Houston (CNN) – Cuando está en el campo, el receptor Julio Jones es eléctrico, y a veces imparable. Los fanáticos de los Falcons de Atlanta y de la fantasía lo saben ampliamente.
Pero aunque es una superestrella en la ofensiva más potente en la NFL, lo que se ve fuera del campo es a un hombre discreto y de voz suave.
“Así es él, punto”, le dijo a CNN el receptor de los Falcons, Eric Weems. “Durante los partidos es tranquilo, relajado, no se emociona demasiado, es lo que es y no lo puede cambiar, lo cual es algo bueno”.
Jones, que cumplió 28 años el viernes, es el único receptor en la NFL con un promedio de 100 yardas por partido en esta temporada. También es el único jugador en la historia de la NFL en tener dos juegos de postemporada con al menos 180 yardas de recepción y dos touchdowns. Y terminó segundo en la NFL con 1.409 yardas de recepción en el 2016.
Jones, quien resulta una pesadilla al enfrentarlo, es una de las grandes razones por la que los Falcons hayan llegado a su segundo Super Bowl en la historia de la franquicia. Pero el nacido en Alabama no le pone tanto misterio.
“Estoy mirando hacia adelante, hacia el partido”, dijo recientemente Jones a periodistas. “No me importa lo que está pasando alrededor del Super Bowl. Mi trabajo es prepararme para estar a punto para este partido”.
Sobre su hobby de pescar: “Lo mío es alejarme”
Jones promedia 96.3 yardas por partido en su carrera, lo que lo hace el primero en este rubro en la NFL en toda la historia.
Esos números lo hacen mejor incluso que otros receptores bien conocidos como Antonio Brown, de los Steelers de Pittsburgh, quien recientemente se disculpó por publicar un video en Facebook Live en el vestuario de los Steelers después de un partido de postemporada. O los de Odell Beckham Jr., de los Gigantes de Nueva York, quien tuvo que responder preguntas sobre su viaje en barco a Miami después de una derrota en los playoffs ante los Packers.
Esos receptores son la clase de personas que llaman la atención. Jones es todo lo contrario, aunque podría encontrarse en un barco por una razón diferente. Le gusta pescar en su tiempo libre.
“Así es él”, dijo Weems. “Es campesino, de Alabama. No puedes esperar más”.
Jones dijo esta semana que una de sus mejores atrapadas no fue en un campo de fútbol, sino cuando capturó un pez vela en Carolina del Sur hace dos años.
“Sólo quiero alejarme”, dijo Jones. “Lo mío es alejarme. Siempre hay algo para abstraerse de sí mismo y, para mí, eso significa irme sin pensarlo. Para mí es sólo pescar y disfrutarlo”.
“No te distraigas”
Aquellos en los círculos de fútbol, particularmente en el sur, conocen a Jones desde hace bastante tiempo. Fue un reclutamiento estrella proveniente de la población de Foley, al sureste de Mobile, que tiene menos de 15.000 habitantes.
Jones eligió jugar fútbol universitario en la Universidad de Alabama bajo las órdenes del entrenador en jefe Nick Saban. Como un atleta altamente calificado, habría sido fácil para él sentirse de inmediato como una estrella.
“El entrenador Saban me hizo trabajar muy duro”, dijo Jones. “Es por eso que lo respeto, porque él no me facilitó las cosas para convertirme en receptor. Tuve que trabajar ganarme ese puesto”.
Jones dijo que su experiencia en Alabama le ayudó a aprender “cómo manejar el éxito”.
“No te puedes creer más importante que tus compañeros en lo que estás tratando de lograr”, aseguró Jones. “Tienes que seguir haciendo las cosas que te llevaron allí, nada más, y no te distraigas”.
Jones ganó un campeonato nacional con el Crimson Tide en la temporada del 2009, en lo que fue su segundo año. Se convirtió en profesional después de su temporada juvenil, los Falcons hicieron una apuesta y negociaron para elegirlo en la sexta opción del draft de la NFL en el 2011.
Parece que la apuesta funcionó, pero eso no significa que haya más presión sobre él para liderar a los Falcons.
“En absoluto”, dijo Jones. “Estoy muy preparado para esto, no hay presión adicional sobre mí porque no estoy solo. Aquí tengo a una banda de hermanos que me ayuda”.