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Discutiendo la transexualidad y la reasignación de género
05:36 - Fuente: CNN

(CNN Español) – Cuando Luna Sharlote tenía 8 años jugaba a ponerse las mantas, las polleras (faldas) y el sombrero de su abuela cuando estaba en su casa. En ese entonces ella era un niño que se llamaba Cristian y se sentía “muy cómodo con la ropa de mujer”, según le cuenta a CNN en Español.

Ese es uno de los primeros recuerdos que tiene sobre su identidad de género como mujer. Casi 20 años después, Luna Sharlotte Humerez Aquino es la primera mujer transexual en Bolivia en contraer matrimonio legalmente, según relató a este medio.

“He vivido de varón hasta los 19 años… Yo no voy a negar nunca que soy una mujer transexual”, le dice Humerez Aquino, de 26 años, a CNN en Español desde La Paz. “Pero estoy completamente segura de que soy una mujer”.

Pionera

Luna Sharlotte se casó el pasado 30 de diciembre con su novio —con quien llevaba más de dos años de relación— luego de que la Oficina de Registro Civil les autorizara la unión, según relata.

Ella le envió a este medio imágenes de su certificado de matrimonio y libro de familia. CNN en Español contactó en varias oportunidades al Servicio de Registro Civil de Bolivia para confirmar su veracidad pero evitaron responder nuestra consulta.

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Luna Sharlotte decidió sacar su caso a la luz pública hasta hace unas semanas luego de que el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia aceptó estudiar un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Identidad de Género, que fue promulgada en mayo de 2016.

Esa ley le permite a la población transexual y transgénero en ese país cambiar su nombre y su género oficialmente en los documentos de identidad y demás documentos de certificación —como cuentas bancarias, diplomas, etc.—, según reporta la Agencia Boliviana de Información, ABI.

Pero un grupo de diputados bolivianos, apoyados por grupos conservadores, demandó la inconstitucionalidad de esta ley en octubre de 2016, pues según reclaman, “busca dañar lo más sagrado que tenemos los bolivianos, la familia”, según dijo a la prensa la representante de la ‘Plataforma por la vida’, Elisa Lanza, citada por ABI.

Para Luis Aruquipa, miembro de la Plataforma por la Vida y la Familia, el matrimonio de Humerez Aquino es “inconstitucional y no legal”, según le dijo a CNN en Español desde La Paz.

“Puede tener un matrimonio legítimo, pero no legal”, dice Aruquipa. “Nuestra constitución aclara que para llegar al matrimonio debe haber un hombre y una mujer. Nuestra constitución dice que a la mujer se le aclara por la maternidad”.

Arequipa explica más adelante que se refiere a la capacidad que tiene una mujer para tener hijos y que en el caso de Luna no cumple esta regla.

La Constitución de Bolivia no define a las mujeres a partir de su capacidad para procrear, pero sí prohíbe la discriminación por razón de sexo, orientación sexual, identidad de género, entre otras.

Además, en su artículo 168, el Código de las Familias de Bolivia establece la nulidad de un matrimonio si “no ha sido celebrado por el oficial de Registro Cívico” o si “no fue realizado entre un hombre y una mujer”.

Ella cumplió todas estas condiciones.

Luna Sharlotte se casó con su novio con el que llevaba más de dos años en diciembre de 2016.

Para Aruquipa  la Ley de Identidad de Género debe ser declarada inconstitucional pues puede desembocar en otros “derechos ilegítimos” para la comunidad LGBT como matrimonio igualitario y adopción de parejas del mismo sexo.

Una fuente del Tribunal Constitucional Plurinacional le dijo a CNN en Español que aún no hay una posición final sobre la demanda, pues esta está siendo revisada por los magistrados.

Hacia la transición

Hasta septiembre de 2016, Luna Sharlotte era una mujer con nombre de hombre, pues sus documentos así lo decían. Pero junto a Pamela Valenzuela Rengel y César Morón, ella fue una de las tres primeras personas en Bolivia en recibir sus documentos de identidad con sus nombres y género respectivos, según le contó a CNN en Español.

“Para mí fue una alegría inmensa porque [antes] iba al banco o a cualquier lugar y todos me atendían como señorita. Pero mostraba mi carné y era un rechazo fuerte. ‘Es un carné de hombre’, me decían. Y como con mucha vergüenza, incómoda, les decía soy transexual”, relata. “Era muy incómodo con el carné anterior”.

Pero ahora, dice, se siente feliz porque presenta su documento de identidad y no se siente discriminada.

“[El carné] nos ayuda a no sufrir discriminación, a ser más aceptadas, a poder ir a estudiar a una universidad sin que estén llamando como varón”, dice.

Luna se sometió a una serie de cirugías y su transición duró unos tres años. Ahora, esta estudiante de Comunicación Social y Periodismo dice sentirse feliz por este paso tan importante, pero reconoce que ser transexual en Bolivia es aún muy duro.

Luna dice que es difícil ser transexual en Bolivia, pues aún hay mucha discriminación.

“Eso sí es difícil. Yo ya me acostumbré a que te miren en la calle, a que te señalen. La discriminación es todavía fuerte, no ha cambiado”, dice. “Si bien es cierto que se ha aprobado una ley, la discriminación está latente porque la gente aún no comprende muy bien lo que somos, cómo somos”.

Y añade que la comunidad transgénero en su país aún tiene una tarea muy grande, pues deben mostrar que ellas son “unas personas comunes y corrientes que sentimos, vivimos, lloramos, estudiamos, trabajamos y que lo único que estamos pidiendo es que se nos otorguen los mismos derechos que cualquier ciudadano de nuestro país”.

Pero asegura que con el apoyo de su familia todo este proceso ha sido más fácil, pues desde el primer momento la han aceptado como es, incluso cuando empezó su “proceso de armonización”, como ella lo llama.

“Para mí fue una alegría grande. Empecé a llorar mucho porque la familia es el pilar fundamental para que no te importe nada. Si tu familia te apoya, ya no te importa nada, el qué dirá la gente, los vecinos, la sociedad”.

“La familia te apoya y tú sigues adelante”, puntualiza.