(CNNMoney) – Primero fue brexit, luego Donald Trump. ¿Dará Italia el próximo golpe al establecimiento político mundial?
Los italianos votarán este domingo en un referendo crucial que podría —en el peor de los escenarios— forzar la renuncia del primer ministro Matteo Renzi, desencadenar una crisis bancaria y en últimas, salir de la eurozona.
Tal escenario requeriría que la fila de dominó político cayera de la manera correcta. Pero los inversionistas están cada vez más preocupados. El rendimiento de los bonos a 10 años del gobierno italiano se ha disparado en las últimas semanas en un 2%. En comparación con los alemanes que han aumentado solo 0,3%.
El aumento de los costos de los préstamos, combinado con el castigo repartido a las acciones bancarias italianas, sugieren que los inversionistas ahora ven a este país como el mayor riesgo de la eurozona y la más reciente amenaza (entre muchas) a la estabilidad de la región.
A los italianos se les pide que voten en una amplia serie de reformas constitucionales impulsadas por el primer ministro Matteo Renzi, quien dice que los cambios son vitales para terminar el atasco político y revitalizar la economía estancada; si los votantes lo rechazan, dijo, renunciaría.
El riesgo inmediato proviene de los problemáticos bancos del país que tienen préstamos de cerca de 360.000 millones de euros (383.000 millones de dólares) en mora, aproximadamente un tercio del total de la zona euro.
El sector ya casi está en apuros, pero el prospecto de una crisis política, un mercado agitado y la resección podría hacer que las cosas se empeoren.
Es probable que Monte dei Paschi —el banco más antiguo del mundo— sirva como el proverbial canario de la mina de carbón. El banco compite para recaudar nuevos fondos y su plan podría verse afectado por un repentino cambio en el gobierno.
Sus acciones han perdido 86% en lo que va de este año y a otros pesos pesados como Unicredit les ha ido un poco mejor.
La política de Italia podría sumirse en un caos si los italianos votan “no” a las reformas constitucionales. Los principales beneficiarios serían probablemente los partidos populistas que han capitalizado la ira sobre una economía que ha estado atascada en neutral durante la última década. (Información publicada este jueves muestra que aunque el PIB creció un poco, sólo creó un 1% en el tercer trimestre).
Aquí es donde la política se pone demasiado difícil de predecir: si Renzi sigue adelante con su promesa de renunciar, es posible —pero no una conclusión predeterminada— que se activen las elecciones anticipadas.
Italia tiene varios partidos de oposición euroescépticos, incluyendo el Movimiento 5 Estrellas (de izquierda) y la Liga Norte (de derecha). Sin embargo no tiene una alternativa centrista viable al actual gobierno.
“Una crisis política podría abrir una olla podrida más grande en Italia que en cualquier otro país”, dicen economistas de Berenberg.
Si se convoca a elecciones anticipadas, el Movimiento 5 Estrellas podría hacer campaña con la promesa de celebrar un referéndum sobre la permanencia de Italia en la zona euro. El partido, fundado por el comediante Beppe Grillo, es animado por muchas de las mismas fuerzas que llevaron a Trump a ganar la Casa Blanca.
Cerca del 40% de los italianos tienen un punto de vista no favorable de la Unión Europea, según una encuesta publicada en junio por el Pew Research Center.
Los analistas de Berenberg creen que la probabilidad de que Italia realmente lleve a cabo un referendo sobre la zona euro es menos del 5%. Hay razones importantes para ello: un referendo podría ni siquiera ser legal bajo la constitución italiana, y no hay garantía de que los partidos euroescépticos puedan triunfar en elecciones tempranas.
En cambio, los analistas coinciden ampliamente en que es más probable que Italia siga en Unión Europea.
“Al final, el riesgo de que Italia quiera dejar la seguridad de la eurozona parece bastante remota”, escribió Holger Schmieding, economista jefe del Berenberg Bank.
Pero incluso la garantía más hermética podría ser de poco consuelo para los inversores en un mundo post-Brexit y post-Trump.