(CNN) – Ikea está siendo criticada en China por la forma en que describe a Taiwán, convirtiéndose en la más reciente de una serie de marcas globales que han caído en la trampa de las sensibilidades políticas de Beijing.
El minorista sueco de muebles ha recibido críticas de los usuarios chinos en Internet y de los medios estatales luego de que aparecieran fotos de paquetes de Ikea que parecían sugerir que Taiwan es un país separado.
Varios mensajes de usuarios en Weibo, una plataforma china similar a Twitter, mostró etiquetas de los envases que enumeran información de productos tanto para China y Taiwán en caracteres chinos igualmente prominentes, junto a países como India y Filipinas.
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Ikea “gana dinero de los chinos pero trata de separar a China”, comentó un usuario.
El gobierno chino en Beijing considera que Taiwán es una parte integral de su territorio y con frecuencia cuestiona cualquier sugerencia en sentido contrario.
“Ikea debería dar una explicación sobre este tema que viola la línea de fondo de los consumidores chinos lo antes posible, y corregir sus errores”, dijo un artículo publicado el martes por Global Times, un tabloide estatal que a menudo expresa opiniones nacionalistas.
Dijo que Ikea se refiere a “España - Continental” y “España - Baleares y Canarias” para diferenciar los territorios españoles y sugirió que el minorista debería hacer lo mismo para China y Taiwán.
Un portavoz de Ikea en Shangai dijo que la compañía sigue estrictamente las leyes en los países donde opera. Agregó que Ikea “inició discusiones internas” sobre si cambiar las etiquetas, pero se negó a comentar cuándo la empresa tomaría una decisión al respecto.
Otras marcas han cedido a Beijing
La lista de marcas que han tenido problemas en China con respecto a Taiwán y otras cuestiones políticamente delicadas incluye a la cadena hotelera Marriott, el minorista Gap, Mercedes-Benz y docenas de aerolíneas internacionales.
El gobierno de Taiwán ha criticado a algunas de las compañías por ceder a la presión de Beijing.
China y Taiwán se han gobernado por separado desde 1949 después de la victoria comunista en el continente, tras una guerra civil, aunque una herencia cultural y lingüística compartida perdura.
La presión de Beijing sobre las aerolíneas estadounidenses para cambiar la forma en que describen a Taiwán en sus sitios web obtuvo una respuesta aguda del gobierno de Donald Trump.
La Casa Blanca calificó las demandas chinas de “tonterías orwellianas” y las describió como “parte de una tendencia creciente del Partido Comunista Chino de imponer sus opiniones políticas sobre los ciudadanos estadounidenses y las empresas privadas”.
Yong Xiong y Catherine Wang contribuyeron a este informe.