Réplica de la fotografía de Charles Levy (1945) sobre el bombardeo contra Nagasaki: se utilizaron bolsas de algodón para recrear la imagen de Charles Levy sobre bombardeo de Nagasaki de 1945, tomado originalmente de uno de los aviones B-29 utilizados en el ataque estadounidense contra Japón.

(CNN Español) – Lo que empezó como un juego con pegamento, cartones y madera terminó en una curiosa exposición: los artistas suecos Jojakim Cortis y Adrian Sonderegge recrean los momentos más importantes de la humanidad en miniatura y 3D, como lo documentó la publicación digital de arte, diseño y arquitectura The Spaces.

Desde el primer viaje en avión, pasando por la llegada del hombre a la Luna hasta los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, estos dos artistas le proponen un juego interesante a sus espectadores: tentarlos con una realidad planeada al detalle. Su serie se llama Icons (Íconos) y se está exhibiendo en la galería Photo London.

Según The Spaces, Cortis y Sonderegge se dedican a hacer remakes de las fotografías históricas más famosas. Por ejemplo, su versión del primer paso del hombre en la Luna la tomaron de la imagen capturada por Edwin Aldrin en 1969 y la que hicieron del choque del París Concorde fue inspirada en la foto de Toshihiko Sato en 2000, de acuerdo a lo reportado por la publicación.

Pero el juego va más allá: cuando han tomado la imagen de su mini réplica, abren el ángulo de la cámara para mostrar junto a las creaciones el ambiente del estudio que las rodea y los instrumentos que utilizaron, como pegamento, cinta y algodón. “El pasado y el presente se entrelazan, y se pide al espectador que cuestione hechos y ficciones”, escribió pertinentemente The Spaces. Algo que va de la mano con lo que Cortis le afirmó a la publicación: “Uno no debe simplemente confiar en la fotografía. Incluso, cuando no había procesos digitales para las imágenes, todavía había una manera de escenificar una imagen o de dirigirla de algún modo”.

En parte por eso, de acuerdo a lo que publicó The Spaces, sus miniaturas tienen una construcción de baja fidelidad y Photoshop sólo está permitido para los ajustes de color. “Mira de cerca y verás el grano de madera que se duplica para ondulaciones en el mar, o el algodón utilizado para evocar las nubes”, indicó el medio digital.

El proyecto empezó en 2012 cuando los dos artistas tenían tiempo libre. “Cuando no teníamos ingresos, decidimos tratar de recrear las imágenes más costosas en el mundo”, recordó Cortis. Y así nació una idea que también se convertirá en un libro para 2018, publicado por Thames y Hudson.