(CNN) – El gobierno de Trump dijo que está listo para dejar que el poder militar estadounidense respalde a su diplomacia para impedir que Corea del Norte desarrolle un misil nuclear capaz de llegar al territorio estadounidense.
Pero no hay una solución militar fácil a la crisis y varias de las opciones potencialmente bajo consideración podrían poner en peligro miles de vidas.
Funcionarios estadounidenses dijeron a CNN el mes pasado que se habían revisado las opciones militares para Corea del Norte y estaban listas para ser presentadas al presidente Donald Trump.
“Lo que tenemos que hacer es preparar todas las opciones porque el presidente nos ha dejado claro que no aceptará una potencia nuclear en Corea del Norte y una amenaza que pueda dirigirse a Estados Unidos y a la población estadounidense”, dijo el asesor de seguridad nacional HR McMaster el mes pasado en un centro de estudios de Washington.
Sin embargo, no está claro si esas opciones de respuesta actualizadas fueron presentadas al presidente en la estela de la prueba por parte de Corea del Norte de un misil balístico intercontinental el viernes, en la segunda prueba de este tipo de misil en un mes.
El líder norcoreano Kim Jong Un dijo que la prueba fue un éxito, afirmando que “todo el continente americano” está ahora dentro del alcance de sus misiles.
La semana pasada, un funcionario estadounidense dijo a CNN que el gobierno de Estados Unidos no cree que Corea del Norte pueda lanzar un misil balístico intercontinental fiable y con capacidad nuclear hasta principios de 2018.
Sin embargo, la prueba de la semana pasada demuestra que el programa de misiles de Pyongyang puede estar más avanzado de lo que se pensaba anteriormente, una evaluación que ha planteado nuevas cuestiones sobre cómo podría responder el ejército estadounidense y las posibles consecuencias.
Si bien todos los escenarios de guerra muestran que Estados Unidos ganaría en una confrontación militar, esa victoria podría llegar a costar cientos de miles de vidas, sobre todo en Corea del Sur, donde millones de personas inocentes -y cerca de 30.000 soldados estadounidenses- ya están en el rango de las actuales capacidades de misiles de Corea del Norte.
“Opciones militares inevitables”
Cuando se le preguntó sobre la estrategia para lidiar con Corea del Norte, el senador republicano Lindsey Graham sugirió este martes que las opciones militares podrían ser usadas para detener las amenazas de ese país.
“Hay una opción militar para destruir el programa de misiles de Corea del Norte y al propio Corea del Norte”, dijo Graham en el Today show de NBC. “Si va a haber una guerra para detenerlos, será allá. Si mueren miles de personas, morirán allá, no van a morir aquí y (el presidente Donald Trump) me lo dijo en la cara”.
Aunque Trump condenó el lanzamiento de misiles de la semana pasada y dijo que Estados Unidos actuaría, tanto él como el vicepresidente Mike Pence han ofrecido pocas especificaciones sobre un posible plan para Corea del Norte.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, reiteró el martes que todas las opciones están sobre la mesa, pero puso algo de distancia entre la Casa Blanca y Graham.
“Obviamente, el presidente ha sido muy franco sobre lo que siente por Corea del Norte, estamos ponderando todas las opciones, manteniendo todas las opciones sobre la mesa, y como dijimos muchas veces, no vamos a transmitir lo que vamos a hacer”, dijo.
¿Qué puede hacer el Ejército (y la política) estadounidense?
Aunque Estados Unidos pueda salir victorioso en un conflicto militar importante con Corea del Norte, cualquier opción que incluya un ataque preventivo probablemente resultaría en un ataque recíproco de Pyongyang en Corea del Sur que causaría muchas víctimas y pondría en riesgo la vida de miles de personas, incluyendo tropas estadounidenses desplegadas allí.
Los ataques limitados contra los sitios de lanzamiento de Corea del Norte o las instalaciones militares podrían plantear un problema similar, complicado aún más por la creciente capacidad de Corea del Norte de ocultar sus pruebas hasta el último minuto.
Esto da a EE.UU. poco tiempo de reacción antes de una prueba de misil o nuclear.
También se está diversificando el número de lugares desde los que se lanzan misiles.
El aumento de la presencia militar en la Península Coreana con demostraciones de fuerza es otra opción para el gobierno de Trump, pero hasta la fecha, el golpe de pecho militar ha demostrado tener poco efecto en disuadir las ambiciones nucleares de Corea del Norte.
Mientras, las sugerencias de que Estados Unidos podría forzar un cambio de régimen en Corea del Norte sólo han inflamado las tensiones.
En julio, el jefe de la CIA, Mike Pompeo, dijo que el cambio de régimen podría ser un enfoque posible. Dijo que si bien una Península coreana desnuclearizada sería un acontecimiento positivo, lo más peligroso de las armas es el hombre que las controla: “Desde el punto de vista del gobierno”, dijo, “lo más importante que podemos hacer es separarlos . ¿Correcto?”
Pompeo admitió que hay riesgos sobre este enfoque, como, por ejemplo, ¿qué vendría después?
El secretario de Estado, Rex Tillerson, ha rechazado sistemáticamente la idea del cambio de régimen reiterando el martes que no es la intención estadounidense.
Las indicaciones son que Estados Unidos todavía espera alcanzar una solución diplomática para detener el programa de misiles de rápida evolución de Corea del Norte y usaría la acción militar sólo si Corea del Norte plantea una amenaza inminente.
Es probable que la administración Trump considere un espectro completo de opciones militares -algunas más fuertes que los vuelos de los bombarderos B-1 sobre la Península y otras menos manifiestas que un ataque directo- con la esperanza de que puedan devolver a Corea del Norte a la mesa de negociación.
Pero a meses de que Pyongyang pueda alcanzar su objetivo de desarrollar un arma nuclear capaz de llegar a Estados Unidos, Trump y sus líderes militares están considerando un acercamiento más enérgico.
Brad Lendon, Barbara Starr y Nicole Gaouette contribuyeron a este informe