(CNN) – El comportamiento del presidente de EE.UU. Donald Trump no está ayudando a reforzar las declaraciones de la Casa Blanca acerca de que él no tiene nada por que preocuparse respecto a la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la trama rusa, luego de que ocurriera una serie de giros potencialmente siniestros en la indagación.
El reciente bombardeo de tuits que lanzó Trump, así como los comentarios y testimonios de fuentes cercanas a él —que coinciden con una intriga cada vez mayor alrededor del fiscal especial—, insinúa justamente lo contrario: hay una profunda preocupación por parte del presidente en torno a la investigación.
“Mientras que las repugnantes noticias falsas están haciendo todo bajo su poder para no informarlo de esa manera, al menos 3 de los principales personajes están sugiriendo que la Pandilla Enfurecida de Demócratas de Mueller les dice viciosamente a los testigos que mientan sobre los hechos y así obtendrán asistencia. ¡Esta es nuestra era de Joseph McCarthy!”, escribió Trump este miércoles, apenas un día después de calificar a Muelller como un “fiscal en conflicto que es corrupto”.
A pesar de tal estallido de furia, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, retrató a un presidente que espera con serenidad los hallazgos de Mueller. “No creo que el presidente tenga preocupaciones por el informe porque él sabe que no cometió ningún delito y que no hubo colusión”, señaló Sanders ante periodistas durante el primer informe diario que da en un mes.
La explicación de la angustia de Trump por su situación parece fundarse en una oleada de desarrollos e informes deslumbrantes y potencialmente significativos que están relacionados con su ex jefe de campaña Paul Manafort y otros asociados.
Trump, el hombre más poderoso del mundo que fabricó una imagen halagadora de sí mismo como el fortachón jefe máximo, se encuentra en una posición muy vulnerable y parece sentirse acorralado y bajo un riesgo cada vez mayor.
El presidente no tiene otra opción que ver cómo Mueller —un adversario cuyo discreto perfil público lo convierte en un objetivo difícil de atacar— continúa trabajando en la investigación, mientras parece acercarse cada vez más al círculo íntimo de Trump y tal vez incluso al mismo mandatario.
“La investigación de Mueller es lo que es. Simplemente sigue y sigue y sigue”, le dijo Trump al diario The Washington Post este martes cuando se le preguntó sobre su implacable rival invisible.
El abogado de Trump, Rudy Giuliani, dejó entrever parte del daño que ha experimentado Trump tras bambalinas cuando le dijo a Dana Bash de CNN que el presidente estuvo “molesto durante semanas” por “el horrible tratamiento antiestadounidense de Manafort”.
Más detalles salen a la luz
Mientras la Casa Blanca se mantiene en su posición de negar la supuesta colusión entre Trump y Rusia durante las elecciones de 2016, una serie de eventos que salieron a la luz recientemente extiende la idea de que esto es una coincidencia excesiva que raya en el límite de la credulidad.
En el espacio de muy pocos días, se conoció que el acuerdo de cooperación de Manafort con el Departamento de Justicia se derrumbó después de que Mueller lo acusara de mentir en múltiples ocasiones.
Además, el periódico The Guardian reportó este martes que Manafort se reunió con el fundador de WikiLeaks Julian Assange —quien es acusado de difundir los correos electrónicos robados por espías rusos para atacar a Hillary Clinton— en varias ocasiones dentro de la embajada de Ecuador en Londres. Tanto Manafort como WikiLeaks emitieron fuertes rechazos y críticas a informe del diario: el ex jefe de campaña de Trump calificó la historia de “totalmente falsa y difamatoria” y WikiLeaks estuvo “dispuesto a apostar con The Guardian un millón de dólares y la cabeza de su editor a que Manafort nunca se reunió con Assange”.
Las fuentes del periódico también fueron vagas, lo que dificultó evaluar la veracidad de la historia. Así que, por ahora, unir los puntos no lleva a conclusiones definitivas.
Posteriormente, CNN obtuvo el martes borradores de documentos judiciales con los que Mueller planea demostrar cómo Roger Stone, exasesor de Trump, supuestamente buscó información y correos electrónicos de WikiLeaks usando a otro socio, Jerome Corsi, como intermediario.
En otro desarrollo, el colaborador de CNN Carl Bernstein informó también el martes que el equipo de Mueller está investigando una reunión entre Manafort y el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, que ocurrió en Quito durante 2017, además de preguntar específicamente si WikiLeaks o Assange fueron tema de discusión en el encuentro, según dijo una fuente con conocimiento personal sobre el tema.
La reserva en torno a la investigación de Mueller es tan alta que nadie afuera de ella conoce lo que él sabe. El fiscal especial aún no ha presentado ningún caso contra Trump ni sus colaboradores más cercanos, tanto en el tema de la supuesta colusión como en el de la obstrucción a la justicia.
Ahora, si existiera la evidencia de respaldo necesaria para abrir el caso, no resulta claro si Mueller podría probar una propósito malicioso de Trump. Pero, todos los desarrollos recientes insinúan que el fiscal especial ha llegado a las profundidades de los eventos que rodearon la problemática elección de 2016.
Por ejemplo, en el documento donde desestimó el acuerdo con Manafort, el equipo de Mueller señaló que tiene evidencias para demostrar que el ex jefe de campaña “mintió sobre una variedad de temas”, algo que puede tener a Trump preguntándose sobre la magnitud de lo que el fiscal especial sabe.
Al respecto, se especuló de manera inmediata que los aparentes intentos de Manafort por desviar la atención de Mueller eran una petición implícita para obtener perdón presidencial. La Casa Blanca indicó que no ha hablado de tal medida. Pero, además de los rumores de que Manafort busca este indulto, el abogado Giuliani le dijo a Dana Bash que los dos equipos legales han estado en contacto. Esto también planteó la posibilidad de que Trump tenga una ventana genuina sobre el progreso de Mueller, otro factor que podría explicar su ira.
Altas expectativas
El reciente drama protagonizado por Manafort es aún más seductor dada la posibilidad de que el fracaso del acuerdo de cooperación podría llevar a Mueller a revelar más sobre su investigación privada.
Los fiscales de su equipo planean detallar las supuestas mentiras de Manafort acerca de varios temas en un memorándum que podría presentarse ante la corte durante las próximas semanas.
Mueller ha utilizado las acusaciones y las presentaciones de documentos judiciales a lo largo de su mandato para retratar una poderosa imagen del hackeo de la inteligencia rusa, de una campaña en redes sociales para interrumpir la elección y de los lazos entre Manafort y figuras políticas prorrusas en Ucrania.
Así que las expectativas serán altas antes de su presentación si el memorándum se hace en público.
Este documento también es considerado en Washington como una manera de evitar cualquier intento por interrumpir el informe final de la investigación sobre Rusia, que podría ejecutar el secretario de Justicia interino de Trump, Matt Whitaker.
De hecho, el nuevo escrutinio sobre el hombre que eligió para suceder a Jeff Sessions tras su despido podría ser otro estímulo para la actual furia del presidente.
Trump a menudo parece saber más sobre la investigación de lo que está disponible públicamente, y es posible que Whitaker, quien ahora está a cargo de supervisar a Mueller, lo haya informado sobre la historia interna de la investigación