(CNN) – ¿Todo tiempo pasado fue mejor? Así dice el dicho, pero una nueva investigación sugiere que la mitad del siglo VI fue definitivamente un momento para olvidar.
Un equipo de historiadores y científicos ha identificado el año 536 a.C. como el comienzo de una secuencia terrible de eventos para la humanidad.
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Una erupción volcánica masiva arrojó una enorme nube de cenizas que cubrió el hemisferio norte en la oscuridad y causó una caída en las temperaturas que llevó a la pérdida de cultivos y al hambre, dijo el coautor del estudio, el profesor Christopher Loveluck, de la Universidad de Nottingham en Reino Unido.
Luego la miseria se agravó en el 542 a.C., ya que las poblaciones frías y hambrientas en el Imperio Romano del Este fueron golpeadas por la peste bubónica.
Ahora, en colaboración con el glaciólogo Paul Mayewski en el Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine en Orono, el equipo de Loveluck ha identificado la fuente de la nube.
Al analizar muestras de hielo del glaciar Colle Gnifetti en los Alpes suizos, los investigadores pudieron identificar los contaminantes atmosféricos depositados en los últimos 2.000 años, según el estudio, publicado la semana pasada en la revista Antiquity.
Las sustancias encontradas en el hielo evidencian que la erupción tuvo lugar en Islandia, no en California, como lo sugirió una investigación previa.
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La erupción y el brote de 542 plagas causaron un estancamiento económico en Europa, que duró más de 30 años hasta 575, cuando hubo signos tempranos de recuperación, dijo Loveluck.
Esta recuperación se evidencia por un pico en las partículas de plomo en el aire que aparecen en las muestras de hielo.
El mineral de plomo se usaba para fundir la plata, y su presencia proporciona evidencia de que el metal precioso una vez más estaba en demanda para hacer nuevas monedas cuando la economía europea comenzó a crecer rápidamente en 640, según Loveluck.
“Hay evidencia de una transformación económica total entre 640 y 660”, dijo Loveluck.
Podríamos pensar que tenemos mucho de qué quejarnos en 2018, pero al menos no estamos combatiendo una plaga mientras nos estremecemos bajo una nube de ceniza volcánica que bloquea el Sol.