Nota del editor: Esta es una entrega de una serie de opiniones de CNN sobre los desafíos que enfrentan los medios, bajo el ataque de críticos, gobiernos y la tecnología cambiante. Brian Stelter es el corresponsal principal de medios de CNN y el anfitrión del programa “Reliable Sources”.

(CNN) – La libertad de prensa es TÚ libertad. Esa es la forma en que recomiendo pensar sobre la “libertad de prensa”.

Puedo ver por qué este tema puede parecer conceptual o vago para el lector promedio. Los periodistas tienen un interés obvio en preservar y expandir la libertad de prensa. Los escritores de este sitio web se benefician del hecho de que la libertad de prensa en Estados Unidos está constitucionalmente protegida y respaldada por normas culturales.

Pero se trata de MÁS que solo periodistas. Dale la vuelta. Reconoce cómo las protecciones para la prensa benefician a todos y cada uno de nosotros, ya sea para quienes reportamos las noticias o para quienes las leen.

La libertad de prensa protege y garantiza tu libertad.

La Primera Enmienda, por supuesto, “se aplica solo al gobierno”, como dijo el famoso abogado de medios Floyd Abrams en su libro más reciente sobre el tema.

Abrams tituló su libro “El alma de la Primera Enmienda”, para explorar el espíritu del texto que protege la libertad de expresión, lo que él llamó “su alma anticensorial”.

Los valores consagrados en la Primera Enmienda protegen a los miembros de los medios de la interferencia del gobierno, sí, pero nos protege a todos.

Tú estás en los medios

Libertad de prensa significa que tienes la información que necesitas para tomar tu decisión. Y tienes la capacidad de hablar. Hoy en día, si compartes enlaces en Facebook o en Twitter o chateas en Snapchat, eres parte de los medios y te beneficias de la protección constitucional de la prensa gratuita.

Ahora, esos sitios y aplicaciones de redes sociales son propiedad de compañías privadas, con sus propias reglas que a veces restringen la libertad de expresión. Este es un problema con el que vamos a lidiar en los próximos años.

Pero esos sitios permiten que cientos de millones de personas participen en el proceso de las noticias, proporcionando información de testigos y nuevas perspectivas. La web ha permitido que innumerables personas, incluido yo mismo, nos convirtamos en blogueros, reporteros y comentaristas.

Piénsalo de esta manera: si tu visión del presidente Trump se ha empeorado o mejorado durante el último año, te has beneficiado del constante acceso a la prensa y el escrutinio de la Casa Blanca. Te has beneficiado de una vigorosa prensa libre.

Cuando los periodistas descubren maldades corporativas y exponen los encubrimientos políticos, todos nos beneficiamos. Cuando los abogados de un periódico o de una cadena de televisión obtienen acceso a los documentos del gobierno a través de la Ley de Libertad de Información, todos nos beneficiamos.

Por supuesto, nuestras preciadas protecciones de la Primera Enmienda también permiten que falsedades, engaños y otras formas de desinformación se extiendan por todo el país y en todo el mundo.

CNNE 483809 - conocimiento primera enmienda

Nuestra responsabilidad

Con nuestros derechos a la libre expresión vienen las responsabilidades. Dado que la libertad de prensa se aplica a todos nosotros, ya que todos somos esencialmente miembros de los medios hoy en día, todos tenemos la responsabilidad de ser parte de la solución, no del problema.

¿Cómo es eso? Comprobando tres veces antes de compartir historias sensacionalistas en las redes sociales. ¿Es la fuente reconocible? ¿Es de confianza? ¿Son los hechos verificables?

Piensa en el ejemplo clásico de la campaña electoral de 2016: el caso de un mensaje que afirmaba que el papa Francisco respaldaba a Donald Trump como presidente. Eso nunca ocurrió.

Un ejemplo más reciente es una imagen real del vestuario de los Seahawks de Seattle que fue retocada para mostrar una bandera quemada. Podrías decir: “Oye, vamos, eso es obviamente falso”, pero algunas personas lo compartieron, queriendo creerlo, y propagaron una falsedad a otros.

Las redacciones y los medios también tienen responsabilidades: buscar lo que a Carl Bernstein le gusta llamar la mejor versión de la verdad que se puede obtener. Ser directos sobre los errores y las imprecisiones. Practicar y promover la alfabetización mediática.

Parte de la alfabetización mediática, creo, significa reconocer nuestros roles como consumidores y creadores de medios. Significa reconocer que la libertad de prensa no solo aísla a los periodistas que son atacados y menospreciados por el gobierno de Trump o los legisladores locales.

Significa resistir los intentos del gobierno de devaluar y deslegitimar el periodismo. ¿Por qué? Porque, simplemente, la libertad de prensa es tu libertad.