche, lo que significa cortar groseramente a algunos ganadores.

Lo mejor fue que el show terminó a tiempo. Y durante la gran mayoría de la noche hubo una combinación de elecciones sólidas y momentos divertidos, que ocasionalmente perturbaron la noche.