(CNNMoney) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llegado a su primer acuerdo comercial.
Altos funcionarios estadounidenses dieron detalles este martes sobre el principio de acuerdo con Corea del Sur para revisar un tratado comercial que originalmente entró en efecto en 2012.
Los funcionarios dijeron que el acuerdo era un ejemplo de que Trump está cumpliendo las promesas que les hizo a los votantes de negociar mejores acuerdos comerciales para Estados Unidos.
“Este acuerdo es visionario e innovador”, les dijo a los periodistas un alto funcionario de la administración Trump.
Los funcionarios estadounidenses argumentaron por qué el acuerdo es una mejora sobre el actual, que Trump calificó como “horrible” y “asesino de trabajos”. El gobierno de Corea del Sur había anunciado los detalles del acuerdo el lunes.
Algunos economistas han sugerido que el nuevo acuerdo no es significativamente diferente respecto al anterior. Los exportadores surcoreanos se sentirán aliviados de que ninguno de los aranceles que se eliminaron bajo el acuerdo original hayan sido retornados, según Krystal Tan, economista de la firma Capital Economics.
Los expertos señalan que las negociaciones duraron solo pocos meses, mucho menos de lo que las negociaciones de comercio suelen durar. Alcanzar un tratado rápidamente, dicen ellos, tiene la ventaja de eliminar un tema potencialmente divisivo entre dos aliados militares en un momento de tensiones y diálogos delicados con Corea del Norte.
Estas son las claves de lo acordado:
Exportación de autos
El gobierno Trump dice que algunos de los cambios clave afectarán la industria de los autos, que representa una gran parte del déficit comercial que Estados Unidos tiene con Corea del Sur.
Bajo el acuerdo revisado, cada fabricante de autos estadounidense que cumpla con los estándares de seguridad podrá exportar 50.000 vehículos Corea del Sur cada año, frente a los 25.000 anteriores. Más allá de ese umbral, los autos enviados desde Estados Unidos tendrán que cumplir con las reglas de seguridad surcoreanas, que según las compañías estadounidenses los ponen en desventaja.
Pero los analistas dicen que es improbable que la mayor cuota haga mucha diferencia muy pronto. Ningún fabricante de autos estadounidense vendió más de 11.000 carros en Corea del Sur el año pasado.
Sin embargo, funcionarios del gobierno Trump argumentan que las compañías de automóviles estadounidenses deberían beneficiarse de un acuerdo con Corea del Sur para aliviar las regulaciones automotrices “onerosas” de manera más amplia. Esto incluye reducir pruebas adicionales y deshacerse de requerimientos de marca que, dice el gobierno, dificultan la capacidad de los fabricantes estadounidenses de vender en Corea del Sur.
El acuerdo revisado también pospone la eliminación progresiva de un impuesto del 25% en camionetas pickup de Corea del Sur. Ahora terminará en 2041 en vez de 2021. Capital Economics dice que ningún fabricante de automóviles coreano exporta camionetas a Estados Unidos en este momento.
Exenciones en el arancel de acero
El gobierno de Estados Unidos ha vinculado el acuerdo comercial revisado con la decisión de cortar algunos de los recientes aranceles generales de Trump sobre las importaciones de acero y aluminio.
Corea del Sur aún será sujeto del 10% de aranceles sobre el aluminio que fue impuesto a la mayoría de los países. Pero está ampliamente exento del arancel de 25% sobre el acero.
Bajo el acuerdo, el 70% de la cantidad promedio de acero que Corea del Sur exporta a Estados Unidos cada año estará permanentemente exento del nuevo impuesto del 25%, dicen los funcionarios. Cualquier cantidad por encima de esa esto seguirá estando sujeta al nuevo impuesto.
A varios otros aliados de Estados Unidos —como Canadá, México y la Unión Europea— se les han otorgado exclusiones temporales de los impuestos.
Cláusula sobre la moneda
Estados Unidos y Corea del Sur también acordaron tratar de asegurarse que ninguno de los dos países devalúe su moneda internacionalmente para ganar una ventaja injusta de comercio. Pero a la medida le faltan apoyo.
Cuando una moneda es más débil, hace que las exportaciones sean más baratas y más atractiva a los compradores extranjeros. También hace que las importaciones sean más caras para los consumidores locales. Durante su campaña electoral, Trump criticó repetidamente a otros países acusándolos por devaluar intencionalmente sus monedas y obtener una ventaja injusta sobre Estados Unidos.
Estados Unidos nunca antes había incluido una provisión sobre monedas en una negociación comercial, según funcionarios del gobierno Trump.
Pero el diablo está en los detalles. La provisión sobre la moneda no está actualmente en el acuerdo oficial y no tiene un mecanismo de aplicación. Incluirlo en el texto del acuerdo habría requerido un largo proceso de aprobación legislativa, un camino que los funcionarios del gobierno tomar.
En efecto, ambos países están acordando actuar de buena fe con sus monedas.