(CNN) – Un tanque estadounidense lleno de marines rompe el silencio del bosque, a temperaturas bajo cero, muy por encima del círculo polar ártico, mientras aviones no tripulados llenan el aire de humo amarillo y verde.
¿Objetivo de las tropas? Hay un búnker más adelante, manejado por soldados noruegos. Suenan disparos mientras los marines avanza, haciendo crujir la nieve bajo el cielo gris de invierno.
Todo es un juego de rol, por supuesto. Las maniobras son parte de un ejercicio de entrenamiento, pero uno que impregna de la nueva realidad a la frontera más septentrional de la OTAN con Rusia.
Unos 300 marines estadounidenses estarán basados permanentemente en Noruega desde enero, como parte de un paquete de medidas destinadas a tranquilizar a uno de los miembros de la OTAN.
A pesar de que van a estar a unos 1.000 kilómetros de la frontera, el plan es reforzar la disposición de tanques y armamento”preposicionados”, almacenados durante todo el año en cuevas subterráneas.
Defensa colectiva
Pero antes del despliegue, EE.UU. y Noruega están llevando a cabo ejercicios por encima del círculo polar ártico, llevando tanques Abrams más al norte de lo que nunca habían estado antes.
Y están siendo observados intensamente: la policía noruega está investigando más de 10 avistamientos de aviones no identificados observando las maniobras conjuntas.
Un portavoz del Ejército noruego, Ole Johan Skogmo, dijo que estaban investigando si los aviones no tripulados estaban relacionados “con locales interesados u otras naciones”.
¿Y la razón de toda esta actividad? En una palabra: Ucrania.
“En el año 2014, hubo una clara señal de que Rusia entró una zona en la que están dispuestos y son capaces de utilizar el poder militar”, dice Eldar Bernil.
Un alto funcionario de seguridad de Noruega dijo a CNN que hay una creciente preocupación sobre la amenaza planteada por Rusia, después de sus acciones en Crimea y el este de Ucrania, donde rebeliones separatistas a pequeña escala fueron apoyadas con el uso discreto y negado de la fuerza militar rusa.
“Estamos hablando de un conflicto armado híbrido”, dijo el funcionario, no identificado, “que es el conflicto debajo del umbral de la guerra, en el que se desafía la naturaleza de la democracia, en el que se tiene libre acceso a las redes sociales”.
“Es una guerra sin el artículo 5”, dijo, refiriéndose a la defensa colectiva, el principio central de la OTAN, que establece que un ataque a un miembro es un ataque contra todos los aliados de la OTAN.
Esquiando a lo largo de la cerca de alambre que marca la frontera, la guardia fronteriza noruega están al acecho de sus vecinos rusos.
Detectan tropas de vez en cuando. “Sucede. Solo los saludamos”, dice uno de los guardias.
Hay dos estrategias destinadas a disuadir un escenario similar a Crimea en Noruega:
En primer lugar, la presencia de vehículos blindados, lo que les permitiría hacer frente eficazmente a soldados no identificados, y obligaría su patrocinador, Rusia a llevar tanques al conflicto, dejando claro que las fuerzas atacantes tienen el respaldo del Estado.
En segundo lugar, la presencia de marines de Estados Unidos, lo que garantiza que cualquier interferencia en territorio noruego implica automáticamente la entrada estadounidense en el conflicto.
Y esta amenaza se produce en un momento de incertidumbre política sin precedentes en Washington.
¿Romper con la tradición?
La sugerencia del presidente electo Donald Trump de que quizá reevalúe la alianza de la OTAN, que ha etiquetado como “obsoleta”, ha crispado los nervios en Noruega.
En virtud del artículo 5, cualquier miembro que lo necesite tiene garantizado el apoyo militar de EE.UU., pero Trump ha argumentado que el acuerdo “nos está costando una fortuna” y ha insinuado que podría considerar retirarse, dejando potencialmente a los aliados en la frontera oriental de Europa sin protección frente a un ataque.
“Hace un año no tendríamos ninguna duda” sobre el compromiso de Estados Unidos con el artículo 5 y con nuestra defensa, dijo el funcionario noruego a CNN.
Sin embargo, añadió que si las políticas de Trump se ajustan a su retórica de campaña “está a punto de romper una larga tradición en la política exterior Estados Unidos”.
El funcionario admitió que “Trump tiene razón cuando dice que tenemos que pagar una cuota más grande” de la financiación de la OTAN. Se supone que los aliados deben gastar al menos el 2% de su PIB en la defensa, pero solo cinco naciones -Estados Unidos, Grecia, Reino Unido, Estonia y Polonia- cumplen con ese objetivo.
Según las estadísticas de la OTAN, EE.UU. gastó un estimado de 650.000 millones en defensa en 2015, más del doble de la cantidad gastada por los otros 27 aliados de la Alianza en su conjunto.
Pero con el resurgimiento de Rusia, este puede ser exactamente el momento equivocado para alejarse de una alianza que ha durado más de 60 años.
El oficial de Noruega dice que en los últimos dos años, “hemos visto gradualmente más y más… mensajes estratégicos enviados (por Moscú)”.
Dijo que después de la intervención de Rusia en Ucrania en 2014, “hemos visto un patrón más agresivo cuando (aviones rusos) vuelan por la costa (de Noruega). La actividad submarina ha repuntado en un grado que no veíamos desde la guerra Fría”.