Nota del Editor: Alice Driver es una periodista y traductora independiente dedicada a temas de migración, derechos humanos e igualdad de género. Está radicada en la ciudad de México. Drive es la autora de “More or Less Dead: Feminicide, Haunting, and the Ethics of Representation in Mexico”. Las opiniones expresadas en este artículo son propias de la autora.
(CNN) – En cualquier momento, Dan Schachner, que lleva ocho años como árbitro del Puppy Bowl, puede quedar enterrado bajo una pila de cachorros o gritar con estusiasmo “¡Increíble trabajo, Pistachio!” a un diminuto Maltés blanco de Every Dog Counts Rescue en Indiana.
Schachner, actor y padre de adoptivo de varios perros, quiere que quienes vean el Puppy Bowl, que se transmite unas horas antes del Super Bowl, no solo disfruten de la reconfortante naturaleza de los partidos, sino que aprendan más sobre la importancia de adoptar mascotas en los refugios locales y de apoyar a los grupos de rescate.
En otras palabras, el Puppy Bowl no tiene la intención de ser una distracción frívola; es un evento cuidadosamente orquestado que busca concientizar sobre la importancia de los animales, de su salud y de su seguridad. Cada año, cuando la gente toma la decisión de sumar una mascota a su familia, a menudo decide comprarla. El Puppy Bowl, que pone en adopción a todos los cachorros que participan, usa su plataforma para animarnos a adoptarlos, con el conmovedor argumento de que adoptar a una mascota es salvar una vida.
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Es probable que el Puppy Bowl esté cumpliendo con éxito su misión. Según la Sociedad estadounidense para la prevención de la crueldad contra los animales, cada año ingresan los refugios estadounidenses unos 6,5 millones de animales domésticos. Si todos esos animales no son adoptados, se corre el riesgo de que sean sacrificados. En 2011, se sacrificaron aproximadamente 2,6 millones de animales en los refugios. Pero el número se ha reducido a 1,5 millones al año. Schachner, emocionado de que haya más adopciones de animales cada año, me dice: “no digo que sea por nosotros, pero somos parte del movimiento que está haciendo que se tome más conciencia”.
Entonces, ¿cómo hace Schachner para persuadir a los televidentes para que se animen a adoptar una mascota? Haré referencia al Puppy Bowl de este año.
Durante el evento pregrabado de 2019 que fui a cubrir, Schachner compartió la cancha de fútbol americano con 93 cachorros, 3 de ellos con necesidades especiales. Los perros fueron divididos entre el Equipo Ruff y el Equipo Fluff, y compitieron por el trofeo Lombarky en un partido que se asemeja al fútbol americano, pero no deja de ser un caos.
La presentación del entretiempo fue protagonizada por una gran variedad de otros animales: decenas de gatitos, algunos que saltaron de adentro de un pastel de cartón; un perezoso que comía fruta; puercoespines bebé que se perseguían tímidamente en círculos; un bebé canguro que salía y entraba saltando a un saco de tela detrás del escenario; y un carpincho que estaba muy entusiasmado de comer el maíz que le ofrecía su adiestrador. Jóvenes voluntarios alineados a los lados de la cancha se aseguraban de que ningún cachorrito, puercoespín u otro animal se cayera del escenario durante el partido.
¿Dónde consigue sus jugadores estrella este evento? Cada año, el Puppy Bowl incluye perros de muchos refugios: 51 en total este año. Uno de esos es el Proyecto Sato, dedicado a rescatar perros abusados y abandonados en Puerto Rico. Si bien el Puppy Bowl lleva años trabajando con el proyecto Sato, este año los organizadores querían incluir a un perro de Puerto Rico en el Puppy Bowl y usar su historia para resaltar los estragos del huracán María en la isla.
Para reclutar perros para el Puppy Bowl de 2019 y concientizar sobre las dificultades de Puerto Rico después del huracán María, Schachner y otros miembros del equipo Animal Planet viajaron a la playa Lucinda el verano pasado. Desafortunadamente, después del huracán María, muchas personas se vieron forzadas a abandonar a sus perros porque tuvieron que ocuparse de su propia supervivencia y los refugios de la isla se saturaron.
Después de un desastre natural, se da prioridad a la vida humana, pero también es importante pensar en las mascotas que quedan abandonadas. Como me explicó Schachner, el viaje a Puerto Rico le hizo comprender las consecuencias del huracán sobre los humanos y animales: “Todavía hay mucho trabajo por hacer. Básicamente, lo que me llevé de Puerto Rico es que el estado libre asociado necesita más ayuda”.
Cuando se lanzó el Puppy Bowl en el 2005, el objetivo era lograr que todos los perros fueran adoptados. Desde entonces, los organizadores han expandido su misión para resaltar la historia de los perros y de los refugios que los sostienen en todo Estados Unidos y Puerto Rico.
Este año, competirán perritos de ciudades como Miami y Houston, que experimentaron desastres. Al compartir las historias de estos perros, el Puppy Bowl tiene la esperanza de atraer la atención a zonas del país que han sido golpeadas duramente por desastres naturales.
Schachner ve el trabajo de árbitro como la oportunidad de hacer que la gente vea la alegría de albergar temporalmente y adoptar animales. Lo enorgullece ser parte del evento que concientiza sobre la adopción. “Los perros… nos hacen tanto más humanos y nos hacen mejores personas”, dice, antes de correr por la cancha para levantar y darle un beso a Lola, un Shar pei de Florida Little Dog Rescue, y felicitarla por su impresionante jugada.
Entonces, no se lo pierda. Y no se sorprenda si estas historias le arrancan una lágrima (¡de alegría!) y hacen que quiera adoptar a un amigo peludito de algún refugio cercano.