(CNN) – En 1943, a George H.W. Bush le faltaban más de cuatro décadas para convertirse en el presidente número 41 de Estados Unidos. Apenas tenía 19 años y estaba sirviendo en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial. También se encontraba profundamente enamorado de su prometida, la señorita Barbara Pierce, quien después llegaría a ser una primera dama muy apreciada.
Una carta escrita a mano que, en ese entonces, Bush le envió a Barbara se encuentra guardada en la Biblioteca y Museo Presidencial de George H. W. Bush y ofrece un íntimo vistazo a la historia de amor que protagonizó la futura pareja presidencial. Esta es la misiva completa:
Mi adorada Bar,
Esta debería ser una carta muy sencilla de escribir: las palabras deberían llegar fácilmente y, en resumen, debería ser simple para mí contarte lo desesperadamente feliz que me sentí al abrir el periódico y ver el anuncio de nuestro compromiso. Pero, de alguna manera, no puedo decirlo todo en una carta, como me gustaría hacerlo.
Te amo, preciosa, con todo mi corazón y saber que tú me amas significa todo en mi vida. Cuántas veces he pensado en la inconmensurable alegría que será nuestra algún día. Cuán afortunados serán nuestros hijos de tener una madre como tú.
A medida que pasan los días, el momento de nuestra partida se acerca. Durante mucho tiempo esperé ansiosamente el día en que iríamos a bordo y nos pondríamos en marcha en el mar. Parecía que lograr ese objetivo era todo lo que podía desear por algún tiempo, pero, Bar, tú has cambiado todo eso. No puedo decir que no quiero ir, porque sería una mentira. Hemos estado trabajando durante mucho tiempo con un único propósito en mente: estar tan equipados que pudiéramos encontrar y vencer a nuestro enemigo. Quiero ir porque es mi parte, pero ahora partir se presenta no como una aventura sino como un trabajo que espero que termine pronto. Incluso ahora, con una buena temperada entre nosotros y el mar, estoy pensando en volver. Esto puede sonar melodramático, pero si así es, es solo mi insuficiencia para decir lo que quiero. Bar, has llenado mi vida de todo lo que podría soñar: mi felicidad completa debería ser una prueba de mi amor por ti.
El miércoles es definitivamente el encargo y espero que estés allí. Mañana llamaré a mamá para hablar sobre mi plan. Muchos compañeros inscriben a sus padres o esposas y ellos no irán, así que puedes hacerte pasar como señora: solo di que perdiste la invitación y da tu nombre. Ellos comprobarán la lista y tú estarás adentro. Qué orgulloso estaré si puedes venir.
Después, te contaré todo sobre los últimos desarrollos de vuelo. Tenemos mucho que hacer y muy poco tiempo. A veces es aterrador. La seriedad de esto está comenzando a golpear en casa. He sido nombrado asistente oficial de artillería y cuando el teniente Houle se vaya, seré oficial de artillería. Me temo que sé muy poco al respecto, pero estoy emocionado de tener ese trabajo. Te contaré todo sobre esto más tarde también.
El viento de los últimos tiempos ha estado soplando como loco y nuestro vuelo ha sido reducido al mínimo. Mi avión, que ahora es el #2, está en Quonset, con una cámara instalada. Es el Bar #2 pero solamente en espíritu ya que la flota atlántica no nos deja tener nombres en nuestros aviones.
Buenas noches, mi hermosa. Cada vez que digo hermosa estás a punto de matarme, pero tendrás que aceptarlo. Espero tener el jueves libre, todavía hay una oportunidad. Todo mi amor, cariño.
Poppy.
Prometido público a partir del 12/12/43
Barbara Bush murió este martes a los 92 años, por una enfermedad que no ha sido revelada. Es la segunda mujer en la historia de Estados Unidos con un esposo y un hijo elegidos como presidentes del país: Abigail Adams fue la primera.
Barbara Bush conoció a su esposo durante un baile escolar en 1941, cuando ella solo tenía 16 años. “Me casé con el primer hombre que besé”, solía decir. “Cuando les cuento esto a mis hijos, están a punto de vomitar”, continuaba.
Y estuvieron casados durante más tiempo que cualquier otra pareja presidencial.
Ella deja un legado de servicio público, en especial por su convicción hacia la alfabetización y la educación. Sobre su causa, alguna vez dijo: “Escogí alfabetización porque honestamente creo que si más personas pudieran leer, escribir y comprender, estaríamos mucho más cerca de resolver tantos de los problemas que afectan a nuestra nación y nuestra sociedad”.
Y, tal vez, también habría más cartas de amor.