(CNN) – Nada impodrta más para Donald Trump que su imagen.
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Se hizo rico vendiendo su nombre, colocándolo en edificios, hoteles, casinos y campos de golf, y transfirió su personaje de “Estás despedido”, del show The Apprentice, a la política, construyendo un culto a la personalidad como el gran ganador final y el presidente que no tiene pelos en la lengua.
El presidente sabe diferenciar los ángulos cuando está frente a la cámara, y está obsesionado con las encuestas, el tamaño de sus multitudes y los halagos de los líderes extranjeros.
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Pero mientras Washington consume una sensacional exposición del ala oeste del periodista Michael Wolff, Trump se ve obligado a mirar cómo su preciada imagen está hecha trizas.
Cuando una presidencia se basa tan fundamentalmente en una imagen, como lo es con Trump, en lugar de una larga historia de logros políticos o consistencia ideológica, cualquier deterioro de esa imagen puede ser especialmente peligroso. Para Trump, quien puede ser más consciente de cómo es percibido que cualquier político en la historia, la burla es especialmente dolorosa.
Wolff, en algunos casos usando citas en el registro, dibuja una imagen muy alejada de la construida por Trump.
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Es una imagen de un presidente que sabe poco de los detalles de las políticas y se preocupa menos y parece no percibir las grandes responsabilidades de su papel.
A veces, esta versión de Trump parece frágil y fuera de control, propensa a reacciones emocionales e impulsivas, y parece estar solo en la Casa Blanca. Wolff también afirma que Trump en realidad nunca quiso el puesto de presidente.
Algunos de los informes de Wolff han sido corroborados. Pero se han identificado varios errores. El exconsejero delegado de la campaña y consejero de la Casa Blanca, Steve Bannon, quien es ampliamente citado y ahora está separado de Trump como resultado, no ha negado los comentarios que se le atribuyen.
La tormenta desatada por el libro “Fuego y furia” es una pesadilla política para la Casa Blanca.
Pero incluso mientras ardía, Trump estaba, como siempre, consciente de cómo está su imagen.
Después de que se filtraron los detalles del libro este miércoles, lanzó una declaración que decía que Bannon “tuvo muy poco que ver con nuestra histórica victoria” en 2016, afirmando característicamente que su éxito siempre es solo su trabajo.
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Luego, este jueves, en una breve presentación ante las cámaras, Trump demostró que ya sabía sobre los halagos de Bannon en la radio Breitbart, en su único comentario hasta ahora sobre el libro: “Me llamó un gran hombre anoche”, dijo el presidente.
Fuentes dijeron a CNN el miércoles que Trump se agravó especialmente por el ataque de Bannon contra su familia. Hay una evaluación particularmente cortante de la hija del presidente Ivanka Trump en el libro.
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“Ella no participó en la campaña. Se convirtió en una empleada de la Casa Blanca y fue entonces cuando la gente se dio cuenta de que era una tonta. Un poco experta en marketing, pero en cuanto a comprender cómo funciona el mundo y qué es la política, lo que significa, nada “, dijo Bannon citado por Wolff.
Ningún padre toleraría tal charla sobre su hija. Pero para Trump, su familia es especialmente importante, porque es una extensión de sí mismo y de su marca.
“No le gustan los ataques a la imagen de la familia Trump, sobre la integridad de sus hijos”, dijo el biógrafo de Trump y colaborador de CNN, Michael D’Antonio. “Al final del día, él está realmente preocupado por su imagen, por él mismo y por cómo lo están retratando”.