Nota del editor: Lilian Tintori es esposa del político opositor encarcelado Leopoldo López, coordinador nacional del partido Voluntad Popular. López fue hallado culpable de los delitos de instigación pública, asociación para delinquir y determinador en daños e incendio en relación a los hechos de violencia desatados tras una manifestación opositora en febrero de 2014, que dejaron un saldo de 43 muertos. Fue condenado a 13 años de prisión. Tintori ha liderado una campaña desde entonces pidiendo su liberación.
Son mil días Leopoldo. Son mil días en que hemos estado separados, a veces aislados e incomunicados. Se sienten como una eternidad en el corazón. Sería mentirle al mundo si escribiera en estas líneas que tu ausencia no me duele, que la separación de tus hijos no me entristece.
Y sin embargo, más allá del “egoísmo” de mis sentimientos personales, en estos 1.000 días has sido el líder moral que el país exigía; el líder que supo interponer con coraje y determinación inquebrantable los valores en los que crecimos por encima de las amenazas y persecuciones del régimen. No te has quebrado Leopoldo, doy fe de eso. Mi admiración crece cada vez más cuando te logro ver y escuchar con tanta claridad y serenidad. Cuando a las afueras de las injustas paredes de Ramo Verde hay confusión, desesperanza y angustia más bien tú logras, a pesar del aislamiento impuesto, mantenerte conectado con tu pueblo: sientes y vives, en esa celda, los padecimientos de nuestra gente.
Hace ya 1.000 días nos dijiste que si tu “encarcelamiento servía para el despertar del pueblo, entonces bien valdría la pena”. Fuiste el primero en abrirnos los ojos para denunciar, con tu propio sacrificio, que vivíamos en dictadura. Llamaste las cosas por su nombre y, en consecuencia, la enfrentaste con lo único que derrumba los muros de la opresión: la verdad.
Estamos en dictadura como nos dijiste, Leopoldo. Una dictadura que hambrea a su pueblo y deja morir sin medicinas a los enfermos. Todo por lo que decidiste alzar la voz, y por lo que te apresaron, ahora es 1.000 veces peor. La situación no ha hecho sino empeorar y solo tu voz, desde la celda de Ramo Verde, nos ha dado fuerzas y fe para seguir organizándonos en contra de la dictadura.
En estos días, poco antes de cumplirse los infames 1.000 días de tu injusto encarcelamiento, nos dijiste que no existían condiciones para un dialogo con la dictadura. Nos aseguraste que los opresores corruptos del régimen no buscaban dialogar para brindar soluciones a nuestro pueblo, sino que buscaban dialogar para ganar tiempo y matar la salida electoral y constitucional que había escogido la gente a través del revocatorio. De nuevo tuviste razón. El régimen montó una farsa e incluso tuvo el descaro de mentirle a la comunidad internacional y al Vaticano. Tu claridad y firmeza de nuevo fueron luz para muchos de nosotros. Supimos resistir las presiones y los ataques. Quienes estuvimos de acuerdo contigo supimos resistir incluso más persecuciones y amenazas. Tú mismo tuviste que soportar la tortura del aislamiento y de la incomunicación. No te quebraron. No podrán quebrarte jamás.
Leopoldo, han pasado 1.000 días ya. Tu libertad está cada día más cerca porque la libertad de tu amada Venezuela es tu misma libertad. Así como te casaste conmigo, te casaste con ella y el destino de los tres está entrelazado por siempre. Gracias por ser el esposo amoroso, el padre ejemplar y el líder moral. Gracias por tu sacrificio Leopoldo, porque en ese sacrificio está el ejemplo de resistencia pacífica y moral que debemos seguir de ahora en adelante todos los venezolanos.
A 1.000 días, con más fuerza y más fe que nunca. ¡Sí se puede!
Lilian Tintori
Tu orgullosa esposa.