Un albergue para refugiados desarrollado por Ikea y Naciones Unidas ganó el Premio Beazley al diseño del 2016. Está hecho de plástico reciclable, tiene 68 componentes y puede ensamblarse en solo cuatro horas.

(CNN) – Un albergue para refugiados, desarrollado por Ikea y Naciones Unidas, fue elegido como el mejor diseño de 2016.

Llamado Better Shelter (Mejor Refugio, en inglés), fue reconocido con el Premio Beazley al diseño del año y presentado por el Museo del Diseño de Londres. El refugio modular está hecho de plástico reciclable, tiene 68 componentes y puede ensamblarse en solo cuatro horas.

Cada estructura es lo suficientemente grande para albergar a una familia de cinco miembros e incluye un panel solar para encender luces y cargar dispositivos. Desde que comenzó a producirse, en 2015, se han entregado 16.000 unidades a distintos países en el mundo, entre ellos Iraq, Djibouti, Grecia y Niger, para ser utilizados como hogares, clínicas temporales y oficinas.

Un albergue para refugiados desarrollado por Ikea y Naciones Unidas ganó el Premio Beazley al diseño del 2016. Está hecho de plástico reciclable, tiene 68 componentes y puede ensamblarse en solo cuatro horas.

Better Shelter aborda uno de los asuntos más importantes del momento: proveer refugio en situaciones excepcionales ocasionadas por la violencia o desastres naturales”, dijo la jurado del concurso Jana Scholze, profesora asociada de Curaduría de Diseño Contemporáneo en la Universidad de Kingston, en un comunicado.

“No se trata solamente de proveer un diseño, se trata de asegurar el proceso de fabricación y la distribución y eso hace que el proyecto sea relevante y optimista. Muestra el poder del diseño para responder a situaciones a las que estamos expuestos y para transformarlas”.

El refugio triunfó sobre nominados más llamativos, incluyendo unos zapatos especiales para correr de Adidas hechos de plástico reciclado recuperado del océano; el edificio de la Universidad de Ingeniería y Tecnología de Lima, diseñado por Grafton Architects y que ganó el Premio Internacional RIBA en 2016, y la nueva extensión de la Tate Modern de Londres, hecha por el grupo de arquitectos Herzog & de Meuron.

Estos zapatos especiales para correr de Adidas y Parley fueron fabricados con materiales reciclados recuperados del océano. Solo existen 100 pares.

No es la primera vez que el impacto social le gana al glamour en estos premios. El año pasado, un microchip, que puede imitar las funciones de los órganos humanos, le ganó al carro que se maneja solo de Google, al diseño de la sede de la Fundación Louis Vuitton Frank Gehry y a la colección de prendas inspiradas en Star Wars, diseñada por Rodarte, entre otros.

Una taza de café, diseñada para ser utilizada en naves espaciales, la cubierta del disco de David Bowie Blackstar y un casco inteligente para bicicleta también estuvieron entre los diseños premiados este año, ganando en categorías individuales.

Todos los proyectos nominados serán exhibidos en el Museo del Diseño hasta el 19 de febrero.