(CNN) – Los jurados en el juicio federal por conspiración de tráfico drogas contra Joaquín “El Chapo” Guzmán han deliberado durante tres días, han escrito media docena de notas para hacer preguntas legales y han solicitado transcripciones de testimonios de cinco testigos colaboradores junto con otras pruebas.
El jurado, parcialmente enclaustrado y anónimo, tiene la ardua tarea de analizar 200 horas de testimonios de 56 testigos, incluidos 14 cooperadores del gobierno, en su mayoría antiguos traficantes y socios del cartel, que tomaron el estrado en Brooklyn, Nueva York, durante el juicio federal los 2 meses y medio.
También hay fotos de vigilancia, llamadas telefónicas interceptadas y mensajes de texto, docenas de cajas con otras exhibiciones y una hoja de veredicto de ocho páginas. Las deliberaciones se reanudan el jueves.
El miércoles, antes de que fueran enviados a casa después de unas siete horas de trabajo, los jurados le pidieron al juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Brian Cogan, copias del testimonio de tres testigos que cooperaron.
Eran Vicente Zambada, de 43 años, el hijo del hombre que ahora se cree que dirige el cartel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada; el hermano del Mayo, Jesús Zambada García, un traficante también conocido como “El Rey”; y Dámaso López, de 52 años, un exfuncionario penitenciario mexicano de alto rango que trabajó para Guzmán.
El jurado de ocho mujeres y cuatro hombres también tenía una pregunta legal: “Si los miembros de un cartel de la droga son asesinados por un cartel rival por razones personales, ¿se considera un delito de narcotráfico?”.
Cogan dijo a los jurados que el asesinato de un miembro del cartel “por razones totalmente personales” no relacionadas con el tráfico no constituía un delito de narcotráfico.
El día anterior, los miembros del jurado le pidieron a Cogan información que incluyó una lectura del testimonio sobre los esfuerzos del Cartel de Sinaloa para obtener efedrina para producir metanfetamina, así como el testimonio de los hermanos Álex y Jorge Cifuentes, un par de socios del narcotráfico de Colombia.
Los abogados defensores han argumentado que Ismael Zambada, un antiguo socio de Guzmán que ahora tiene unos 70 años, es el verdadero capo del Cartel de Sinaloa. Afirman que Zambada sobornó al gobierno mexicano para inculpar a Guzmán y que sigue siendo en libertad dirigiendo el cartel.
Guzmán, de 61 años, enfrenta 10 cargos, incluida la participación en una empresa criminal continua, la conspiración para lavar las ganancias de narcóticos, la distribución internacional de cocaína, heroína, marihuana y otras drogas, y el uso de armas de fuego. El Chapo se ha declarado inocente.
Guzmán, quien podría ser condenado a cadena perpetua si es declarado culpable del principal cargo de participar en una empresa criminal continua, llegó a la corte sonriendo y vistiendo un traje gris oscuro y una corbata.
Después de que los jurados terminaron por el día, Guzmán estrechó la mano de los miembros de su equipo de defensa. También le dio a uno de sus abogados defensores un saludo al estilo militar antes de ser escoltado.