(CNN) – Siempre es agradable compartir una comida con los lugareños cuando se está de vacaciones, excepto cuando los lugareños roban tu comida, destrozan el plato, defecan sobre la mesa y luego se van volando.
Esta es la situación en la ciudad portuaria de Cádiz, en el suroeste de España, donde las palomas han aterrorizado a los turistas de tal manera que las autoridades locales están tomando medidas para desterrar a miles de aves.
“No estamos exagerando, las palomas ya no le temen a los humanos”, dijo a CNN Carlos Fernández, gerente de uno de los restaurantes de la bella Plaza de la Catedral de Cádiz.
“Se tiran a la comida incluso cuando hay clientes sentados listos para comer. Empujan vasos, platos y jarras al suelo y es un verdadero desastre”.
Y cuando los turistas abandonan las soleadas terrazas de Cádiz y se mudan al interior, aún así no hay escapatoria de las aves, dice Fernández.
“Incluso dentro del restaurante, entran, saben dónde está la comida y no les hacemos nada, no tienen miedo”, añade Fernández.
Piden reubicación
Fernández dice que la población de palomas es tan alta que los clientes afectados por las aves “no vuelven”.
Tampoco es una bonita imagen. Los residentes voladores de la plaza “decoran” fachadas de edificios y mesas y sillas de restaurantes. Incluso hacen que caminar sobre el terreno sea difícil, dice Fernández.
Después de que el censo de palomas del ayuntamiento decretara que la población de aves de 9.000 era tres veces mayor que el que Cádiz puede sostener, las autoridades decidieron tomar medidas.
El plan es atrapar y reubicar a 5.000 palomas en un período de un año en lugar de sacrificarlas. A continuación, serán transportadas a una distancia de al menos 270 kilómetros, una distancia que se espera que las desaliente para que no vuelvan.
Álvaro de la Fuente, del Departamento Ambiental del Ayuntamiento, dice que la ciudad quiere “una solución respetuosa y sostenible para reducir el impacto de las aves en ciudades como Cádiz”.
Agrega que, al reubicarlas en lugar de exterminar, Cádiz espera “establecer un equilibrio lógico donde la convivencia entre humanos y aves no se dañe tampoco”.
El gobierno local confía en que este proyecto funcionará porque, aunque las palomas tienen fuertes instintos de orientación, una vez que las llevas más allá de los 270 kilómetros de su casa, tienden a quedarse en su nuevo entorno.
También se están distribuyendo unos 3.000 folletos en los que se indica a las personas que dejen de alimentar a las aves para que el cambio sea un poco más fácil.
Riesgos para la salud
Los hoteleros de Cádiz, que dicen haber perdido el 20% de sus negocios debido a las palomas y advirtieron sobre riesgos para la salud de sus empleados, recibieron con agrado el plan de reubicación, pero quieren que se implemente lo antes posible.
“Han pasado años desde que planteamos el problema y empezamos a hablar con el ayuntamiento”, dice Antonio de María, presidente de la asociación de hoteleros de Cádiz, Horeca.
“Hace algunos meses, se nos presentó un plan para trasladar las palomas a otra ciudad, pero ahora dicen que necesitan una evaluación de salud de las palomas que se trasladarán para que el proyecto se retrase”.
Cádiz no es la única ciudad con problemas de aves. En noviembre, las autoridades de Roma comenzaron a utilizar halcones para expulsar a miles de estorninos de la antigua ciudad.