(CNN Español) – Dos duros opositores a la inmigración ilegal han sido empleados como asesores de alto nivel en agencias federales de inmigración en el Departamento de Seguridad Nacional.
John Feere, exanalista legal de políticas para el Centro de Estudios Inmigratorios (CIS, por sus siglas en inglés) fue contratado como consejero por Thomas D. Homan, director interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), según el vocero de Seguridad Nacional, David Lapan.
Julie Kirchner, exdirectora ejecutiva de FAIR —Federación para la Reforma Inmigratoria en EE.UU.—, fue contratada como asesora de Kevin McAleenan, comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), indicó Lapan.
Su contratación ha preocupado a grupos defensores de los derechos de los inmigrantes.
CIS y FAIR son grupos de expertos radicados en Washington que defienden la restricción de la inmigración legal e ilegal. FAIR, CIS, NumbersUSA y otras tantas organizaciones antiinmigrante en EE.UU. fueron fundadas por John Tanton, un oftalmólogo jubilado de Michigan que abiertamente abraza la eugenesia, la ciencia orientada a mejorar la calidad genética de la población humana alentando la reproducción selectiva y por momentos, defendiendo la esterilización de grupos genéticamente no deseables.
Dan Stein, presidente de FAIR, indico en una entrevista con el diario New York Times en 2011 que Tanton ya no forma parte de la organización ni tiene un rol operacional en ella.
Kirchner trabajó como directora ejecutiva de FAIR desde octubre de 2005 hasta agosto de 2015 antes de unirse a la campaña de Donald Trump como asesora de inmigración.
Mientras estuvo en CIS, Feere promovió legislación para poner fin a la ciudadanía automática de los niños nacidos en EE.UU. de padres inmigrantes indocumentados. Argumentó que dar a luz a un hijo en suelo estadounidense brinda al inmigrante acceso a los beneficios de bienestar social, lo que ha alentado el incremento de lo que él llama “turismo de nacimiento”, la práctica de los extranjeros que viajan a EE.UU. a dar a luz y agregar un ciudadano estadounidense a su familia.
Politifact, un sitio web no partidario de verificación de datos, ha desacreditado estas afirmaciones, concluyendo que los niños nacidos en EE.UU. no hacen mucho a largo plazo para ayudar a sus padres inmigrantes. Los niños ciudadanos no pueden patrocinar la ciudadanía de sus padres hasta que el o la joven llegue a los 21 años y cualquier beneficio social se otorgaría al niño y no a sus padres indocumentados, que no califican.
El centro de investigación PEW también halló que el número de bebés nacidos de inmigrantes no autorizados en EE.UU. ha ido en descenso constante en años recientes.
Feere también criticó duramente el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) promulgado por el presidente Obama mediante decreto ejecutivo que otorga la protección contra la deportación a los jóvenes inmigrantes traídos al país de niños.
En un artículo publicado por CIS, Feere cuestionó si los niños traidos a EE.UU. en una edad temprana estaban totalmente asimilados o eran del todo leales a esta nación para recibir algún tipo de estatus legal.
En una entrevista del 2013 con el Washington Post, a Krikorian le preocupaba la creciente “multiculturalidad” y argumentaba que “a muchos de los defensores de la inmigración no les gusta EE.UU. tal cual es”, y quieren cambiarlo. Stein, en una entrevista de 1997 con el Wall Street Journal, defendió su creencia de que ciertos grupos inmigratorios están realizando una “reproducción competitiva” para disminuir a la mayoría blanca estadounidense.
“CIS ha publicado artículos que designan a los inmigrantes como ‘buscadores de oro tercermundistas’ y que culpaban a los solicitantes de asilo de América Central por ‘el problema creciente de las pandillas en las calles’ de EE.UU., mientras que Dan Stein ha dicho que muchos inmigrantes que vienen a EE.UU. odian el país y todo lo que representa”, señala Heidi Beirich de la organización sin fines de lucro, Southern Poverty Law Center, quien . “Tomamos estas designaciones muy seriamente y CIS y FAIR son grupos de extrema derecha que regularmente publican material racista, xenofóbico y diseminan información incorrecta sobre los inmigrantes y la inmigración.
Durante la campaña presidencial y desde que asumió la presidencia, la política inmigratoria de Donald Trump ha reproducido detalles encontrados en los informes del CIS. En abril de 2016, por ejemplo, CIS publicó una lista de “las 79 acciones sobre inmigración que puede tomar el próximo presidente”. La lista incluía medidas como retener fondos federales a las ciudades santuario, eliminar el “Programa de Aplicación Prioritaria de la Ley”, que daba prioridad de deportación a los criminales más peligrosos durante el Gobierno de Obama, y reducir el número de inmigrantes dependientes de los beneficios que viven en EE.UU.
Muchas de estas recomendaciones ya se han promulgado, propuesto o debatido en el Gobierno y algunas se incluyeron en el decreto ejecutivo de Trump sobre inmigración emitido en enero.
“La campaña y el Gobierno usaron otro material nuestro por lo que me complace que estén usando la lista de acciones sobre inmigración,” dijo Krikorian. “Pero hay una distinción entre usar material de CIS como fuente de investigación importante y de hecho que CIS tenga un enlace operativo directo con el Gobierno”.
Krikorian no comentó sobre el puesto de Feere en el Servicio de Inmigración (ICE).
Freere, Kirchner, el director interino de ICE, Homan y el comisionados interino de la Agencia de Aduanas y Protección de Fronteras, McAleenan declinaron la solicitud de ser entrevistados.
Los roles como asesores de Kirchner y Feere en la Agencia de Aduanas y Protección de Fronteras y en el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas han alterado a algunos de los defensores de los derechos sobre los inmigrantes, quienes dicen que están preocupados por el nuevo poder e influencia que han obtenido los grupos nativistas y de extrema derecha dentro del Gobierno desde que Trump asumió la presidencia.
“Estos grupos se han pasado 20 años buscando la forma de hacer daño a los inmigrantes y ahora les han dado las llaves del reino”, dice Lynn Tramonte, subdirectora de America’s Voice, un grupo de defensa de la inmigración radicado en Washington cuyo objetivo es crear un camino a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados.
Algunos defensores de los inmigrantes ya presienten un mayor quiebre en su capacidad de obtener información en forma eficaz del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas.
“Hay una sensación generalizada muy dura dentro de la comunidad de defensa sin fines de lucro de que nos están dejando afuera de todo desde la influencia sobre políticas hasta el acceso a casos individuales de inmigración e información muy básica con la que ICE debería ser transparente, como cuántos centros de detención operan en el país”, dice un representante de una organización que defiende los derechos de los inmigrantes que junto con otros colegas solicitaron hablar en forma anónima para tener libertad de expresión.
Esto marca lo que algunos dicen es un cambio drástico en las relaciones entre ICE y las organizaciones de defensa de la inmigración. Durante el Gobierno de Bush, una coalición de grupos a favor de la inmigración, conocido como el “Grupo de Trabajo de ICE-ONG” comenzó a mantener encuentros confidenciales entre los interesados a puertas cerradas varias veces por año con funcionarios jerárquicos de inmigración como una oportunidad de expresar preocupaciones y plantear preguntas específicas sobre la aplicación de las políticas, los derechos de los inmigrantes y su tratamiento durante la detención.
La asociación de abogados de inmigración de EE.UU. (AILA), el Proyecto de Justicia Inmigratoria del Colegio de Abogados de EE.UU. y el Centro Nacional de Justicia inmigratoria están entre las organizaciones de defensa que formaban parte del “Grupo de Trabajo de ICE-ONG”.
En febrero, en el primer encuentro de esta índole bajo el Gobierno de Trump, miembros del grupo de trabajo se sintieron atacados por la espalda al descubrir que algunos de los grupos antiinmigratorios también asistían.
Además de CIS y FAIR se extendieron invitaciones al Instituto de Derecho sobre la Reforma Inmigratoria, el brazo legal de FAIR, NumbersUSA y Judicial Watch (Observatorio Judicial). Estos grupos apoyan la aplicación de las leyes inmigratorias, la reducción general de los niveles de inmigración y el aumento de la detención y deportación de inmigrantes indocumentados.
“Estamos frustrados y furiosos de que las conversaciones productivas y el intercambio de ideas e información sobre cómo garantizar la seguridad y el tratamiento justo de los inmigrantes durante la custodia (ICE) se haya transformado en una reunión con organizaciones cuya misión es restringir la inmigración y perpetuar la intolerancia contra los inmigrantes”, dijo un defensor de la inmigración que asistió a la reunión de febrero.
Los líderes de las organizaciones a favor de la ejecución de la ley, sin embargo, argumentan que como claros participantes en el debate inmigratorio tienen todo el derecho a estar en las reuniones de ICE.
“Habíamos sido excluídos intencionalmente de las reuniones bajo el Gobierno de Obama, pero con la nueva gestión, ICE invitó a algunos otros grupos también y debían de haberlo hecho hace tiempo”, dijo Krikorian, quien no obstante reconoció no recuerda haber sido invitado a las reuniones durante el Gobierno de Bush cuando comenzaron las sesiones.
Los defensores de la inmigración le dijeron a ice que preferirían que la agencia se reuniera por separado con los distintos grupos; pero ICE se negó a hacerlo. Algunos defensores dicen que no tienen nada contra quienes opinan distinto en materia inmigratoria, pero creen que estos grupos repetidamente difunden información verificablemente falsa para demonizar a la comunidad de inmigrantes y a sus aliados.
“Obviamente hay miedo en la comunidad por la retórica antiinmigratoria que emana de este Gobierno, pero tener a John Feere, proveniente de CIS, en una posición de liderazgo en ICE y que ahora estos grupos antiinmigrantes se presentan en las reuniones por primera vez en 14 años, ha creado este profundo miedo en la comunidad defensora”, dice un activista de los derechos de los inmigrantes que lagrimeó al recordar como una defensora sintió que ya no podía participar por miedo a exponerse frente a ICE.
“Muchos defensores de los derechos de los inmigrantes son ellos mismos inmigrantes, algunos receptores de la Acción Diferida DACA, que ahora tienen miedo de aparaecer en las reuniones de interesados porque podrían ser retenidos bajo custodia mientras se reúnen en las oficinas centrales de ICE. Estos defensores inteligentes, profesionales y bien educados ahora tienen miedo de hacer su trabajo,” explicó el activista.
A raíz de esto, las organizaciones de derechos de los inmigrantes han notificado a ICE que han disuelto el “Grupo de Trabajo de ICE-ONG” y que ya no participarán en los encuentros trimestrales.
En una declaración, el Servicio de Control de Aduanas e Inmigración dijo que las reuniones continuarán:
“ICE está comprometido con la transparencia para con todos los intersados, no solo quienes tienen una sola opinión sobre la aplicación de la ley y políticas de inmigración. ICE aprecia las opiniones constructivas y diversas de un variado espectro de organizaciones en la aplicación de la ley de inmigración. La agencia continúa expandiendo su trabajo con los interesados y los miembros de la comunidad. Nuestro objetivo es garantizar que todos los miembros del público comprendan por completo lo que hacemos y lo que no”.
Peter Robbio, vocero de Numbers21, un grupo que logró también su primera invitación a la reunión de interesados, la describió como la mejor relación que la organización haya tenido con un gobieno en 21 años.
Stein de FAIRr dijo: “el presidente Trump entiende el tema de la inmigración desde el punto de vista más amplio del interés nacional y que aprovecha a un fuerte grupo de personas que aportan su experiencia sobre el tema, algunos que están en el Gobierno y otros que no”.
Si los grupos de defensa de inmigrantes están descontentos con esto, dice Tom Fitton, el presidente del Observatorio Judicial, mejor que se amolden a la nueva realidad.
Estoy seguro de que estos grupos de izquierda están acostumbrados a tener el control del debate y de la sala, y estoy seguro de que les encantaría que esto siguera así, incluso durante el Gobierno de Trump”, dice Fitton.
Los grupos a favor de la ejecución de la ley disfrutan de acceso sin precedentes para moldear la política inmigratoria y esperan seguir asistiendo a las reuniones de interesados de ICE.
“Deberíamos alentar estos encuentros”, explica Fitton.”Sé que la izquierda liberal tiene miedo de enfrentarse a los argumentos de sus opositores y quieren poder hablar con el Gobierno sin que nadie les haga rendir cuentas, pero no nos oponemos a la participáción con otros grupos.
No es así, dice el otro lado.
“No es exactamente la misma situación que tener demócratas y republicanos, conservadores y liberales, todos en la misma sala,” contrarrestó un defensor de la inmigración. “La diferencia fundamental es que su agenda está impulsada por un enfoque supremacista blanco nativista de las políticas. Entonces no solo da escalofríos sentarnos juntos en una sala sino que creo que muchas organizaciones de defensa, incluida la nuestra, temen que podrían estar normalizando la agenda nativista a medida de que ingresa a los salones de nuestro Gobierno”.