Hassan Abdul Gafur, uno de los pocos miles de musulmanes en Cuba, se convirtió al islam en 1994. El fotógrafo Joan Alvado dice que los musulmanes de Cuba son conversos. “Muchos de ellos eran cristianos o de cualquier otra religión, o incluso algunos de ellos eran ateos también”.

Nota del editor: Esta nota fue publicada originalmente en CNN en abril de 2016.

(CNN) – La mayoría de las imágenes que vemos de Cuba son similares: autos clásicos por aquí, edificios de colores vibrantes por allá. Pero el fotógrafo español Joan Alvado nos muestra una visión diferente con su serie de fotos Musulmanes cubanos, que se enfoca en las vidas de aquellos que se convirtieron al islam.

“Cuando supe que había una comunidad islámica y musulmana, me gustó mucho porque nunca había escuchado de ella”, dice Alvado. “Eso rompe todas las ideas preconcebidas que tenemos sobre la sociedad cubana”.

Se estima que el 85% de los cubanos son católicos. Pero sólo el 0,1% de la población —unos pocos miles—son musulmanes, según un estudio del Pew Research Center de 2009. Alvado dice que casi todos se convirtieron a esta religión.

“Eso aplica a casi todo el mundo en mi serie de fotografías”, dice. “Antes, muchos de ellos eran cristianos o de cualquier otra religión, o incluso algunos de ellos eran ateos también”.

Las razones para la conversión varían. Mientras que algunos ven el islam como “una religión un poco más verdadera o pura que otras”, también hay quienes se han convertido al islam por razones más específicas y personales.

Alvado dio el ejemplo de cómo el islam puede ser positivo para aquellos que tienen problemas con el alcohol, pues el islam es una manera para que eviten la bebida. El Corán prohibe el consumo de bebidas intoxicantes y alcohólicas.

Hay retos, también, que vienen con la práctica del islam en un país donde es una minoría tan drástica. Una de ellos es encontrar un lugar dónde rendir culto.

“Las comunidades están organizándose en grupos muy muy pequeños y algunos en cada grupo ofrecen sus casas los viernes para orar o para reunirse”, cuenta Alvado, y agrega que los musulmanes cubanos están aprendiendo constantemente sobre su nueva religión y evolucionando juntos.

“Cada uno aporta un poco de su propia interpretación sobre cómo leer las reglas (islámicas) y vivir con ellas, más o menos, y eso es interesante”.

La mezquita de Camagüey es un lugar muy humilde de oración que fue construido en 2001 con las técnicas arquitectónicas tradicionales cubanas.

Una mujer lucha para ponerse un velo islámico.

Una mujer de 72 años llamada Shahira lucha para ponerse un velo islámico. Ella era una cristiana activa hasta hace tres años. Ahora es miembro del Comité Islámico Cubano de mujeres.

“Esa mujer ha sido cristiana toda su vida, realmente devota por muchos años de su vida”, cuenta. “Por eso es que para mí, estas fotos realmente hablan sobre identidad y confusión”.

Alvado agrega que este proyecto fue una experiencia de mucho aprendizaje para él.

“He aprendido más cosas sobre el islam, sobre las creencias islámicas y sus ideas en La Habana, que trabajando en Turquía”, dice el fotógrafo español.

La Habana es una ciudad espiritual y apasionada, dice, especialmente cuando se trata de religión. Al principio, no sabía cómo reaccionaría la gente cuando él tomara fotografías de sus vidas. Pero trabajar para desarrollar un respeto mutuo y ser abierto sobre sus planes desde el principio —como asegurarse de que los sujetos supieran que él es ateo— era una parte significativa de su trabajo.

Alvado dice que visitará Cuba más adelante. Cuando le dijo a algunas personas a quienes fotografió que esperaba publicar estas imágenes en un libro algún día, ellos reaccionaron emocionados de que otras personas pudieran ver sus experiencias como musulmanes en Cuba.

“Sentí que ellos querían que se contara la historia y que no había pasado antes”, dice Alvado. “Ver que ellos tuvieran esas expectativas sobre lo que pudiera ocurrir, me hizo reflexionar sobre mí mismo. Tienes también una especie de responsabilidad sobre ellos y sobre lo que vas a hacer con esto”.

Joan Alvado es un fotógrafo documentalista basado en Barcelona, España.