Washington (CNN) – Los republicanos vivieron una noche política sorprendente este martes, recuperando la presidencia y haciéndose con el control de la Cámara de Representantes y del Senado, de acuerdo con proyecciones de CNN.
En un año en que estuvieron dedicados prácticamente de manera exclusiva a defenderse, los titulares del partido -muchos de ellos superados y hasta afectados por campañas muy difíciles- se las arreglaron para sobrevivir en un panorama político que durante mucho tiempo pareció que seguro les iba a costar el Senado.
Los demócratas pensaban que tenían la mezcla perfecta: candados prácticamente cerrados en los estados azules de Illinois y Wisconsin. Reclutamientos de alta categoría en los estados rojos de Indiana y Missouri para acercarse a ellos. Y Donald Trump, creyeron, arrastraría a los republicanos en el campo de batalla de Pensilvania, New Hampshire y Carolina del Norte. Pero en la noche del martes, todo les salió mal.
La mayor sorpresa fue que Trump no hizo que los votos para el Partido Republicano se fueran a pique e, incluso, ayudó en su recuperación.
El margen con el que Trump obtuvo la victoria fue igual o excedió al de Todd Young en Indiana y el senador Richard Burr en Carolina del Norte. El senador por Wisconsin Ron Johnson, quien apoyó a Trump a pesar de que todo indicaba que no podría ganar estados que tienden a ser demócratas, apareció muy tarde en la contienda y se benefició de la impresionante actuación de Trump en ese estado. Roy Blunt y Pat Toomey en Misuri también ganaron, según proyecta CNN.
Hasta el momento, los republicanos obtienen 51 sillas en el Senado, mientras los Demócratas ganan 47. Los escasos triunfos solitarios de los demócratas golpean al senador republicano por Illinois Mark Kirk y retienen al saliente líder del Partido Demócrata en el Senado, Harry Reid, con su silla en Nevada. También hay oportunidad para el partido de Clinton en New Hampshire, donde las senadoras Kelly Ayotte, republicana, y Maggie Hassan, demócrata, pelean cabeza a cabeza y se siguen contando los votos.
Pero no hay nada que pueda reducir el dolor que hoy sienten los demócratas.
Los republicanos no sólo mantuvieron fácilmente el control sobre la Cámara de Representantes (239 sillas sobre 192 de sus rivales) y lograron la mayoría en el Senado, sino que aparecen ahora con un mapa muy favorable hacia las elecciones del 2018.
La magnitud del triunfo republicano es enorme. Sus miembros mantuvieron sillas que cuando comenzó la campaña presidencial se creían perdidas. En Florida, el senador Marco Rubio -cuya tardía decisión de buscar la reelección tras su fallida apuesta presidencial aumentó las oportunidades del Partido Republicano de controlar el Senado- superará al congresista republicano Patrick Murphy, según las proyecciones de CNN. También se prevé que el senador republicano Rob Portman gane la reelección en Ohio.
El control del Senado será la clave del éxito inicial en la administración Trump. En teoría, controlar el Congreso y la Casa Blanca hará que el Partido Republicano pase rápidamente la legislación que necesita para reversar muchas de las políticas de Obama.
Además de Rubio, otros dos excandidatos presidenciales republicanos ganaron su reelección en el Senado, de acuerdo con las proyecciones de CNN. Se trata de Rand Paul en Kentucky y del nominado del partido en el 2008, John McCain, en Arizona.
¿Culpa de Comey?
Los recientes problemas de Clinton, incluyendo el del servidor público que utilizó cuando fue Secretaria de Estado para enviar y recibir correos privados, también habrían puesto su grano de arena en la derrota de los demócratas en el Congreso.
Los representantes demócratas quedaron realmente golpeados cuando a solo 11 días de la elección presidencial el director del FBI, James Comey, reveló que revisaría nuevos correos que podrían estar relacionados con la investigación en contra de Clinton que meses atrás se había archivado.
Los demócratas creen que el anuncio les dio a los republicanos la oportunidad de cambiar los temas que dominaban la campaña hasta ese momento y de atacar a Clinton, más que de defender a Trump.
La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aseguró este martes que Comey “se convirtió en el mayor policía del país, deliberada o no deliberadamente”.