(CNN) – Los médicos no pueden hacer visitas a domicilio a la Estación Espacial Internacional, pero incluso si pudieran, rutinas médicas típicas de la Tierra como inyectar suero, tomar una muestra de sangre y hasta mantener limpia una herida son increíblemente difíciles en el espacio.
Piensa en los ataques cardiacos. Incluso los astronautas más saludables pueden sufrir un paro cardiaco debido a la naturaleza perjudicial del espacio mismo. Pero la reanimación cardiopulmonar como la conocemos en la Tierra no es posible en una estación espacial porque falta un ingrediente fundamental: la gravedad.
Tratar de hacer compresiones pectorales cuando estás flotando alrededor solo termina en dos personas alejándose entre ellas. Entonces, ¿cuál es la solución?
Se han probado cinco métodos para encontrar el mejor reemplazo para la reanimación cardiopulmonar en el espacio, según el doctor Jochen Hinkelbein, médico principal del Hospital Universitario de Colonia (Alemania). Hace poco, Hinkelbein presentó un trabajo sobre el tema en Euroanesthesia (Congreso Europeo de Anestesiología), en Ginebra (Suiza).
Cada método ha sido probado simulando gravedad cero durante vuelos de corta distancia en aviones con gravedad reducida y en ambientes subacuáticos, para ver si puede lograr el correcto nivel y profundidad de compresión para revivir a alguien.
Los métodos incluyen el estándar de montarse desde el lado, la maniobra de apretarlo por la cintura, el abrazo del oso inverso, la parada de manos y el método Evetts-Russomano. Los dos primeros incluyen el uso de un sistema de retención y el abrazo del oso inverso es exactamente lo que suena, con compresiones.
La parada de manos también es lo que suena: lograr compresiones poniendo nuestros pies en la pared de la cabina y la espalda del paciente contra la pared opuesta.
El método Evetts-Russomano implica que la persona que hace la reanimación ponga su pierna izquierda sobre el hombro derecho del paciente y su pierna derecha alrededor de la espalda del paciente, bajo el brazo izquierdo. Cruzar las piernas de esa manera hace compresiones lo más fuertes posibles.
¿El mejor método? La parada de manos. Además, demostró ser el más sostenible por un periodo largo de tiempo. Luego se ubica el método Evetts-Russomano, pero no es sostenible por más de 3 minutos. (De todas maneras, fue la mejor opción en caso de que no haya suficiente espacio para hacer la parada de manos).
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“Las emergencias médicas en un astronauta durante una misión larga en el espacio representan una situación potencialmente mortal tanto para la víctima como para la tripulación completa y ponen en peligro toda la misión”, dice Hinkelbein.
“No hay ningún tipo de ayuda del exterior. El problema más amenazante para la vida es el paro cardiaco, que necesita resucitación cardipulmonar. Hacer correctamente la técnica de reanimación cardiopulmonar puede salvar la vida del astronauta en el espacio y de la misión”.
Si el simple acto de reanimar a alguien como se hace en la Tierra es imposible en el espacio, ¿qué más es médicamente imposible?
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Emergencias en el espacio
Tras más de 50 años de vuelos espaciales tripulados, los investigadores conocen algunos de los riesgos que corre el cuerpo humano cuando está en gravedad cero. El mareo por movimiento en el espacio comienza en las primeras 48 horas, lo que crea falta de apetito y vómito.
Los astronautas que se quedan en la estación espacial por seis meses sufren debilitamiento y pérdida ósea y atrofia muscular. También pueden experimentar pérdida del volumen sanguíneo, debilitamiento del sistema inmunológico y pérdida del condicionamiento cardiovascular dado que flotar requiere poco esfuerzo y el corazón no tiene que trabajar tan duro para bombear sangre.
Scott Kelly y otros astronautas de entre 40 y 50 años también dijeron que su visión se había alterado ligeramente.
“Puedes perder un porcentaje de masa ósea cada mes si eres astronauta”, dice el astronauta Mark Kelly. “Si algún día queremos enviar humanos a Marte, tendremos que aprender a superar eso. Si el cuerpo humano va a quedarse en el espacio por 10 a 20 años, a nivel evolutivo probablemente perderá su esqueleto en el espacio porque no lo va a necesitar. Tal vez se convierta solamente en una gran bolsa de carne”.
Aún no se han llevado a cabo procedimientos médicos complejos en misiones de transbordadores ni misiones en el espacio. La mayoría de las muertes entre los astronautas ocurre durante el entrenamiento o en el lanzamiento y aterrizaje de la nave espacial.
Pero hay situaciones que pueden ayudar a determinar un protocolo para misiones en el espacio: planes médicos para personas que viven en bases polares, apostadas en submarinos o que escalan las cumbres más altas y peligrosas del mundo.
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El futuro de la medicina en el espacio
Observar cómo funcionan los procedimientos médicos de emergencia en estos ambientes extremos también puede ayudar a decidir qué equipamiento médico puede ser el más útil en el espacio, dice el doctor Matthieu Komorowski, consultor en Cuidado Intensivo y Anestesia en el Hospital Charing Cross de Londres, que también presentó un trabajo sobre emergencias médicas en el espacio en el Congreso de Anestesiología este mes.
Incluso si los candidatos más saludables son elegidos como astronautas, un largo periodo de tiempo en el espacio puede representar riesgos para cualquier persona. La radiación es uno de los mayores obstáculos por superar, posiblemente a través de tecnología de protección, pero pueden surgir otras amenazas.
“Las condiciones traumáticas por pérdida de sangre son una gran preocupación, pero si alguien necesita una transfusión, no habrá banco de sangre en Marte”, dice Komorowski. “La predecible falta de productos sanguíneos puede mitigarse con una transfusión de sangre fresca, algo que suele hacerse en operaciones militares. En este caso, la compatibilidad sanguínea puede convertirse en el criterio de selección de una misión a Marte”.
Para una misión a Marte, cree Komorowski, se necesitará que la tripulación sea entrenada en técnicas médicas básicas.
Este experto propone usar herramientas de inteligencia artificial, como sistemas de asistencia de decisiones, que pueden ayudar a la tripulación a diagnosticar y tratar problemas médicos. Otros expertos creen que teleoperar robots cirujanos también puede contribuir.
Pero hay que tener en cuenta la gravedad cero. Ese sigue siendo el desafío.
Aunque una misión a Marte no es posible en este momento, no es imposible en el futuro, y por eso los investigadores y científicos están analizando cada aspecto para eliminar obstáculos y reducir riesgos a lo largo del camino.
“Los humanos son exploradores”, dice Mark Kelly. “No tenemos elección. No es una opción enviar robots a Marte. En última instancia, tenemos que ir y poner a humanos en la superficie de esos planetas. Puede que nos tardemos mucho tiempo por los desafíos que implica hacer esas cosas difíciles. Explorar está en nuestro ADN y no vamos a parar”.