(CNN) – David Flores, de 26 años, vive a unos 8 kilómetros de la iglesia bautista de Sutherland Springs, en Texas, donde este domingo un tiroteo dejó al menos 20 muertos.
Sus padres administran el edificio comunitario ubicado apenas a unos 15 metros de la iglesia, que fue habilitado como centro de reunión para los familiares de las víctimas. Al menos unas 100 familias están en el centro, dijo Flores, así como elementos del FBI, de las fuerzas de seguridad y de la Cruz Roja.
“Mi papá vio al tirador correr dentro de la iglesia y luego escuchó disparos y vio a gente corriendo, gente cubierta en sangre y gritando. Era un pandemonio por todos lados”, dijo Flores a CNN.
Cuando se le preguntó cuál era el sentimiento dentro del edificio comunitario, Flores se quedó sin palabras. “El sentimiento ahora mismo es muy, no sé las palabras. Viendo alrededor, es muy triste y los pastores de todas las iglesias locales ahora mismo están tratando de consolar a todos”, le dijo a CNN.
“Hubo varios niños heridos, conozco personalmente a tres que están condición crítica”.
Flores dijo que la comunidad es tan pequeña, tan unidad, que no hay forma de que alguien en el pueblo no resulte afectado por el tiroteo.