1. Piensa siempre que cuando cuestionas estás poniendo en duda la reputación y el buen nombre de las personas de las que hablas. La responsabilidad y la ética deben regir tu trabajo.
2. No hay nada tan sencillo y a la vez tan poderoso para el éxito del periodista que el sentido común. Es la mejor manera de ponerse en el lugar del otro. Te ayudará a convertirte en un elocuente vínculo entre tu mensaje y tu audiencia.
3. No asumas nada, corrobora todo, confirma la información. Nunca confíes a ciegas en cualquier dato que te llegue. Las fuentes no siempre están entrenadas para ver las cosas con cierta imparcialidad y desprendimiento emocional. Ejercita tu curiosidad, investiga y nunca dejes de dudar y hacer preguntas. Si la información te llega a través de las redes sociales, duplica tus esfuerzos para verificar su veracidad y precisión.
4. Todas las historias tienen más de una versión. Preocúpate por incluir diversas opiniones y visiones frente a la misma realidad. Te sorprenderán los contrastes y diferencias. Esos elementos enriquecerán y le darán contexto a tu trabajo.
5. Apunta los detalles importantes: las declaraciones destacadas, las situaciones y comentarios que te llamaron la atención. Lleva un registro de la fecha, el día, el lugar donde sucedieron. Se convertirán en valiosas notas periodísticas que en el futuro podrán ser útiles para confrontarlas o compararlas cuando sea relevante y necesario. Nunca se sabe.
6. Cuando te prepares para una entrevista difícil, anticipa o imagina cuáles pueden ser algunas respuestas del entrevistado. Eso te ayudará a pensar rápidamente en la repregunta o en un planteamiento diferente. A veces es mejor ahondar en unos pocos puntos y hay que estar preparado para hacer la misma pregunta de distinta manera. Lo más importante: escucha con atención.
7. No cites detalles, cifras, estadísticas, casos, nombres sin tener a la mano la fuente y las referencias específicas de su origen; bien sea el documento, la publicación o las declaraciones a las que te refieres. Este ejercicio hace que tu trabajo se vea más sólido y profesional además de sustentar tus argumentos con mayor seriedad.
8. No te dejes manipular ni por tus fuentes ni por el medio para el que trabajas. No permitas que te cortejen para convertirte en un aliado. La independencia periodística será una gran compañera para hacer un mejor trabajo. Ganarás respeto profesional con excelentes resultados.
9. “Que el tiempo no te apure”. Tómate esos minutos extra para confirmar o asegurarte de que lo que vas a decir y/o escribir es lo correcto. No olvides que la gente recuerda con mayor facilidad tus errores; no importa cuántos aciertos hayas tenido.
10. Sé perseverante, ten paciencia, no claudiques frente a tus metas. Que tus objetivos se conviertan en una obsesión. Esa pasión te hará sobresalir y las puertas comenzarán a abrirse cuando menos lo esperas.
11. Si te equivocaste, reconócelo y aprende las lecciones de tus errores; enmiéndalos. El periodismo nos hace a veces sentir poderosos, presumidos y vanidosos. Aprende a identificar las situaciones en las que tu ego te juega una mala pasada y pone a prueba tu profesionalismo.
12. Aprende a conectar lo institucional con la vida de la gente. Descubre el ángulo humano de la historia. Esto te acercará a la audiencia. Intenta ser lo más fiel a su realidad y a tus propias emociones. Está bien que tomes partido a favor de las víctimas, de los perseguidos, de los más vulnerables. El periodismo sin su función social no tiene razón de ser.
13. No subestimes la importancia de ganarse la credibilidad. Finalmente es el valor que te diferenciará en esta revolución digital. En su mayoría la gente preferirá consultar los medios que han construido una buena reputación y le son confiables. Sigue siendo un buen negocio.