(CNN Español) – “La próxima semana formalizaremos el ingreso de Colombia a la OTAN”. Las palabras del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el pasado 25 de mayo, generaron mucha polémica. Rápidamente Venezuela condenó la medida, calificándola como “una seria amenaza para la paz”. Pero, ¿qué significa realmente este acuerdo?
El jueves 31 de mayo Santos tiene previsto visitar Bruselas, en Bélgica, para, entre otras reuniones, formalizar “el ingreso de Colombia a la OTAN”. Pero no lo hará como miembro, sino como socio global. “No quiere decir que seamos socios plenos”, matizó este lunes el presidente colombiano en una rueda de prensa en la que aseguró que Colombia es el único país de América Latina en llegar a esta clase de acuerdo.
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Santos habló de que el acuerdo será para, principalmente, compartir información entre las Fuerzas Armadas del país y el resto de naciones de la OTAN. “Que cooperen mejor y crear sinergias”, dijo. “No es un acuerdo para hacer parte de operaciones militares que no sean de entrenamiento, no vamos a participar en operaciones militares de la OTAN. No está contemplado en los acuerdos”, matizó.
La Alianza del Atlántico Norte (OTAN) es una organización de carácter defensivo que, en su carta de presentación, establece que las partes firmantes “buscarán promover la estabilidad y el bienestar en el área del Atlántico Norte” y “unirán sus esfuerzos para la defensa colectiva y para la preservación de la paz y la seguridad”. Nació en 1949 y en la actualidad está compuesta por 29 países, en los que se encuentran potencias económicas y militares como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania.
Qué significa el acuerdo entre Colombia y la OTAN
“No hay ningún compromiso de defensa mutuo. No se puede decir que Colombia está en la OTAN”, explicó a CNN en Español Román Ortiz, vicepresidente de Cordillera Aplications Group, una organización de seguridad pública y defensa.
Los expertos consultados por CNN en Español están de acuerdo en decir que Colombia ha desarrollado ciertas habilidades de inteligencia en su lucha contra la guerrilla y el narcotráfico, y que con el acuerdo con la OTAN podrá intercambiar esos conocimientos por otros de las naciones que forman parte del Tratado del Atlántico Norte.
“Es una manera de legitimar el esfuerzo de las fuerzas militares durante 50 años de conflicto”, opinó Mauricio Jaramillo, profesor principal de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad del Rosario (Colombia). Para él, el acuerdo con la OTAN tendrá además otra consecuencia directa para el país: Colombia tendrá también que implementar ciertas prácticas de derecho internacional y humanitario obligatorias en la OTAN. “Temas como transparencia, acercamiento a la población, género”, enumeró.
De la misma opinión se mostró Carlos Alberto Montaner, escritor y analista político en CNN: “Si Colombia, como España en su momento, quiere disciplinar a sus militares en la obediencia a los códigos democráticos, puede serle útil”, dijo. Eso sí, criticó que la clase de acuerdo que firmará Colombia (la de “socios globales”) con la OTAN “no es muy rigurosa” porque “Pakistán e Iraq forman parte de ese grupo”.
Tanto Jaramillo como Juan Carlos Ruiz, profesor titular de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales también en la Universidad del Rosario, recordaron que, pese a que el acuerdo se firmará esta semana y es tema de conversación, ya hace años que Colombia se relaciona con la OTAN. “El cambio no es dramático pero es un paso más para estar más integrado”, comentó Ruiz.
Este paso adelante significará, según el punto de vista de Ortiz, una mayor “proyección exterior” de Colombia. “Convierte a Colombia en un interlocutor y un socio más importante para los países occidentales”, opinó. “Gana todo el mundo. Colombia tiene capacidad para contribuir al mantenimiento de la seguridad internacional y, al mismo tiempo, gana influencia”, dijo.
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“Es un intercambio de conocimiento. Colombia va a aprender mucho de lo que tiene la OTAN”, agregó Ruiz.
Desde el punto de vista político, Jaramillo dijo que la firma “es coherente con la política de defensa, especialmente de este gobierno”. “Para los militares es muy importante ese acuerdo porque les va a permitir ganar legitimidad y prestigio en el mundo”, aseguró.
Algo así también destacó Montaner: “Es solo un aviso político que puede leerse como ‘Colombia juega en una liga aparte’”, comentó.
Más crítico se mostró Ruiz, quien opinó que el gobierno de Colombia debería tener otras prioridades antes que los acuerdos con la OTAN. Bajo su punto de vista, Colombia “quiere darse un toque de elegancia” participando en acuerdos internacionales como la OTAN mientras “internamente sigue siendo un país subdesarrollado sin capacidad de ejercer soberanía en sus territorios”. “Es paradójico: pretende ser del primer mundo pero sigue con los problemas de una república que no tiene capacidad de soberanía”, criticó.
Ruiz admitió que se puede argumentar que Colombia aprenderá técnicas que servirán para implementarlas en el país y hacer frente así a los problemas que enfrenta, “pero indudablemente hay un problema de presencia del Estado en todas sus formas”, insistió.
El motivo de la polémica
Entonces, si Colombia no será miembro como tal de la OTAN, sino un “invitado”, en palabras de Ruiz, y los ejércitos de los países de la Alianza del Atlántico Norte no entrarán a Colombia, ¿a qué viene la polémica?.
En primer lugar, desconocimiento. Según Ortiz, el propio Santos creó confusión al anunciar “el ingreso de Colombia a la OTAN”. “Tendría que haber sido más preciso”, dijo. Asimismo, Ortiz criticó que “hay ciertos sectores políticos” para los que “cualquier cosa que tenga que ver con la OTAN les parece criticable porque no les gusta la alianza”.
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“La izquierda utilizará ese acuerdo para acusar a los gobernantes de cipayos del imperialismo yanqui, cuando la verdad es que hay que darles respuestas globales a los problemas internos porque son, ciertamente, globales”, opinó Montaner.
Los profesores de la Universidad del Rosario indicaron además que hay un contexto histórico que explica la reacción de muchos en América Latina. “Es un tema muy sensible en América del Sur porque se ha entendido como si fuera a haber tropas de la OTAN en Colombia, cosa que no va a ocurrir”, dijo Jaramillo.
“Venezuela siempre ha insistido en que cualquier acercamiento de la OTAN a Colombia es una manera de vigilarlos y facilitar el camino para una intervención”, añadió él. Ruiz compartió su argumento y recordó que “no es nuevo” que los aparatos militares de Venezuela y Colombia se miren “con aprensión”.
“Hay una gran desconfianza a que haya presencia militar de Estados Unidos” en América Latina, zanjó Ruiz.
“Cancillería tendrá que hacer un trabajo maratónica para explicar en la región que no se trata de tropas de la OTAN en territorio Colombiano. El acuerdo expresamente lo prohíbe”, concluyó Jaramillo.