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Trump se fue para Asia, pero dejó tremendos escándalos en Washington
02:43 - Fuente: CNN

(CNN) – El asesor de seguridad nacional de Donald Trump lanzó una dura advertencia el día previo a la salida del presidente de Estados Unidos rumbo a una importante gira por Asia: “El tiempo se agota”.

El riesgo de confrontación militar con Corea del Norte parece aumentar cada semana. Corea del Norte está trabajando, callada pero agresivamente, en hacer avanzar su programa de misiles balísticos intercontinentales para alcanzar a Estados Unidos con una ojiva nuclear. Y aunque Estados Unidos, sus aliados e incluso sus adversarios coinciden en que es necesario hacer más –y más rápido– no hay un consenso claro de cómo proceder.

Ese es el telón de fondo que hace que el viaje de 13 días por la región –donde se reunirá con actores clave y tendrá una visión de primera mano sobre la amenaza nuclear de Corea del Norte – sea la mejor opción de Estados Unidos para evitar una crisis que amenaza con involucrar al país en su mayor guerra en Asia desde Vietnam.

Donald Trump aborda el Air Force One en Hawai para partir a Japón, la primera escala de su gira por Asia. JIM WATSON/AFP/Getty Images)

Aunque hay poca expectativa de que Trump regrese a Washington con la respuesta para detener la avanzada norcoreana, él se encuentra bajo una presión considerable para entregar un mensaje claro y consistente sobre el enfoque estadounidense ante la crisis norcoreana.

Y como advirtió el General H.R. McMaster, el tiempo corre. CNN supo a principios de esta semana que Corea del Norte está trabajando en una versión avanzada de su existente misil balístico intercontinental KN-20 que podría llegar potencialmente a Estados Unidos, y es absolutamente posible que el próximo año Pyongyang pueda dominar la tecnología para instalar una ojiva nuclear en un misil de ese tipo.

Eso significa que esta visita podría ser el último viaje de un presidente de Estados Unidos para ver cara a cara a los líderes de la región antes que ese fatídico umbral sea cruzado.

¿Cuál es la estrategia?

Hasta ahora, el presidente ha dejado a la región perpleja sobre la estrategia de Estados Unidos para resolver la crisis. ¿Ese enfoque se explica mejor con su explosiva retórica amenazante de “fuego y furia”? ¿O se basa en la tranquila y cautelosa diplomacia personificada por el secretario de Estado Rex Tillerson y respaldada por el secretario de Defensa James Mattis?

“Es importante que el presidente… lleve un mensaje claro que no sea contradicho por su gabinete. Tienes a Tillerson hablando de diplomacia, tienes al presidente hablando de acción militar y con insultos”, dijo Bill Richardson, exsecretario de Energía de Estados Unidos, embajador y enviado a Corea del Norte. “Y debe conseguir una estrategia común entre nuestros aliados. Estamos divididos”.

Y aunque la tarea más crucial de Trump será expresar la postura de Estados Unidos con claridad, de forma coherente y sin contradicción, es la afición del propio Trump a la retórica impulsiva y belicosa la que está orillando más a la región hacia el precipicio.

Trump está tocando tierra luego de una salva de sanciones contra Corea del Norte y otras tácticas de presión que le han ganado a su gobierno el aplauso de sus aliados en la región. Exfuncionarios estadounidenses y expertos en la región coinciden en que la administración ha logrado la sanciones de mayor alcance hasta la fecha y llevado a China a realizar sus acciones contra Corea del Norte más importantes hasta ahora.

Pero aquellos que alaban el trabajo de su gobierno para fortalecer la campaña de presión diplomática son igual de rápidos para criticar a Trump por la forma en que él ha socavado esos esfuerzos –y les preocupa que el presidente pueda socavar de la misma forma la cuidadosa coreografía y delicada diplomacia preparada por sus propios asesores con el ataque de un tuit o de un comentario fuera del guión mientras esté en la región.

Trump en China

Pero la visita más crucial del presidente de Estados Unidos será a China, país que el gobierno de Trump cree que tiene la llave para convencer al líder de Corea del Norte Kim Jong-un de renunciar a sus programas nuclear y de misiles.

El presidente de China, Xi Jinping, y Donald Trump.

“China definitivamente está haciendo más, pero obviamente no es suficiente, hasta que todos nosotros logremos la desnuclearización”, dijo McMaster el jueves a reporteros, en una señal del deseo de Estados Unidos para que China apriete la cuerda a Corea del Norte, especialmente en cuanto a sanciones energéticas.

Aunque China –que suma 90% del comercio exterior de Corea del Norte– podría tomar otros pasos para debilitar a su vecino económicamente, muchos analistas creen que el peso de Beijing sobre Pyongyang no es tan importante como Washington piensa, dado que Kim parece creer que la única forma en que su régimen puede sobrevivir es adquiriendo la capacidad de hacer llegar un misil nuclear hasta territorio estadounidense.

Y en última instancia, los propios intereses estratégicos de China –prevenir el colapso de Corea del Norte y que una Corea unida pueda aliarse con Estados Unidos– podrían pesar más que los incentivos para ayudar al gobierno de Trump.

“Esto es algo en lo que es difícil ver hacia dónde va todo esto, ¿esto presionará a los chinos para resolver un problema que Estados Unidos espera que ayude a resolver?”, dijo Leland Miller, un importante miembro del Consejo Atlántico. “Creo que la respuesta a eso desafortunadamente es no”.