(CNN) – Cuando Keri Young supo que la bebé que espera no tenía cerebro, tomó una decisión desinteresada e impensable. Decidió que tendrá a Eva para donar sus órganos a otros bebés que puedan necesitarlos.
La desgarradora historia de Young ha roto los corazones de muchas personas desde que su esposo, el redactor de ESPN Royce Young, publicó una emotiva carta elogiando su valiente decisión.
“Sería irresponsable aceptar dones que Eva tiene y no compartirlos con otros”, le dijo Royce Young a CNN sobre la decisión de su esposa.
La terrible noticia
Los Young supieron que Eva no tenía cerebro con una ecografía que les hicieron a las 19 semanas de embarazo.
“Aunque de algún modo todo su cuerpo lloraba intensamente, Keri preguntó: “¿Si la llevo hasta el final del embarazo, podemos donar sus órganos?”, escribió Royce Young en la publicación.
“Todo el proceso ha sido duro, pero como alguien que ve todo desde la tribuna, así como ustedes, digo que Keri ha estado en la trinchera todo el tiempo, sintiendo cada pequeña patada, cada hipo y cada balanceo. En todo momento de cada día ella recuerda que lleva adentro suyo una bebé que morirá”.
La decisión de donar los órganos de Eva no fue la única razón. La pareja se dio cuenta de que “Eva está viva y nuestra hija merece conocer a su mamá y a su papá”, escribió el esposo.
En su página de Facebook, Keri Young agregó: “Eva tendrá una vida, aunque sea corta. Donará todo lo que pueda y hará mucho más en su tiempo en la tierra que lo que yo hice”.
El nacimiento de la bebé está programado para el próximo 7 de mayo.
“Elegir no solo significa terminar algo”, le dijo Royce a CNN. “Elegir puede significar vida”.
Este es el texto completo de su escrito:
“La otra noche, antes de viajar a Nueva Orleans, miré a mi bella esposa dormir tranquilamente en el sofá. La vi recostada, con su barriga enorme en la que tiene a nuestra hija que da patadas, una hija que no vivirá más que unos pocos días, y me abrumó pensar lo increíble que es esta mujer.
Soy escritor así que cuando siento algo, tiendo a escribirlo. Por eso saqué mi teléfono y comencé a escribir lo que estaba pensando. Y esta noche me di cuenta, sentado a miles de millas de distancia en la habitación de un hotel, especialmente después de haber conocido a un niño increíble llamado Jarrius que ha estado en todas partes en el ‘All-Star Weekend’ y necesita un transplante de hígado, que en lugar de guardarme eso para mí, como normalmente hago, debía simplemente decirle a todo el mundo lo increíble que es Keri Young. (También extraño sus cinco segundos luego de que me voy de la casa cuando tengo un viaje, así que de todas maneras estoy pensando en ella todo el tiempo).
Pienso en el momento en que supimos que Eva no era perfecta y cómo, literalmente 30 segundos después de que nuestra doctora nos dijo que nuestra bebé no tenía cerebro, aunque de algún modo todo su cuerpo lloraba intensamente, Keri miró y preguntó: “¿Si la llevo hasta el final del embarazo, podemos donar sus órganos?.
Recuerdo que nuestra doctora puso su mano sobre el hombro de Keri y dijo: “Ay, querida, es tan valiente lo que acabas de decir”. Algo así como, qué bonito de tu parte, pero por favor. Keri lo decía en serio. Allí estaba yo, abatido y con el corazón roto, pero de repente me levanté de ese estado y simplemente me impresionó. Era un espectador de mi propia vida, viendo a un superhéroe encontrar sus superpoderes. En el que literalmente era el peor momento de su vida, al saber que su bebé iba a morir, a ella le tomó menos de un minuto pensar en alguien más y en cómo su altruismo podría ayudar. Es una de las cosas más poderosas que he experimentado. En los ocho años que llevamos casados (y 15 años juntos), tengo muchos momentos en los que pienso “¡maldita sea, esta mujer se casó conmigo, qué suerte tengo!.
Pero este era diferente. Me hizo darme cuenta que no solo estoy casado con mi mejor amiga, sino con un ser humano sinceramente notable y especial.
Todo el proceso ha sido duro, pero como alguien que está viendo todo desde la tribuna, así como ustedes, digo que Keri ha estado en la trinchera todo el tiempo, sintiendo cada pequeña patada, cada hipo y cada balanceo. En todo momento de cada día ella recuerda que lleva adentro suyo una bebé que morirá. Su espalda le duele. Sus pies le duelen. Todas las cosas súper divertidas del embarazo le están pasando. Pero la luz al final del túnel de sus nueve meses se convertirá en una oscuridad que ella no habrá sentido un par de horas o días antes del nacimiento.
Ella es quien tendrá que lidiar con todo lo que implica tener un bebé, la leche que le va a salir, el proceso de recuperación, etc., pero sin un suave y bello recién nacido al que mirar para recordar que todo eso valió la pena.
Decidimos traer a Eva al mundo por muchas razones, pero la primera y la principal era donar sus órganos. No decimos esto para que parezca o suene como si fuéramos grandes personas o algo así. Fue solo un objetivo final en nuestras mentes, cuando nos dimos cuenta que Eva estaba viva y que nuestra hija merecía conocer a su mamá y a su papá, lo que nos dio el motivo para seguir adelante.
Donar estuvo en la mente de Keri casi desde el maldito segundo en que supimos y aunque la experiencia de cargar y besar a nuestra hija será algo que apreciaremos por siempre, el(los) regalo(s) que tiene dentro de su pequeño cuerpo es lo que realmente importa. Keri se dio cuenta de eso casi instantáneamente.
Ese niño Jarrius viste una camiseta que dice “”It Takes Lives To Save Lives” (Toma vidas salvar vidas). No pude dejar de pensar en eso todo el día. Allá afuera hay otra familia que está sufriendo y espera un milagro para su bebé, sabiendo perfectamente que el bebé de alguien más va a tener que morir primero. Eva puede ser ese milagro.
Nos acercamos a la línea de llegada y aunque será increíble atravesar ese proceso y conocer a Eva, tiene un precio. Vamos a ir al hospital para un nacimiento y vamos a volver a casa sin un bebé.
Muchas personas dicen cosas como “no cambiaría nada” después de una situación difícil, pero yo no voy a decir eso. Definitivamente, yo sí cambiaría algo si pudiera. Quiero que me hija sea perfecta. Quiero que me hija sople las velas en su primer cumpleaños. Quiero verla golpearse la cabeza contra nuestra mesa de centro intentando aprender a caminar. Quiero que acumule una deuda con su teléfono celular por mandarles mensajes de texto a los chicos. Quiero llevarla por el pasillo. Quiero cambiarlo todo seriamente, muy seriamente. Pero no puedo. Esta es nuestra realidad. Y nada va a detenerla.
Cuando Harrison se lastime o tenga que quitarle una cura o algo, Keri le preguntará: “¿Eres fuerte? ¿Eres VALIENTE?”. Y ese pequeño niño inclinará su cabeza y dirá: “¡Soy fuerte! ¡Soy valiente!”. Estoy mirando a Keri en este momento y ni siquiera tengo que preguntarlo. Ella es FUERTE. Ella es VALIENTE. Es increíble. Es especial. Ella es otra cosa, una mezcla de inteligencia, belleza, valentía, necedad, carácter e integridad todo en una mujer espectacular. Y de alguna manera, ella es mi esposa. No es que necesitara una situación tan terrible como esta para darme cuenta de todo ello, pero sí me hizo dar ganas de contárselo a todo el mundo”.