Esta es la segunda entrega de una serie sobre la creciente influencia de China.
(CNN) – El presidente de China, Xi Jinping, presentó su gran plan económico para el mundo los días 14 y 15 de mayo en una cumbre internacional sobre su iniciativa política “One Belt, One Road” (literalmente Un cinturón, un camino, conocida como el proyecto Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda). Asistido por 28 jefes de Estado y altos funcionarios de más de 60 naciones, el evento fue la fiesta de presentación para el gigante asiático y en él Xi describió los planes de China de forjar un nuevo orden económico mundial aprovechando la milenaria tradición de la ruta de la seda.
En verdad, la cumbre es sólo el último paso en la evolución de China como una potencia global. Los zarcillos de la influencia china se han estado envolviendo gradualmente alrededor del globo y la nación asiática, alguna vez un país cerrado, está emergiendo como una posible superpotencia. Exploramos cinco maneras en que China está cambiando vidas, desde su influencia financiera y su influencia en la cultura, la educación, los viajes y el equilibrio militar del poder.
1. Inversión
2. Educación
3. Infraestructura
4. Viajes
5. Poder militar
Educación: Los estudiantes chinos están cambiando las universidades de EE.UU.
Urbana, Illinois - Cuando Gregory Davis, un profesor de contaduría de Estados Unidos, abrió su primera lista de alumnos en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign hace tres años, quedó impactado por el gran número de estudiantes chinos que había en su clase.
“Oh, dios”, recuerda haber pensado. “¿Cómo voy a pronunciar estos nombres?”
Davis enseñó previamente en la Costa Este y pensó que el cuerpo estudiantil en esta localidad del Medio Oeste rodeada de campos de soya y maíz sería predominantemente local. Este año, dice, su clase de posgrado es al menos 80% china.
El número de estudiantes chinos en la UIUC ha aumentado cinco veces desde 2008 hasta llegar a 5.629 –son parte de una tendencia que se está viendo en comunidades universitarias en todo Estados Unidos mientras las instituciones públicas sin mucho dinero reciben con los brazos abiertos las cuotas más altas que pagan los estudiantes internacionales.
Es fácil ver el impacto que los estudiantes chinos han tenido en esta población de 207.000 habitantes –tiendas de té de burbujas, restaurantes de comida de Sichuan y peluquerías chinas han aparecido repentinamente. Una calle tiene al menos seis restaurantes chinos.
El número de estudiantes chinos en Estados Unidos se ha más que triplicado desde el otoño de 2008 hasta los 329.000. Los estudiantes chinos, que piensan que un diploma estadounidense impresionará a los empleadores en su país, también están transformando los salones de clase de Estados Unidos y modelando la forma en que enseñan profesores como Davis.
“Trato de abordar en el primer par de mis clases que está bien para mí que haya respuestas incorrectas, pues así es como el aprendizaje ayuda”.
Es un cambio en patrones de enseñanza compartidos por muchos otros profesores, de acuerdo con Yingyi Ma, un sociólogo de la Universidad de Syracuse que está trabajando en un libro sobre los estudiantes internacionales chinos en Estados Unidos.
“Su actual patrón (chino) de participación en el salón de clases ha llevado realmente a muchos profesores a pensar cómo pueden ajustar la forma en que enseñan”, dice Ma.
Para cerrar la brecha que existe entre los estudiantes locales y los chinos, Davis se asegura de que los proyectos grupales y los asientos en las aulas no se dividan a lo largo de líneas étnicas.
Aunque la mayoría de los estudiantes locales aprecian la diversidad, algunos tienen sentimientos negativos sobre la gran presencia china, dice Davis.
También ocurre del otro lado. Antes de venir a la universidad, Wang Dinghong dijo que se imaginaba que tendría muchos amigos estadounidenses, pero la gran cantidad de estudiantes chinos hace que tenga pocos.
“La única manera de solucionar esta situación –y puede que no suene muy bien– es reducir el número de estudiantes chinos que se admiten al año”, dijo Wang.
Charles Tucker, vicerrector de estudios de licenciatura e innovación en la UIUC, dice que los administradores están al tanto de la falta de integración entre los estudiantes chinos y los estadounidenses y que están haciendo esfuerzos para corregirlo.
“Así como no hay aprendizaje sin la enseñanza y sin un esfuerzo del estudiante, no hay aprendizaje cultural o integración cultural sin algún esfuerzo programático y cierto esfuerzo individual”, dijo.
Ma dice que hay mucha discusión en las universidades sobre la falta de integración pero pocos han hallado la forma de abordarlo.
Hay mucho en juego. Ella dice que para los estudiantes chinos es perder la oportunidad de sumergirse completamente en la cultura estadounidense y de ser realmente buenos en el inglés que usan sus pares estadounidenses.
Los estudiantes de Estados Unidos se pierden la oportunidad de conocer la cultura de una superpotencia ascendente.
Para la universidad, dice, los graduados con poco sentimiento hacia su escuela probablemente no serán los mejores embajadores de la universidad cuando vuelvan a su país.
El peso de China en las universidades de Estados Unidos también se nota en los 110 Institutos Confucius que Beijing ha abierto en todo el país. Su objetivo es promover la cultura y el lenguaje chinos, pero muchas instituciones estadounidenses han cortado lazos ante temores de que una agenda ideológica oculta limite la libertad académica.
Davis, el profesor de contabilidad, dice que la diversidad en última instancia beneficiará a todos los estudiantes.
“Hay muchos muros levantados en el aula”, dice Davis. “Pero si te tomas el tiempo para tirar ese muro, eso hace que toda la clase y el ambiente de estudio sean mucho mejores”.