(CNN) – Jean Bryant, una madre de tres hijos residente en Seattle, recuerda el momento en que su amiga Amy Griffin mencionó por primera vez esos “pequeños puntos negros”.
Fue hace unos siete años y sus hijos estaban juntos en el preescolar juntos. Griffin, asistente del entrenador en jefe del equipo de fútbol soccer femenino de la Universidad de Washington, le mencionó a Bryant el hecho de que le resultaba “muy extraño” que algunas de sus actuales y antiguos jugadores, especialmente los porteros, fueran diagnosticados con cáncer.
Griffin se volvió hacia Bryant y le dijo que se preguntaba si el cáncer estaba de alguna manera asociado con esos “pequeños puntos negros” en los campos de césped artificial donde juegan, que estaban reemplazando a los campos de césped natural. Esos puntos son pedazos de neumáticos reciclados.
“No lo pensé mucho hasta que le pasó a mi hijo”, dijo Bryant. Años después de esa conversación, justo antes de cumplir los 14 años, Jack Bryant fue diagnosticado con cáncer. Es un portero de fútbol soccer.
La entrenadora y su lista del cáncer
Los campos de césped artificial, hechos de fibras sintéticas para imitar la hierba y pedazos de neumáticos para imitar el suelo, se usan a menudo para la mayoría de los deportes al aire libre debido a su resistencia a la intemperie, bajo costo, no necesitar ser regados o fertilizados y por su accesibilidad durante todo el año, por lo que los expertos de la industria del césped argumentan que su uso podría promover más el ejercicio y luego incluso reducir el riesgo de padecer cáncer.
El césped artificial se utiliza en miles de parques, campos deportivos y estadios en todo el país.
Aún así, Griffin no podía sacarse de la mente los pequeños puntos negros. Ella buscó en Internet más información sobre los campos de césped artificial y descubrió que el caucho de los neumáticos contiene productos químicos que pueden ser dañinos si se exponen a niveles altos.
Luego, en 2014, recopiló una lista de los jugadores con los que estaba conectada y que fueron diagnosticados con cáncer.
Cuando la lista comenzó a llamarle la atención, el Departamento de Salud del Estado de Washington y los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington se acercaron para investigar si la tasa de cáncer observada en la lista de Griffin era inusual.
El estudio, publicado la semana pasada, concluyó que no era así, y recomendó que “las personas que disfrutan del fútbol continúen jugando independientemente del tipo de superficie del campo”.
Entre los 53 jugadores de la lista de Griffin, muchos de los diagnósticos encontrados fueron cánceres sanguíneos, entre ellos leucemia, linfoma no Hodgkin y linfoma de Hodgkin. Más del 60 por ciento de los jugadores eran porteros, dijo Griffin.
El hijo mayor de Bryant, Jack, fue agregado a la lista en el 2015. Le diagnosticaron linfoma de Hodgkin tras una visita al doctor por una muy persistente tos, en la que también se encontró que tenía ganglios linfáticos inflamados en su pecho.
“El Día de la Madre, le dije a mi hijo que le habían diagnosticado linfoma de Hodgkin”, dijo Bryant, agregando que recibió la noticia a través de una llamada telefónica de una enfermera. “Me propuse a mí misma no quebrarme en lágrimas y desmoronarme, ya que no era mi labor como madre. Mi labor era hacerle saber que iba a estar bien”.
Jack continuó jugando al fútbol después de su primer tratamiento contra el cáncer, en un esfuerzo por proseguir con sus actividades normales, dijo Bryant. Pero recayó, y desde entonces no ha jugado más.
“Nadie en este momento puede convencerme de que jugar en campos con fragmentos de neumáticos es una opción saludable para los niños”, aseguró.
Sin embargo, los resultados del estudio de la investigación de Washington no sugirieron que los jugadores de fútbol tengan un mayor riesgo de cáncer debido a los pedazos de neumáticos.
“Es la única cosa con la cual aún no me siento bien”
Los resultados mostraron que la tasa de cáncer entre los jugadores de fútbol en la investigación, basada en la lista de Griffin, fue en realidad menor de lo esperado en comparación con la tasa de cáncer entre todos los residentes de Washington de edades similares.
Para que los casos de cáncer de los jugadores sean considerados como un grupo, debería haber un número mayor que el esperado de casos del mismo tipo de cáncer, según los criterios enumerados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
“Es importante señalar que la investigación no fue diseñada para descubrir las causas del cáncer entre las personas, ni fue diseñada para agregar a nuestra comprensión los riesgos o beneficios de los campos sintéticos”, dijo la semana pasada Cathy Wasserman, epidemióloga estatal de condiciones no infecciosas, en sus declaraciones de apertura sobre la investigación.
En otras palabras, el estudio no fue diseñado para identificar si la exposición a los trozos de neumáticos fue la causa del cáncer entre algunos de los jugadores. Más bien, se hizo para determinar si los diagnósticos de cáncer eran más altos de lo que se esperaba y luego calificarlos como un grupo.
Griffin, la entrenadora de fútbol, tiene aún preocupaciones, y quiere más estudios.
Aparte del césped, dijo Griffin, no podía apuntar a ningún otro factor potencial que pudiera estar relacionado con el cáncer entre los porteros de su lista.
“A medida que sigo pensando en esto, es la única cosa con la cual aún no me siento bien”, aseguró con respecto a los pedazos de caucho como posible factor.
“Los porteros lo tienen en sus costados, las caderas y los codos por los roces que se provocan al deslizarse sobre el césped. Así que si tienen una llaga abierta, no sólo los puntos negros sino las partículas invisibles de polvo pueden entrar en el cuerpo. Lo podrías inhalar e incluso comer”, añadió. “Sólo en un calentamiento de diez minutos, nuestros porteros se arrojan al suelo de 50 a 100 veces”.
Desde la investigación, Griffin dijo que muchas más personas se han acercado a añadir nombres a su lista. Ahora, la lista de jugadores de fútbol con cáncer que ha recopilado Griffin ha crecido a 237, aseguró, y su equipo todavía utiliza dos campos: uno de hierba y otro artificial.
Para Jack Bryant, cuyo cabello crece en forma de rizado tras la quimioterapia, “la vida ha vuelto a la normalidad”. “Estoy jugando baloncesto en este momento, es divertido”.
Un creciente debate sobre el césped
Más de 12.000 campos de césped sintético están en uso en todo Estados Unidos, según el Consejo de Campos Sintéticos (STF, por sus siglas en inglés), una asociación comercial que representa a la industria del césped sintético, y son utilizados por muchos tipos de atletas, entre ellos jugadores de fútbol.
Daniel Bond, presidente y director general del STF, emitió una declaración en respuesta a la investigación de Washington que decía: “Aplaudimos la recomendación del Departamento de Salud según la cual los niños y los atletas deben seguir jugando en estas superficies y disfrutar de los muchos beneficios del ejercicio y la actividad física”.
“De hecho, el hallazgo del Departamento de Salud según el cual hay menos cáncer en este grupo de atletas juveniles de lo que se esperaría, dadas las tasas de antecedentes en el estado de Washington, va a demostrar una vez más cómo la actividad física es una de las estrategias más fuertes para prevenir el cáncer y que, en cualquier acaso, los campos de césped sintético ayudan a esta lucha contra el cáncer”, dijo el comunicado.
Los trozos de neumáticos usados como relleno para los campos provienen por lo general de llantas recicladas y contienen productos químicos artificiales tales como hidrocarburos aromáticos policíclicos y compuestos orgánicos volátiles, aseguró Michael Peterson, toxicólogo certificado miembro de la firma consultora de riesgos ambientales Gradient. También es asesor científico del Consejo de Caucho Reciclado (RRC, por sus siglas en inglés).
“Para muchos de esos productos químicos, los niveles encontrados en los trozos de neumático son muy similares a lo que se encuentra en el suelo natural”, dijo Peterson.
“De los más de cien estudios que se han realizado en el pasado, no hay evidencia consistente de que la inhalación, el contacto o la ingestión de relleno hecho de pedazos de caucho represente un riesgo de cáncer”, dijo.
En documentos preparados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y los CDC también se ha observado que los productos químicos en los campos de goma sintética se encuentran a menudo en el suelo superficial y probablemente presentes en campos de césped natural.
El mes pasado, según aseguró Peterson, el Instituto Nacional Holandés para la Salud Pública y el Medio Ambiente publicó uno de los estudios más recientes en el que “se muestra que es seguro practicar deportes en campos de césped sintético con un relleno de granulado de caucho”, como aparece en el sitio web del instituto.
Por otro lado, un estudio realizado en 2013, por investigadores en España y publicado en la revista Chemosphere, encontró que las concentraciones de hidrocarburos aromáticos policíclicos en neumáticos de caucho reciclado son lo suficientemente altas como para ser “una cuestión de preocupación regulatoria”.
Vasilis Vasiliou, un toxicólogo molecular y profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale, quiere más datos. Dijo que se está asociando con Griffin para llevar a cabo investigaciones adicionales con el fin de profundizar en la cantidad exacta de químicos y carcinógenos que puedan entrar en el torrente sanguíneo de los atletas.
“Necesitamos saber cuan seguro es”
“La pregunta para mí es si estos químicos se meten en la sangre de nuestros hijos”, dijo Vasiliou. “Necesitamos de estos exhaustivos estudios para realmente tener algunas respuestas. Necesitamos saber cuan seguro es para nuestros hijos jugar en estos campos”.
Vasiliou, junto con sus colegas en Yale y los investigadores de la Universidad de Washington, recientemente solicitó una beca de investigación del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental. Su solicitud está programada para ser revisada a principios de marzo, dijo Vasiliou.
Los investigadores planean evaluar la exposición humana a los productos químicos contenidos en los trozos de caucho a través del análisis de muestras biológicas tomadas de los jugadores de fútbol de la universidad.
Una vez que la investigación arroje luz sobre cómo las sustancias químicas pueden entrar en la sangre a través de la exposición al césped artificial, ese será un punto de partida para investigar más posibles riesgos de cáncer u otros riesgos para la salud, como el asma, entre los atletas, señaló Vasiliou.
“No dejo que mis hijos jueguen en césped artificial”, dijo, agregando que sus hijos gemelos de 9 años y su hija de 11 juegan baloncesto en invierno en lugar de jugar en campos de césped artificial de fútbol sala.
Algunos expertos no están seguros de si la investigación adicional dará lugar a nuevos hallazgos. Andrew McNitt, profesor de Ciencia del Suelo y director del Centro de Investigación de Superficies de Deportes de la Universidad Estatal de Pensilvania, dijo que los hallazgos recientes del estudio de Washington no son sorprendentes. Él no estuvo involucrado en la investigación.
“Como científico no toxicólogo que soy, no veo ninguna tendencia en los datos existentes que indiquen problemas reales significativos con la suciedad de los neumáticos o las superficies sintéticas y los agentes causantes de cáncer”, dijo McNitt, quien pronunció el discurso de apertura de la conferencia de la Asociación de Gerentes de Césped Deportivo, en Orlando.
“Pero, dicho esto, ninguna investigación es definitivamente concluyente”, afirmó. “Si hay un asunto importante, no lo es tanto el del césped sintético. Los neumáticos se están constantemente degradando en el medio ambiente cerca a donde estés. Hacia donde estés conduciendo, estás expuesto a polvo de los neumáticos”.
Investigaciones más profundas
Washington no es el único estado que ha llevado a cabo una investigación sobre campos de césped sintético.
El Departamento de Salud Pública de Connecticut llevó a cabo una investigación, en 2011, en cinco campos. El departamento midió los productos químicos en el aire sobre éstos mientras se usaban. Analizaron tanto los campos cerrados como los expuestos al aire libre.
“Encontramos que los riesgos para la salud no aumentaron por los vapores y partículas que podrían ser inhalados por jugar en los campos, entre ellos los efectos cancerígenos y no cancerígenos, y está de acuerdo con los resultados de otros estudios y análisis”, según escribió Maura Downes, portavoz del Departamento, en un correo electrónico.
“El césped sintético se compone de láminas de plástico de hierba y trozos de neumático. Las láminas están coloreadas con pintura, que en algunos casos se ha encontrado que contiene plomo. Hemos probado el plomo en las láminas de los campos que estudiamos en Connecticut y no encontramos unas concentraciones muy elevadas”, aseguró.
Downes dijo que la investigación también analizó una variedad de productos químicos en los trozos de neumático y determinó que la exposición a éstos no era suficiente para plantear un problema de salud. Connecticut llevó a cabo “una cantidad asombrosa de trabajo en sus estudios”, dijo Vasiliou, pero agregó que para los campos de fútbol sintético bajo techo, el estado todavía recomienda que los constructores provean una ventilación adecuada, para así evitar que se acumulen químicos orgánicos relacionados con el caucho.
Una mala ventilación puede llevar a una concentración de estos productos químicos en el aire, dijo Vasiliou. “Puedo asegurarles que muchas de estas instalaciones interiores no están adecuadamente ventiladas”, añadió. “Es un grave problema de salud pública que debe ser abordado”.
A nivel federal, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), los CDC y otras agencias lanzaron planes, el año pasado, para estudiar las cuestiones claves ambientales y de salud humana relacionadas con la seguridad del césped artificial. La investigación está todavía en curso.
Consejos para jugar en césped artificial
¿Qué otras opciones hay para los campos deportivos, aparte del césped artificial? Podrían ser instalados con pasto natural o material orgánico para reemplazar los rellenos de neumático, aseveró Vasiliou.
“Los Ravens de Baltimore reemplazaron el césped artificial en su estadio, y pusieron hierba”, dijo. “Además, hay material orgánico como las cáscaras de coco”.
Algunos orgánicos de relleno alternativo se componen de cáscaras de coco y fibras. Sin embargo, Griffin, la entrenadora de fútbol, señaló que las opciones orgánicas tienden a ser caras.
Vasiliou dijo que el Ajax, un club de fútbol profesional de Amsterdam, hizo planes para eliminar todo el césped artificial de sus campos de entrenamiento como precaución sobre posibles riesgos para la salud, y siguen evaluando qué material utilizar para reemplazar los céspedes.
Para los atletas, y las mamás y papás con hijos que practican fútbol y que están preocupados por su seguridad, el Departamento de Salud del estado de Washington ofreció consejos sobre cómo minimizar cualquier exposición potencial a los productos químicos de los campos de césped sintético.
Siempre lávese las manos después de jugar en el campo y antes de comer.
Quítese los zapatos para evitar el seguimiento de goma de miga en la casa.
Dúchese después de jugar en el campo y trate rápidamente las heridas o rasguños.
No trague trozos de neumático
Jean Bryant dijo que su hijo menor todavía juega al fútbol, y su familia insiste en que el portero de 12 años siga las medidas preventivas para minimizar la exposición al caucho, como quitarse la ropa y ducharse.
“Él es consciente de los problemas”, dijo. “En Seattle hay campos de césped para jugar fútbol, lacrosse o fútbol americano”. “No estoy pidiendo que la gente o los niños no hagan ejercicio o no jueguen fútbol”, afirmó. “Estoy pidiendo a la ciudad ya los distritos escolares que sean responsables con la salud y seguridad”.