(CNN Español) – Los líderes de las guerrillas del Ejercito de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se reunieron este jueves en Cuba para discutir los avances de las dos mesas de conversaciones entre la insurgencia y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Según un comunicado conjunto del Comando Central del ELN y el secretariado de las FARC, la reunión se realizó para poner en marcha el diálogo conjunto por la paz, y discutieron temas de política, víctimas, oposición y ayuda internacional.
“Nos acompaña la certeza que la mayoría de colombianos y colombianas conquistará, por encima de la tozudez de los sectores del poder que se oponen a la paz, la solución política avanzando en la mesa con el ELN y en la implementación de los acuerdos de paz de La Habana”, afirma la comunicación.
Las FARC, la principal guerrilla de Colombia, firmó un acuerdo de paz con el gobierno en noviembre de 2016 tras 4 años de negociaciones en La Habana. El ELN, por su parte, adelanta ya la fase pública de las negociaciones en Quito, Ecuador. El próximo ciclo de conversaciones será esta semana.
El comunicado conjunto agrega que pese a las diferencias entre ambos procesos hay objetivos comunes “como el de buscar que la sociedad tenga una función protagónica en el logro de la paz, con cuya fuerza va a ser posible imponer una salida no violenta a siete décadas de confrontación, en contravía de la élite que persiste en ella, movida por el lucro que obtienen de avivar la guerra”.
Además, señalan que buscarán que la paz siga en la agenda de cara a las elecciones presidenciales de 2018 en Colombia y que tratarán de “evitar que los llamados a la guerra, que hace la extrema derecha no hagan reversar este impulso por el logro de un nuevo país con equidad”.
De igual manera afirman que coinciden en que las víctimas deben ser el corazón de ambos procesos y que todos “gobiernos, las clases dominantes y a la insurgencia” deben asumir sus responsabilidades en el conflicto y procurar la verdad.
Mientras en Quito apenas comienzan las negociaciones con el ELN, las FARC ya entran en la fase final del desarme y su participación política ya fue aprobada en el Congreso como parte de lo acordado en La Habana.
La guerrilla del ELN tiene hoy, según información del Ejército entregada a CNN en Español, cerca de 1.550 miembros armados. Cuando las FARC se sentaron en la mesa de conversaciones de La Habana, en el 2012, se calculaba que tenían casi 8.000 miembros. Hoy, según el Alto Comisionado para la Paz, unos 6.300 hombres de las FARC están comenzando su proceso de desarme en las distintas zonas de concentración previstas para tal fin en el acuerdo firmado en noviembre pasado.
Las hojas de ruta de ambos procesos son diferentes. Aunque después de octubre del 2016, cuando se supone que debían haber comenzado los diálogos, ni el ELN ni el gobierno han vuelto a hacer públicos los seis puntos acordados para negociar, en el proceso con esta guerrilla la prioridad será la participación de la sociedad civil, algo que no sucedió en la negociación con las FARC.
Los seis puntos de la agenda de diálogos con el ELN conocida el año pasado son: Participación de la sociedad en la construcción de la paz, Democracia para la paz, Transformaciones para la paz, Víctimas, Fin del conflicto armado e Implementación.
La agenda de paz con las FARC era mucho más concreta (Política de desarrollo agrario integral, Participación política, Fin del conflicto, Solución al problema de las drogas ilícitas, Víctimas e Implementación, verificación y refrendación) y hablaba de entrada de la dejación de armas, algo que no ha quedado claro aún con el ELN.
“(Los miembros del ELN) le hacen un culto y una veneración excesiva a la lucha armada como si las armas no fueran un instrumento sino un imposible”, le dijo hace unos días a la Revista Semana el concejal de Bogotá Antonio Sanguino, desmovilizado de una disidencia de esa guerrilla.
El momento en el que se sientan a la mesa tampoco es el mismo. Al segundo mandato de Santos solo le queda algo más de un año y medio y eso le imprime una presión distinta al proceso que se llevó a cabo con las FARC, en el que se sabía que el presidente podía ser reelegido.
Ahora persiste la incertidumbre de si en agosto del 2018 estarán cerradas las negociaciones y, en caso contrario, si el nuevo presidente aprobará lo acordado con el ELN hasta ese momento. Además, pese al apoyo que recibió tras ganar el Premio Nobel de Paz en diciembre pasado, el presidente Santos tiene hoy un capital político más débil que el del 2012.
Cuando las FARC y el gobierno comenzaron a hablar en Cuba, la sociedad colombiana ya conocía la metodología acordada y la logística. Horas antes de que se instale formalmente la mesa en Quito, en Colombia todavía no se conoce cómo serán las jornadas ni si se abordarán varios temas de la agenda de manera simultánea, entre otros detalles.
El ELN fue fundado en 1964 por estudiantes y sindicalistas —distinto al origen campesino de las FARC—, tiene una estructura más horizontal que la de la guerrilla que ya ha comenzado a desarmarse y está comandado desde 1998 por Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’.